viernes, 31 de diciembre de 2010

labrarse el futuro

Me gusta esa expresión, sinónima de inventarse el futuro, construirse el futuro o dibujarlo. Labrar la tierra es sinónimo de paciencia y tranquilidad, de la que no andamos sobrados, y sí, es cierto que la espera de los frutos puede chocar y chocará con el azar. Ahora que acaba un año y empiezan las peticiones de los deseos para el 2011 no está de más volvernos hacia nosotros mismos y buscar en ese rincón recóndito de nuestra alma donde guardamos la llave de la felicidad. En ese rincón no caben los fenómenos paranormales o los espíritus malignos o benignos. Me da pena ver como un chaval no puede oír pronunciar la palabra jamón por prejuicios de creencia o ver como se contratan médiums para que la suerte llegue a una administración de lotería. Es el azar el que pone la piedra en nuestro camino, el amor delante de nuestra puerta o la nube sobre nuestras cabezas. Y de nosotros depende evitar el choque, apostar por esa cosa llamada amor o no mojarnos. Lo demás son ganas de poner excusas. Así que apueste por ese rincón, búsquelo, siembre, y quizás, pasado el tiempo, pueda recoger los frutos. Feliz año.

martes, 21 de diciembre de 2010

huracán

El 20 de diciembre de 1968 pasó por Vitoria un huracán. Eso es lo que quedó para siempre grabado en mi memoria. Dicen que a la media hora de un hecho se decide si se almacena o no en el cajón de los recuerdos. Yo debí de ser rápido a la hora de guardar. Tenía seis años recién cumplidos y debió de ser la emoción, o el miedo, el desencadenante del archivado. Fue antes del solsticio, día de poca luz, recuerdo la imagen de mi madre bajando las persianas. Es lo único que me queda. No sé si fue la radio la que anunció el vendaval. No hubo tal fenómeno. Imagino, no me acuerdo, que debí de oír el viento con sus rachas huracanadas, mientras confiaba ciegamente que la casa resistiría todo, hasta esos vientos. Y las casas resisten no porque sean buenas o fuertes, sino porque están mis padres conmigo y con ellos no puede pasar nada. Al día siguiente no sé si hice preguntas, no sé si pregunté por qué no se habían caído los árboles o por qué no se habían volado las farolas. Dicen las hemerotecas que ese día 20 expulsaron a los carlistas de España. Carlos Hugo de Borbón fue obligado a cruzar la frontera y pasar a Francia. Yo era pequeño y no sabía quiénes eran los carlistas. Yo digo que ese día se abatió un huracán fantasmal, vendaval de sueños y de emociones,…

domingo, 19 de diciembre de 2010

víspera de navidad

Nada queda claro. Algunos se llevan el secreto a la tumba y otros no hablarán nunca. Las noticias se contradicen. Parece que su empleo estaba en el aire, con algunos sueldos sin cobrar y con un posible embargo a la vista. Así se encontraba en Olot la persona que mató poco después a cuatro personas, incluida su jefe. El ayuntamiento se reúne para condenar los crímenes. No sé qué condenan. Se puede condenar la violencia en general, lo que ya se supone y en lo que es fácil estar de acuerdo. Pero la desesperación y la locura no se pueden condenar, se pueden prevenir y no siempre. Pero se debería intentar. Y entonces habría que condenar a más gentes, incluidos aquellos que tienen la responsabilidad de dirigir empresas. Pronto será Navidad, aunque ya lo sea en las calles desde hace días. La Navidad ya no es como antes, dicen por la tele en una encuesta callejera. Nunca lo será. Qué bello es vivir. Es el título de una película. Le aconsejo que la vea y vuelva a verla y crea en los milagros, aunque sea mentira, pero hágalo sólo durante dos horas, y no se olvide de volver a verla el año que viene, cual niño que cree en los magos. Al menos una esperanza cada año; unas lágrimas furtivas y un James Stewart maravilloso a punto de arrojarse por el puente le harán olvidar todo lo que la realidad se empeña en recordarnos el resto del año.

