lunes, 27 de junio de 2022

camino

Yo hago todos los días el camino, no el de Santiago sino el de mi casa, el que me lleva y me trae de vuelta, pequeña o grande la distancia, haga sol o llueva. Dicen que hay solidaridad en aquel, compañía, amistad, hasta espiritualidad para algunos. No sé qué hay en el mío, no tiene etiquetas de ninguna clase, sin nombre, no miro al cielo, tal vez un poco más al suelo para no tropezar con los obstáculos y esquivar mierdas, no hace falta un sello, ni cartilla, no hay control, tampoco descontrol, hay nada y un poco de  todo.

domingo, 26 de junio de 2022

virus

Esquivando las barreras, las variantes de esta pesadilla vírica se cuelan para seguir maltratando nuestros organismos.


Ya no hay normas o las hay mínimas, que no se cumplen, todo acabó, ya no se piensa más allá, ¿se hace normalmente?, ¿o es que nos tienen que decir que pensemos y encima dirigirnos al resultado que les interesa?, ya no es noticia, se esfumó, ya es una enfermedad como otra cualquiera, el que se contagia es tonto y el que se muere es débil.

querubines

Muchos tenemos algo de Diógenes y acumulamos queriendo o sin querer. Puede ser algo tan simple como bolsas de papel o de plástico, o tan indelebles como los recuerdos, materializados en objetos o en entrelazadas hebras que pueblan nuestra memoria.


Por eso de vez en cuando es bueno ir al punto limpio y arrojar trastos al contenedor desde esa altura desde la cual los relojes casi se destrozan aunque los insensibles angelotes, soldados al armazón, siguen sonriendo tras el impacto, duros y no pintados como clamaba Machín, sino esculpidos, redondos querubines.

monigotes

Son monigotes, o marionetas de hilos invisibles, son repetitivos, los hay televisivos, los hay que escriben en prensa diaria, con toma y daca que no admite lógica. No saben lo que significa la rigurosidad, eso no vende. Se compra carnaza, grito, le llaman debate y es mierda. Hablan como si estuvieran dentro y están fuera, muy lejos, adivinando, presuponiendo, jugando a acertar al cincuenta por ciento. Mucho corazón y mucho balón. Si dieran noticias acabarían en lo que se van dos minutos. ¿Se reconocen al escucharse más tarde? Cansinos con público.

nieves

Nunca deja indiferente Martin Gaite, y menos en esta historia de vidas a caballo entre la capital y los acantilados al borde del mar rompiente. Con no muchos personajes, no hacen falta multitudes, construye un bonito y atractivo relato. Búsquedas involuntarias para llegar a encuentros inesperados.


La reina de las nieves. Carmen Martin Gaite. 1994

viernes, 24 de junio de 2022

silencio

La reacción de cierta prensa tras la derrota de la izquierda en las elecciones andaluzas consiste en seguir sacando noticias, audios, etc. sobre presuntas corrupciones anteriores de la derecha. O en mostrar ocurrentes twits con miles de likes que nunca ganan elecciones. Bordeando la risa el gobierno baja el IVA de la luz. Algo de pasado, algo de presente. No sé si habrá forma de que rindan cuentas del pasado pero lo cierto es que el presente lo está ganando la derecha. Y no hay nada como un poco de silencio para pensar y reflexionar sobre cómo llevar a esas masas que se están escorando al otro lado el mensaje que quieren transmitir, aunque quizá el primer paso sea definirlo.

imbatible

Imbatible la música, lo que genera, lo que trae y lleva, un todo de emoción, puede haber hasta recuerdo sin lágrimas, queda tragar saliva y mirar un cielo que relampaguea, que descarga con brevedad; hay más que luces e instrumentos, hay más que entrega y voces, y versos, hay toda una vida que parece repetirse en canciones, que invitan unas a luchar, a no resignarse, a enamorarse, otras a soñar, y todas a mover lo que nos queda de hueso encerrado en un alma viva.

noche

Tiene algo de irreal subir la persiana y ver tres globos en el cielo, de colores que no son cielo.


Hay personas para las que la enfermedad es un signo de debilidad. Desconocen que mueren cada día un tanto así (un algo insignificante que no perciben, algo que se abarca entre los dedos índice y pulgar de cualquiera de sus manos).


En la víspera de San Juan, el bautista, el que dicen que nació un 24 de Junio, el decapitado más tarde, el de la cabeza en una bandeja, es de noche, siempre oscurece las vísperas de cualquier día. Y ya sin sol hay purificación, olvido, hoguera, fiesta, alcohol, vacaciones, y un verano que no es que se atisbe, es que ya ha llegado.

jueves, 23 de junio de 2022

lástima

Como en los animales que huyen de las llamas hay un miedo en mí, tardío, que quiere huir y llegar cuanto antes.

Qué lástima que haya palabras y reencuentros que vengan tras el dolor de la pérdida.

Dos coches pintados con colores vivos, antiguos, de largo alcance y escasa velocidad, ponen una nota diferente en una pared a la que le vino la mugre del tiempo para luego quedarse blanca antes de que el firmante soñara y plasmara.

lunes, 13 de junio de 2022

ovillo

Hay vidas que se cruzan, y así permanecen, o se separan, y así también siguen. A veces se quedan las caras tristes o compungidas. A veces se quedan alegres. Todo puede pasar al colgar un teléfono o al descolgarlo, o al escuchar esa voz.

