domingo, 29 de enero de 2012

Jorge Semprún

Federico Sánchez era el nombre clandestino de Semprún. Militante del PCE tras la guerra civil, el libro arranca en el momento de su expulsión del partido y navega adelante y atrás en el tiempo rememorando y confesando. Se declara cansado del “runruneo beatífico de las reuniones desfasadas de toda realidad social” y de la pereza mental de sus dirigentes. Despotrica contra Carrillo, a quién persigue incansablemente a lo largo del libro, no sin antes ahondar en su conciencia: “Hay que asumir lo que uno ha sido, y yo he sido un intelectual estalinizado. Hay que saber que lo he sido y tengo que explicar por qué lo he sido.”. Y lo explica, y teje una red de idas y venidas, y recuerda Buchenwald, campo de concentración nazi. Y se declara feliz, “tenía veinte años y era feliz. Y yo estaba con los buenos,…”. Y se planta en 1947, en París, y a la pregunta, “y yo, ¿qué era?, ¿quién era?”, responde con lo que hacía, lo que respondería cualquiera, pero se vuelve a preguntar, “¿algo más?” y la respuesta es “sí, todo lo demás, todo lo importante, todo lo que hace que uno sea lo que es,…” Y yo encuentro belleza y ternura en muchos párrafos del libro, y sobre todo, la sensación de que el autor apuesta por lo que cree y lo razona, y mientras se va alejando de fundamentalismos, se vuelve más humano.
Autobiografía de Federico Sánchez. Jorge Semprún (1977)

Emilio Prados

Otro exiliado, Emilio Prados, poeta, generación del 27. Leo tres de sus primeros libros. Ilusión y amor reflejados en aquellos versos que consigo descifrar. Comprometido con la República, marcha a México en el 39. Para muestra un verso, de su poema “Promesa”,
“Se abrieron de tus ojos las miradas,
como varillas de un compás
para medir mi alma”
Tiempo, Canciones del farero y Vuelta. Emilio Prados (1925-26-27)

Indalecio

El exilio que a lo largo de la historia ha acogido a tantos millones de personas fomenta ese recuerdo de lo cercano, que se vuelve lejano desde miles de kilómetros, aviva los recuerdos y organiza la vida en función de un posible regreso que, a veces, para la mayoría, no se produce. Indalecio Prieto dejó España tras la guerra civil, figura destacada del socialismo, ministro durante la República, ayudó en buena medida al intento de construcción de una España diferente. Este libro recoge tres conferencias que ofreció en México en Octubre de 1946. Muchas anécdotas, mucha memoria de lo que era Bilbao y muchos planes para un posible futuro; por ejemplo, desde el punto de vista de las obras públicas que él consideraba necesarias realizar, y de las que él soñaba con ser parte implicada en su planificación. El exilio nunca acabó para él. Hoy, la estación de trenes de Abando de Bilbao lleva su nombre añadido y un busto suyo observa a los viajeros que conforman el presente.
Pasado y futuro de Bilbao. Indalecio Prieto. 1946

viernes, 27 de enero de 2012

3 de marzo de 1976

Impresionan las imágenes, youtube, 3 marzo de 1976, Vitoria. Le invito a que las vea. El funeral, las palabras del sacerdote y de los compañeros, la petición de justicia, eran obreros, no terroristas, buscando mejores condiciones de trabajo, es decir, de vida, no hay nacionalismo, hay obreros. Yo estaba de excursión, 13 años; cuando llegamos a las afueras tuvimos que atravesar barricadas, y correr, y me refugié en casa de un amigo hasta que pude llegar a la mía. Auténtica batalla campal, con los obreros rotos de dolor y de rabia por la muerte de sus compañeros. Fue en la Iglesia de San Francisco, desalojada por la fuerza, asamblea de trabajadores, cinco muertos. Uno de ellos tenía 19 años, primo de un compañero de mi clase, trabajador, no terrorista. Manuel Fraga era el ministro de la Gobernación, responsable de las fuerzas de orden público. Las vidas son muy complicadas, las de todos, se ahoga lo malo y se resalta lo bueno, las conciencias se adormecen y se entierran los fantasmas. Lo digo porque a su muerte parecen sólo oírse alabanzas mientras las miserias se quedan debajo de la alfombra. Nunca se depuraron responsabilidades. No se encontrarán los muertos en el más allá, no tendría sentido.

9999

Parece que el telediario es un programa de humor. Ahorradores que no pueden recuperar su dinero hasta el año 9999. No, no es un error. Y Camps absuelto. El chiste no es ese, el chiste es que lo juzgue un tribunal popular formado por valencianos. No hace falta ser muy inteligente para saber que la estadística iba a arrojar un tribunal afín al PP, en comunidad donde les gusta ser apaleados y votar a los mismos, a pesar de todo, cual masoquistas, comunidad puntera en el ranking del déficit público, votan y votarán al PP. Y el fútbol sigue desmandado, el público de Barcelona aplaude las faltas de su ídolo, los blancos lloran y se besan un escudo en un trozo de tela, siguen los comentarios desaforados de algunos y no cesan los gestos absurdos del portugués del pelo blanco, que habla cuando le interesa. Saben, la semana pasada, en el partido de ida, yo estaba en Inglaterra. A nadie le importaba ese partido, sólo nos importa a nosotros, españolitos de charanga y pandereta que nos ahogamos en la crisis, a la espera de que baje alguien a ayudarnos, aquel al que le da gracias Camps cuando le absuelven, al que se encomiendan los futbolistas antes de la batalla, y al que rezan los del campo cuando no llueve. Y más tele, arrojo y españolía, eso destaca el comentarista sobre el equipo español de balonmano, y de paso, se inventa una palabra. En fin, que así nos va, desencantados pero charangueros, teatreros y milagreros, de fe de procesión y gestos vacuos, Y sobre todo, poco serios y faltos de responsabilidad cívica. Y luego se extraña la gente de que los jóvenes huyan en busca de trabajo. Lo raro es que se quede alguno aquí.