suite francesa

¿Por qué leer un libro inacabado? No lo sabía cuando empecé a leerlo. Primera razón. Si lo hubiera sabido lo hubiera hecho de todos modos. Hay libros inconclusos que dan vueltas, miles, a muchos de los meditados, reescritos y releídos mil veces. La autora no pudo terminarlo. Envuelta en sus meditaciones sobre cómo seguir, un día se encontró detenida y en menos de mes estaba muerta sin que el mundo se detuviera para dar noticias de ella a su familia. Su condición de judía la marcó. Ni siquiera el hecho de pertenecer a la burguesía rusa huída de su país durante la revolución, ni su antibolchevismo declarado le valió. El famoso campo de Auscwitch la albergó y la mató. Su novela incompleta destila de todo. Pienso a veces que todo está escrito y a veces encuentro refrendo. Si usted quiere saber qué pasó en Francia con la ocupación alemana durante la segunda guerra mundial no deje de leer este texto. Encontrará desesperación, encontrará dignidad, encontrará colaboracionismo con el invasor y todo ello le interrogará constantemente a usted y a sus principios inamovibles. Preguntas que producen vértigo. Dice uno de los protagonistas, alejado de todo egoísmo que él no se cree ser “una criatura única e irreemplazable”, más bien uno de los “muertos incontables, los que antes han sido”. Uno más. Dejo de leer de vez en cuando para recrearme en lo leído y sentir la belleza y ternura de algunos párrafos. Vuelvo a releer alguno de ellos y vuelvo a ver y a dibujar las imágenes en mi cabeza, toda una galería de emociones contradictorias. De lectura imprescindible.
Suite Francesa. Irene Nemirovsky. 1942

leticia valle

“Un hilo de llanto corría por un lugar que era como el escondrijo del alma”. Frase de la protagonista, una niña, que aprende, dejando su alma al descubierto. Lo oscuro, lo inesperado, lo que no se entiende ni se atisba. Los mayores y su mundo. Oculto y desconocido a los ojos infantiles, abiertos de par en par, deseosos de captarlo todo, la luz y la penumbra, ansiosos de felicidad e inocentes ante el peligro.
Memorias de Leticia Valle. Rosa Chacel. 1945

lo posible

Todo es posible, gente que duerme sentada con las manos recogidas en gesto de oración, con la cabeza inamovible, ajena al bullicio de la juventud que no entiende de retrasos aéreos, y que comparte su tiempo con gritos y chillidos, con la algarabía que dan los pocos años. Nieva en toda la zona y Londres se prepara para la gran tormenta. La navidad a la vuelta de la esquina y las calles se pueblan de negocio, tradición y villancicos. Grupos corales desafían a las bajas temperaturas al borde de un río oscuro y profundo, ancho y que destila todo el frío del mundo mientras lo atravieso por un largo puente. La gente compra, ajena a crisis, que afectan a otros, a los afectados. La amabilidad parece extraordinaria, incluso excesiva a veces; nos habremos malacostumbrado. Deberíamos ser así siempre. La vida sigue para el resto y las luces iluminan árboles y tiendas. Todo es posible en Navidad, hasta quedarse colgado por culpa de los copos, hasta ceder a la tentación del consumismo, incluso del espíritu navideño. Hasta seguir dormido con los ojos cerrados mientras todo sigue girando alrededor.

un año

365 días, con todos sus minutos y segundos. Nunca he entendido por qué se celebran los aniversarios, los de la muerte, digo. Será por recordar. El recuerdo no entiende de años ni de dígitos, no es digital, es analógico, tiene forma de onda, con sus valles de pendientes que suben y bajan, onda de frecuencia cambiante, según el día, intensa o débil, onda que no se atenúa, hasta a veces se acrecienta la amplitud. Su cerebro generaba ondas, como todos. Creo que al final esas ondas estaban ya de vuelta. La última vez que le vi no sé si sabía de verdad quién era yo. Sus ondas habían perdido el sincronismo con la memoria o con vaya a saber usted qué. Intentó escribir también. Ahora sé por qué el primer trazo era así de grande y de rápido, era cuestión de empezar, para vencer el miedo de la inestabilidad que provoca el temblor creciente, que desemboca en no saber escribir, en garabatear cosas ininteligibles, en no saber escribir nada, en no saber plasmar esos pensamientos, en no saber transcribir esas aberraciones de lo que un día fueron ondas llenas de vida. El día 366, o el día después del año después empezará como todos, con tu ausencia tras aniversario incomprendido.

