sábado, 28 de mayo de 2016

tanner

Sorprende el mundo de Simon Tanner, uno de los hermanos que da título a la novela del escritor suizo. El protagonista, joven despreocupado, desvergonzado, feliz y perezoso, gandulea por una sociedad romántica. Esperando algo, siempre. O dejando pasar la vida en esa armonía con el entorno, sin pedir nada más que salud. Picando de trabajo en trabajo sin encontrar acomodo. Llama a las puertas de la vida y pone el oído, y mientras, sueña. Para reflexionar sobre nuestro modo de vida.

Los hermanos Tanner. Robert Walser. 1898

 

por la tarde


Me sobran las palabras habiendo cuadros de por medio. El empeño por parte de los organizadores por dotar de letras a la pintura se me hace a veces cuesta arriba. Sobre todo cuando los conceptos expuestos se denominan divisionismo o futurismo. Palabrería para llenar paredes. La fundación Mapfre no está atestada en tarde de sábado. Serán porque el todo gratis se quedó atrás. Obras del XIX o de primeros del XX. Pintura italiana. Dos obras en pastel que destacan. Las Lágrimas de Mentesi y el retrato que Boccioni hace de La mujer de Balla con su hija. Formato grande en tamaño y en expresividad. El palacio de Buenavista o Cuartel General del Ejército no es fácil de visitar. Hoy es día de puertas abiertas porque se pinta en sus jardines. Pintura rápida al son de músicas y entre vehículos militares en exposición. Un doble concurso, uno de temática militar, cuyas obras se exponen en uno de los patios, y el rápido que apura las últimas pinceladas. Variedad de técnicas y aproximaciones. El ganador del primero difumina la ayuda humanitaria y lo hace muy bien. Exposición de fotos en BernalEspacio. Mike Disfarmer retrata gente de Arkansas entre 1939 y 1946. El alma de la gente se titula la muestra. El blanco y negro resalta sobre paredes blancas. Almas que parecen hablar de desesperación y cansancio en rostros tostados por el sol. Niños con cara de pena y ropajes amplios. Música en video que acompaña la exposición. Nadie a esa hora. A diferencia de las calles que empiezan a albergar gran cantidad de gente. Se juntan turistas con seguidores futboleros. Esperamos en la calle Cervantes a que nos den un par de entradas gratuitas en la casa museo de Lope de Vega para una obra de teatro posterior.  Allí vivió y murió Lope. Un poco mas adelante hizo lo mismo el autor del Quijote. La literatura se agolpa en el barrio de las letras. Haciendo tiempo visitamos el convento de San Ildefonso y San Juan de la Mata, o de las trinitarias. Allí está enterrado Cervantes. Monjas de clausura que cantan y visitantes que se fotografían delante de la placa que atestigua la morada del escritor. La iglesia es bonita y contiene interesantes piezas escultóricas. Hora de pasar al patio de la casa de Lope de Vega y asistir a una pequeña representación, Cervantes antes del Parnaso. Cuatro actores y un objetivo, hacer pasar un rato agradable. El patio tiene pozo y árboles, y se presta al reposo. El esperpento como género dramático. Dicen que fue Valle Inclán quién lo inició en Luces de Bohemia y todo, según cuentan los guías gratuitos que recorren Madrid, gracias a unos espejos, cóncavo y convexo, que se encontraban en la fachada de una ferretería en el callejón del gato. Hoy en día esos espejos, agrietados por impactos, están en el interior del bar Las bravas. Fuera, otros nuevos deforman nuestra realidad.