A veces se ven globos caídos, desinflados, que fueron parte de la fiesta, que volaron sin explotar, que alguien remató con la cabeza, hasta con el pie, que quedaron para dar testimonio, breve porque alguien los retirará. 

A veces juego con un ovillo de lana, tiro del hilo y no llego al final, y de momento me encuentro con los ojos cerrados. Y todo para verme jugando encima de esa mesa redonda con los papeles de colores que se guardaban en una caja de cartón.

cristal

Se cierra la tetralogía con un cambio total de registro. Habla el poder por boca de Jacques Pangemannan, primero policía, luego funcionario. Encargado de llevar a Minke al exilio, su conciencia le castiga día y noche a medida que va conociendo la realidad de los que pugnan por organizarse para combatir el colonialismo holandés. Cómo parar lo inevitable, o cómo ponerle puertas al mar. Interesante lectura.

La casa de cristal. Pramoedya Ananta Toer. 1988

lunes, 6 de junio de 2022

galopando

No hay nada como esperar sin desesperar. Y cumplir días, y subir montañas para después bajarlas, y hasta acercarse a los libros, a la feria, y buscar algo que siempre encuentro.


Empezar el mes galopando, figuradamente, o empezarlo navegando en sueños, o empezarlo sintiéndolo.

domingo, 5 de junio de 2022

Peñalara

Empezamos por una mariposa, que luego se vuelve blanca, no contaré las hormigas, mosquitos u abejas, ni las lagartijas que nos evitan y vuelven a la sombra. De repente vacas que taponan el camino para luego apartarse, me pregunto lo que verán en nosotros. Enormes, de grandes cuernos, se hacen a un lado y siguen comiendo. No se ven las ranas que croan en las charcas, en un canto que no acaba. Y luego entre las peñas rodeadas de genista aparecen las cabras, con silueta recortada en el azul; parecen marcar su territorio y también nos miran. Y nosotros a lo nuestro, esquivando piedras, subiendo y bajando, cuestas que casi no acaban. En la laguna de los pájaros no están ni se oyen. El amarillo se mezcla con el verde, el agua, bajo sol o sombra, no refleja los neveros manchados de polvo de calima, con la mole imponente de Peñalara allá arriba, también recortada, por cuyas aristas suben y bajan los atrevidos humanos.

ídolos

Un padre con su hijo al lado, la madre le da de comer en la silla de paseo, ambos sentados en el banco. El padre absorto en el móvil. La vida pasa, los pájaros cantan, tu hijo hace un gesto que nunca volverá a hacer y tú encerrado en esas mínimas pulgadas.


Hace una semana los ídolos vestían de blanco y daban patadas a un balón. Hoy los ídolos o ídolas están a cubierto del sol, en asiento, y firman libros. Esperando, en una cola interminable, las adolescentes y algo menos, en su mayoría chicas, esperan llegar a la carpa donde Alice Kellen, que nunca se llamó así, firma sus obras. Siempre es bueno leer.


Cantar, micrófono en mano, bailar, alegrar la mañana que empieza, todo entre los vaivenes y el traqueteo del tren. Ajeno a las energías cinéticas o a las fuerzas centrífugas, él lleva la suya propia.

marino

Marinos por mares y océanos, aventuras múltiples, barcos negreros, la bahía de Cádiz y la costa vasca. Ir y venir, y tras meses o años encontrar que todo ha cambiado. Shanti Andía navegando o en tierra, a merced de las olas. Bonito libro.

Las inquietudes de Shanti Andía. Pío Baroja. 1910

sábado, 4 de junio de 2022

caballo

Y hay un caballo que yo imagino, que no burro, al que busco, al que no veo trotar entre esos prados, por esos caminos; quizás se asustó y huyó de los gigantes, de los molinos, de sus aspas y de sus vientos.

jueves, 2 de junio de 2022

patillas

En Burgos hay multitudes por las calles, terrazas llenas, y más gente, río, espolón y una catedral imponente, que se ve bien sin luz y con luz, que es difícil de describir, que es inefable, que cuando se proyectan luces sobre la portada parece un parque temático o de atracciones, que cuando se apagan y suenan los aplausos vuelve a ser la misma de hace 800 años. Y acertamos con el Patillas, o bar de 1914, donde se toca la guitarra y se improvisa, se canta, vienen amigos que se suman con el laúd y con otras guitarras, y todo para formar algo sin nombre, sinónimo de diversión, para ellos y para los espectadores, que es como estar en el salón de una casa donde las paredes no son blancas sino que se llenan de carteles y de recuerdos de algunos de los que pasaron un buen rato sintiendo o viviendo entre notas.

miércoles, 1 de junio de 2022

cantinilla

Comemos en Quintanilla de las Viñas, en la Cantinilla, bien y tranquilos, como debe de ser en un pueblo que dice tener 18 habitantes. Al lado, la ermita visigótica de Santa María, calor fuera, qué bien se está dentro, y más escuchando las palabras del guía, viendo el primer Pantocrator, hablando del siglo VII. Viendo al sol y a la luna que, a los lados, compiten por ser adorados. Parece un león enjaulado, de un lado a otro, el piso irregular y polvoriento. Y de repente se sienta, toma la guitarra y aborda el concierto de Aranjuez. Y así, un tanto asombrados, nos despedimos. La siguiente parada es Quintanalara. La borda se llena de libros, intercambiamos ejemplares, subimos la escalera y la bajamos, las arañas a lo suyo, ajenas a nosotros. Es mi tercera visita, me gustaría que no fuera la última.