sábado, 18 de diciembre de 2010

ave ave

Sábado por la tarde, el AVE ya rueda hacia Valencia. España bate todos los records de comunicación por raíles. Orgullosos, los reyes, príncipes y autoridades viajan e inauguran estaciones y vías. En un pueblo de la sierra madrileña, el fútbol base asiste a uno de tantos espectáculos poco edificantes. Una mezcla de espíritu de la caverna y pijos genera desahogos gratuitos, llenos de insultos y provocaciones. La educación a la palestra, la mala. Y ya no es cuestión de suspensos, no, el fracaso escolar no se mide en la media de no aprobados, no, se mide en respeto, saber estar, tolerancia, igualdad y no sé cuantas cosas más. La tolerancia se acaba con el color de la camiseta de los míos. Espíritu primario, la prehistoria debía ser horrorosa, qué suerte hemos tenido de nacer hoy y ahora, a pesar de todo, aunque haya que aguantar que nuestra educación de segunda vaya sobre ruedas de primera. Esto ya lo he dicho alguna vez, pero hay que repetirlo, y alzar la voz, y gritar a los cuatro vientos, aunque el desierto ahogue nuestra voz, porque no se enteran de que siguen equivocados en su asignación de prioridades.

siempre

Seguro que usted ha visto imágenes del fútbol de antaño, de esas en blanco y negro, mis hijos dicen al verlas que era muy diferente, que no es como ahora. Yo, que he vivido en blanco y negro, no me acuerdo. Será que la pasión me cegaba el entendimiento y no puedo establecer comparaciones entre los perseguidores del esférico en cada época. En nuestros días parece que el Barcelona ha establecido un modelo de juego que le da muy buenos resultados y que encima resulta atractivo. Por lo menos para mí. Hay gente que piensa que es aburrido y que cansa. Para gustos son los colores. Veo partidos donde no juega el Barcelona y me lleva a la conclusión de que actualmente el fútbol se divide entre los azulgranas y los demás. Los demás intentan hacer cosas y no les salen, intentan finalizar las jugadas y no les sale. Y miras a algunos banquillos y hay entrenadores que se empeñan en dejar sin jugar a los ahora llamados peloteros, aquellos que pueden provocar el juego bonito. Volvemos a los colores. Y entonces me pregunto que hasta cuando durará este estilo de juego que persigue el equipo catalán. Y sin entrar a conjeturar mucho, siendo simplista, alguien puede responder que para siempre. Y yo contesto que no. Nada es para siempre. Ni siquiera los diamantes de antaño. Ya lo decía Azaña en Mayo del 32, cuando se debatía el Estatuto Catalán: “siempre es una palabra que no tiene valor en la historia,…”
Así que disfruten cuanto puedan, que algún día lo echaremos de menos.

sábado, 11 de diciembre de 2010

dudas

Tengo dudas sobre todo lo que rodea a Wikileaks. Filtraciones, espionaje, robo de documentos, todo parece salido de una película de James Bond. Aparecen noticias y más noticias, en una entrega por fascículos. Leo opiniones de embajadores y agregados norteamericanos, subjetivismo pleno. La mayoría de las informaciones no sorprenden. Las interpretaciones sobre lo publicado son múltiples. Unos le llaman cotilleo, otros, chismorreo. Algunos ya hablan de que ciertos documentos son señuelos en sí mismos, falsos de partida para confundir un poco más a los que ya lo estamos suficientemente. ¿Hay delito en la actuación de jueces españoles presionados para archivar casos? ¿O qué es delito? ¿Vale todo para los Estados soberanos? Otros lo denominan defensa de la libertad de conocer los entresijos del poder. No puede ser que tampoco nos pongamos de acuerdo los humanos en interpretar los datos revelados y su impacto global. Se habla de actitudes y aptitudes, todo a cinco columnas, y supuestamente, se destapan algunas vergüenzas. Con el paso de los días la bebida pierde fuerza y empieza a aburrir. Será que estamos curados de espanto. Dos noticias me merecerían ser dignas de portadas de tal amplitud, con letra negrita: que los extraterrestres nos visitan de una maldita vez, o que Dios da una rueda de prensa. Fuera de ahí, quizás el que algún botarate desencadene la tercera guerra mundial. Fuera de eso, todo parece insignificante. ¿La lucha por el poder?, conocida. Los medios, también conocidos. Mientras, el fundador de Wikileaks es detenido, en una maniobra oscura, acusado de violación. Cada vez más negro. Ante la falta de luz, recomiendo irse a la ficción en forma de novela y sumergirse en la burbuja de la indiferencia relativa. Pero me cuesta y sigo leyendo y lo que no parece ficción es lo que ocurre aquí, en nuestra piel de toro, donde volvemos a la carga con el dopaje en el deporte. Esta vez le toca al atletismo. Esta vez, la sonrisa de Marta Domínguez se desdibuja por momentos. Uno de esos ejemplos de sacrificio y voluntad se hace añicos, de momento. Wikileaks pierde fuerza ante la sonrisa de Marta, antes tan cercana y ahora tan lejana ¿Todo verdad o todo mentira?