lunes, 23 de mayo de 2016

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Suena una alarma, suenan las campanas, dos veces. La torre de San Pedro está tan cerca que casi podría tañerlas yo. A la altura de un sexto piso. También gallo veleta sobre típica cúpula levantina de ladrillo azul. Sol sobre tejados y sombras que crecen o decrecen. Ruido de calle ahí abajo. Voces de trabajadores y coches. Desayuno en la Tapa. Plazas que despiertan. El Segura lleva cuarenta centímetros de agua. Hasta siete metros llegan las señales. El pez gigante busca agua u oxígeno. En la trasera del episcopal aparece el Cardenal Belluga en estatua y niños de excursión. Gritan. Suenan las castañuelas en la escuela de artes y danzas. Es hora de visitar la catedral. Empezamos por la torre. Visita guiada donde estamos solos. Explicación en el exterior. La segunda torre mas alta de España después de la Giralda. Se asciende por un sistema de rampas que en un momento dado aumentan su inclinación. Se esconden relojes que ya no funcionan en sala de secretos donde hay reverberación al hablar y donde se puede hablar de un extremo a otro sin que el que está en el centro se entere. Llegamos a la zona donde está la sala de los conjuros. Allá donde se invocaban las ayudas contra tormentas, inundaciones y plagas, o se bendecía al Segura que daba vida. De la sala central a los cuatro conjuratorios de las cuatro esquinas de la torre mas otro conjuratorio que está colgado sobre el vacío. De ahí un cilindro en forma de palmera alberga la escalera de caracol que nos lleva al campanario. 20 campanas, toneladas de peso. Mes y medio tardaron en subir una de ellas. Cada quince minutos se tocaban en su día para marcar el riego de las huertas. Suenan hoy también, quince minutos para las once. Asustan. Parece mentira que se llegaran a alcanzar los dos metros de agua en el interior de la Catedral. El Segura como dador de vida y de desastres. Bajar la rampa siempre es más cómodo. Muy interesante la visita a una torre que estuvo en construcción durante 300 años (200 de ellos con obra parada). Y que está un poco inclinada. No abandonamos el recinto. El museo de la catedral es el destino inmediato. Preciosa Inmaculada en formato pequeño, talla anterior a 1690 de la escuela granadina. Y dos joyas de Salzillo. La virgen de la leche, relieve de 1745. Y sobre todo, el San Jerónimo, obra de 1755. Gran realismo y viveza. Me recuerda a las tallas de Carmona. Del museo pasamos a la Catedral, donde suena el órgano. Capillas cerradas pero bien iluminadas.  Y textos explicativos. La joya es la capilla de los Veléz, fundada por Juan Chacón en 1490. Mayordomo mayor de la reina Isabel e hijo de Gonzalo Chacón. Mas Salzillo por toda la Catedral. La capilla de la Inmaculada del trascoro muestra una bonita talla de la Inmaculada, anónima de finales de XVII, de escuela madrileña. En 1854 un incendio destruyó la nave principal. Por eso el retablo del altar mayor es relativamente nuevo, de 1862 y estilo neogótico. Allí, en un arca de piedra descansan el corazón y las entrañas de Alfonso X. Él lo quiso así, y su cuerpo se dividió. Turistas, grupos guiados, se hablan lenguas. En el altar una sorpresa, una talla de la Virgen que acoge gente bajo su manto. Nos dicen que es la Virgen de la Merced o de la Misericordia, no pertenece a la Catedral, y viene de Puebla de Soto, talla anónima del XV. Andamos hasta el barrio de Vistabella buscando un mercado con oferta culinaria. No la hay. A veces las guías fallan. Barrios de vida normal, donde no hay turistas. Árboles de flores moradas y niños con pelota. Sol y calor. Comemos al aire libre en el palco del parlamento tras desandar lo andado.. La ensalada murciana, o lo que es lo mismo, moje manchego, y un arroz y verduras. Menú del día, muy bueno. La Arrixaca contra la Fuensanta. Ecos de la visita mañanera que nos llegan ahora. O como la lucha por el poder entre parroquias hizo cambiar la patrona de la ciudad. En la plaza, una estatua del Maestro Fernández Caballero, de 1935, compositor de zarzuelas, como gigantes y cabezudos. Poco a poco avanzamos hasta el Convento de Santa Clara. Visita gratuita a un recinto que alberga un museo con restos arqueológicos de un palacio árabe adyacente y un espectacular museo de arte sacro que muestra la colección de las monjas clarisas. Dice Ibn Arabi (Murcia 1164-Damasco 1240) a la entrada: “Mi corazón acepta todas las creencias. Prado es para las gacelas y convento para el monje, templo para ídolos, Kabila para peregrinos, tablas de Torá y libro de Corán. Profeso la religión del amor doquiera cabalguen sus monturas, pues el amor es mi sola religión y mi fe”. No hacen falta explicaciones. Volviendo a lo mundano dice Al-Hinyari refiriéndose a esa Murcia árabe, “casi siempre está la vida barata y se encuentran frutas a buen precio”. La historia dice que el convento se remonta a 1290. En arte sacro, obras mayoritariamente anónimas como la colección de tallas de Niño Jesús. Obras de Nicolás Salzillo, el padre de Francisco, artista italiano. Y la estrella de la colección es un crucificado del hijo, llamado Isabelas, por pertenecer a esa congregación, una de las ramas de las franciscanas. Talla de 1770. El ruido del agua que no se pierde. Y sombra ventosa. Y más ruido y menos pensamiento, y mas paz en el descanso. Tiempo de quietud. Una leche preparada o merengada en Sirvent. En la Iglesia del convento no falta la talla del escultor murciano. Ecos de California, serán las palmeras y el adobe. Muchas flores y una monja que dialoga tras la celosía. El miércoles continúa.