domingo, 15 de enero de 2012

4:27

La sorpresa espera en cualquier esquina. La fuente de inspiración también. El sentimiento no podía ser menos, por doquier espera agazapado. Y es viernes casi tarde y la música en el coche sigue sonando y suena el piano, y al poco una guitarra, y después la voz (“una vez”) y miro el ipod tras un rato para descubrir a la responsable de esa voz. Los músicos se hacen llamar Pastora. Y la sorpresa es mayúscula, porque funcionan los acordes y la mezcla es apoteósica. La canción, “desolado”. Y después de “una vez” la busco y encuentro y en 48 horas la habré escuchado tantas veces como mi mente quiera, y no me cansa. Y es que la voz de Dolo Beltrán es así, envolvente. Pero escúchela. (http://www.youtube.com/watch?v=xrfe1zw2r2o), son sólo 4:27. Y entre medias, El Cigala, Diego, cantando tangos y algo más, en el Auditorio de Alcobendas. Es sábado, ocho de la tarde. Llega tarde y los músicos ponen la entrada. Y sorprende ver al Cigala tan escueto en su comunicación con el público, concentrado en su lenguaje musical y corporal, el que a borbotones despliega. Y la ovación final, digna de cronómetro, hace honor a su profesionalidad y a su arte. Y los acordes de “El día que me quieras” suenan a gloria. Canción escrita para Gardel, por el letrista Alfredo Le Pera, que a su vez se inspiró en la obra de un poeta mexicano del siglo diecinueve, Amado Nervo. Y así, entre poetas románticos y canciones que llegan donde sólo la buena música puede llegar, transcurre el fin de semana, ese donde nunca es tarde para la sorpresa.

domingo, 8 de enero de 2012

afilador

A veces el fútbol es aburrido, veo un partido, del llamado fútbol base, juega mi hijo, y a pesar de eso, sólo faltan los bostezos; prima lo individual sobre lo colectivo. La colectividad en el fútbol es difícil de alcanzar. Y cuando se logra, se suele vencer. El triunfo de la colectividad sobre lo individual, eso es el cerebro. La máquina casi perfecta. A esa máquina le llega también el otoño, dicen los expertos, y ponen fecha, a partir de los 45 años. Dicen que a partir de ahí se empieza a perder memoria, capacidad de razonamiento, y también fluidez fonológica y semántica. Será el fin de las facultades. Ya saben, el fútbol es un estado anímico, pero también para el espectador, será que me faltan neurotransmisores esa tarde, de los buenos. Y cuando veo a Álvaro Pombo me alegro, aunque se le caiga al suelo el premio Nadal. Y es que las manos no siguen las órdenes, pero en la tranquilidad del estudio los fonemas salen sin prisa, medidos y cuidados, para crear obras que lleguen al alma, allí donde la veteranía siempre será un grado. Y mientras sueño despierto el afilador pasa, “…., navajas, cuchillos, tijeras, pobrecito afilador, que mala vida te espera, ….” No, no es mi imaginación, es real, recuerdo del fondo del armario, tengo testigo.

domingo, 1 de enero de 2012

2012

Que dos más dos siguen siendo cuatro. No hay que darle vueltas. Algunos pensaban que el PP iba a obrar milagros. Están caros en los tiempos que corren. Para ahorrar sigue habiendo que gastar menos e ingresar más. Habas contadas. Sólo que el mensaje electoral parecía de jardín de infancia o de Reyes Magos. Y no, la realidad sacudirá a todos los contribuyentes en este año que entra. No creo que nadie en su sano juicio mental se lleve las manos a la cabeza, otra cosa es que se incumplan las promesas. Pero eso queda para sus votantes, que pataleen. Decía Azaña, Don Manuel, allá por el 13 de octubre de 1931, en su discurso sobre la política religiosa, que el gobernante tenía que poner en marcha su “capacidad de inventar para adaptarse a las realidades vitales”. Rajoy, Don Mariano, no ha tenido que pensar mucho, simplemente le ha bastado sumar y restar, algo que se estudiaba allá por la EGB. Y la invención la deja para el nuevo año. Ahora que uno se acabó, digo, el año, pues que ustedes lo lleven bien, digo, y perseveren, y pongan paciencia a enfriar, para el año que entra o para el día de mañana o para los minutos que le restan para alcanzar la felicidad, el único objetivo que usted debe de asignarse como propósito o proyecto para el 2012, a pesar de los pesares.