domingo, 5 de diciembre de 2010

esfuerzo

El nombre de Joe DiMaggio quizás no les diga mucho. El siguiente un poco más, Simon y Garfunkel. Ellos grabaron una famosa canción, Mrs. Robinson, donde se preguntan: ¿Dónde has ido Joe DiMaggio? El nombre de Marilyn Monroe es conocido por todos. Marilyn y Joe estuvieron casados, poco tiempo. Pero su relación siguió aún después del divorcio y de hecho, era a él a quién Marilyn acudía cuando las cosas no iban bien. Murió ella y dicen que Joe nunca la olvidó. Y Joe intentó desaparecer de la escena. Un tipo raro, decían de él, un tipo solitario, uno de los mejores jugadores de beisbol de la historia. Se juntaron un solitario y una solitaria y Joe no soportó el mundo de las estrellas. De donde no desaparecía Joe nunca era del campo de juego. Dicen que le preguntaron una vez la razón de su esfuerzo y él contestó: “Porque puede haber alguien ahí afuera que nunca me ha visto jugar antes”.

DiMaggio, the last american knight (Joseph Durso).1995

aplauso

En un partido de baloncesto de hoy, el narrador dice del equipo que va perdiendo que están recibiendo su merecido. Merecido castigo se sobreentiende. Se pueden hacer méritos para el premio o para lo contrario. Mientras los aviones vuelan, los controladores corren de nuevo a la torre de control, huyendo del castigo. Les ha salido el tiro por la culata. Nuestro refranero es rico y se ajusta a cualquier situación. Decía Ortega y Gasset que “de un pueblo que no aplaude, se puede esperar poco”. El aplauso abre el corazón, observe el gesto, siempre y cuando sea sincero. Hipocresía hay hasta en ese gesto. Dice Sánchez-Ferlosio en un artículo del lunes 29 de noviembre, publicado en El País, que se aplaude demasiado, incluso en los entierros. No nos ponemos de acuerdo. Creo que miles, por no decir millones, aplaudirían la resolución del conflicto de los controladores. Ahí les dejo con la duda de si abrir su corazón o no, pero si lo hacen, háganlo de verdad.

viernes, 3 de diciembre de 2010

seguro

El mundo de la publicidad es a veces apasionante, cuando crea verdaderas obras de arte de escasos segundos al servicio de la promoción de la venta. Otras veces, atenta contra la inteligencia de los espectadores, causando vergüenza ajena en éstos, que no entienden si los publicistas intentan captar la atención de algún sector de la población con mente obtusa. Vender seguros de decesos, o de muertos, no es fácil. El otro día recibí una llamada de alguien que quería venderme el seguro de los muertos. Yo de pequeño no entendía a qué venía a mi casa cada mes alguien a cobrar el seguro de Santa Lucía. Lo entendí hace poco, cuando dejas que alguien se encargue de todo tras años pagándolo todo. Pero cuando la amable señorita me recitaba por el auricular las ventajas de su aseguradora, me sentía desprotegido y estúpido. Todo tipo de ventajas para un muerto, ventajas que nunca podrá valorar en su justa medida el finado. Todo tipo de detalles para que el último trago sea menos amargo. Con sensación extraña le dije que me llamara dos días más tarde, para pensarlo. No sé qué hay que pensar aquí. Será por lo de dilatar el futuro. Mientras pienso, vivo. Y mientras vivo, no necesito seguro.

controlador

Ser controlador aéreo en los tiempos que corren es un privilegio. Uno, porque significa que tienen trabajo. Dos, porque trabajan menos horas y cobran mucho. No dudo de la responsabilidad y del estrés que puede genera esa labor. Como muchas otras, peor pagadas. Todo el mundo tiene derecho a la huelga, pero no a hacerlo de forma encubierta, mintiendo respecto a su salud y cerrando los aeropuertos. Falta de respeto a los que quieren viajar para disfrutar de unas vacaciones y falta de respeto a los que nunca viajan porque no pueden y falta de respeto a todos en general. El privilegio debe ir acompañado de un sentido de la responsabilidad, de tamaño igual o superior a la que ellos aducen para pedir más salario. Esa falta de responsabilidad tiene otros calificativos, que dada mi responsabilidad a la hora de hacer público este escrito, no puedo teclear. Adjetivos que resuenan en boca de miles de ciudadanos. Adjetivos, a mi juicio, razonables y justos. Hay que ser de piedra para no entenderlo o tenerla muy dura, la cara. En las fechas que estamos, llenas de buenos deseos, sólo les deseo que algún día sufran en sus carnes la falta de responsabilidad de alguien. Es impagable.