sábado, 21 de mayo de 2016

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Murcia, llegar por la tarde. Aparcar, mas calor, salió el sol. Grande. Hotel Zenit, en calle estrecha, enfrente iglesia, San Pedro. Sonarán las campanas a las ocho, y a cuarto, y a media. Pasear y descubrir. Situación cómoda para llegarse a la plaza del Cardenal Belluga, importante en la historia de Murcia. Allí está la Catedral, de imponente fachada. Y el palacio episcopal, de tonos salmón y que guarda un aspecto antiguo. Del siglo XVIII. Primera y sorprendente visita a la oficina de turismo donde a la chica que atiende parecen no importarle los turistas. Según ella Murcia se vería en una tarde, escasa. Nada mas lejos de la realidad, afortunadamente. Calles peatonales y llegamos al Casino. Edificio del XIX, guarda los caprichos de construcción y estética del romanticismo, para acoger a socios y a los que quieran pagar. Algo se puede ver sin aflojar el bolsillo. Decorados árabes, galerías acristaladas, peceras a la vista del público donde las imágenes se multiplican en numerosos espejos, y vidrieras de nuevo cuño, con infinitos colores. En los bajos expone acuarelas el artista Eugenio Para. Buen sitio, a la vista de muchos posibles visitantes para mostrar su arte. Caminamos la Gran Vía, bulevar de terrazas y descanso. Al final del paseo la estatua de Alfonso X, quién entró el primero de Mayo de 1243 en la ciudad, incorporándola a la corona de Castilla. La temperatura alcanza el calificativo de ideal. Parques con niños y múltiples terrazas. Descanso en la plaza de Santo Domingo, donde la vendedora del kiosko de flores me confirma que el árbol de dimensiones enormes que habita el lugar es un ficus robusta de 1800. Raíces que se retuercen y copa gigante para dar sombra a todo el que la quiera. A su alrededor palmeras y esculturas. Suenan los pajaritos, los de verdad y los del acordeón. También el “my way” de la voz. Me pregunto quién será Ricardo Codorniú, con luengas barbas, busto sobre pilar, y con niña afligida que parece ofrecerle flores. Apóstol del árbol, estatua de 1930. Él falleció poco antes. Ingeniero de Montes, persiguió y consiguió la reforestación de varias zonas de Murcia. La obra es de José Planes. También una bonita obra con múltiples personajes, dedicada a los derechos humanos. En la iglesia de Santa Ana, cercana, tocan a misa. Pertenece al convento de las Dominicas. Y dentro se ilumina el camerino central con la imagen de Santa Ana y la Virgen Niña sobre fondo rojo y con nubes de sustento. Es obra de Salzillo, el autor de nombre Francisco al que perseguiremos por las calles de su ciudad. Nació y falleció en Murcia, 1707-1783. El ayudante enciende luces con encendedor eléctrico. Las monjas cantan. Andamos y vemos mas plazas. Una pequeñita con árbol que da sombra se encuentra al lado de la Iglesia de San Bartolomé. Aquí se apagan las velas, lo que no es óbice para admirar una de las joyas del escultor murciano. Su Virgen de las Angustias, de 1740, pertenece a la Cofradía de Servitas. También llamada la Piedad de Salzillo. En la misma iglesia un San Eloy, de 1749, expresivo y que recuerda a la postura de San Jerónimo. Uno de los tantos que piden por las calles de Murcia lleva carpeta en mano y ofrece marca páginas por la voluntad. Dibujados por él, dice que perdió las tijeras hace un rato y no pudo terminar de recortarlo en su justo tamaño. Busca subsistir. El palco del parlamento andaluz es una cafetería restaurante sita en la plaza de Julián Romea. Probamos las croquetas de salmorejo y de pollo al curry. También la omnipresente marinera, o ensaladilla rusa sobre rosquilla de pan, coronada por anchoa. Marinero si se corona con boquerón. Julián Romea fue un actor del XIX, de teatro romántico.  Plaza dedicada y teatro. Abre el teatro gratuitamente para albergar el pregón de la coronación canónica de la Virgen de la Soledad de la parroquia de San Antolín. Espectacular el recinto, de tonos rojos y beige. El telón es una obra de arte, lienzo que esconde otro telón, ya con las iniciales bordadas del teatro. Curas con alzacuellos, monjas y público en general, así como personalidades. Se bajan las luces, se apagan. Penumbra iluminada desde el techo. Rezos en el escenario, y cantos. Dos coros de hombres. Son las benditas ánimas de Patiño. Aparece el pregonero, Alberto Castillo, periodista. Loas a la Virgen, a Murcia y a la tradición. Pide respeto, no hacemos mal a nadie. Canta Curro Piñana, saetas, a capela. Vuelve el periodista. También es nombrado cofrade de honor. Sólo dos antes de él, uno de ellos Jose Ibañez Martín, ministro de educación desde 1939. Entre aplausos se despide el acto. La plaza Belluga está en penumbra, mejor. Todavía hay gente y música. Ya no están las tijeras. Cruzamos el Segura, mucho cauce para poca agua. Es el puente de los peligros. Todavía pedalea Venus en bicicleta. Siempre lo hace. Es hora de descansar.

lunes, 16 de mayo de 2016

almansa


España es mas verde hoy. Fueron las lluvias. Viento frío en La Mancha. Nubes y gotas sueltas. Llovió hace poco en Almansa. Los molinos se antojan gigantes o las piedras se antojan mas grandes. Era yo pequeño y todo se suele exaltar. Las proporciones se recrean en la imaginación. Eran paredes sobre riscos, de altura infinita. Y lo son, pero finitas. Me confundiré de escenario o el escenario me confundió a mí, tras la ventanilla de un coche. En Almansa, un castillo. Yo lo imaginé mas estilizado. Hoy es lo que siempre fue. Un cerro, el del Águila, aprovechado para añadirle altura y piedras, y torres, y crear una defensa o una atalaya. La fortaleza ya fue árabe. Luego reconquistada, luego remodelada. Luego vino el olvido y los nuevos tiempos que quieren cuidar el patrimonio y difundir la historia. Empecemos por la reconquista, 1242, el infante Alfonso, mas tarde rey sabio. En el siglo XIV, el sobrino del rey, el infante Don Juan Manuel, hereda el señorío de Villena, donde se enclava Almansa. Será otro señor, Juan Pacheco, Marqués de Villena, quien en el XV haga un gran remodelado del recinto construyendo la torre del homenaje entre 1445 y 1454. Para muestra el escudo y un texto que cita al Marqués como Mayordomo mayor del Príncipe Don Enrique. Escalera, lujo del gótico civil, de caracol, para llegar a lo más alto. Vistas desde arriba. Mientras, un pájaro que entró y no sabe salir. Hay que ayudarle a que su vuelo no choque por siempre contra el cristal que engaña. Pintadas y mas pintadas en la escalera que asciende y desciende. Son las consecuencias del antiguo abandono. También Almansa fue noticia mas tarde. Corría el 25 de abril de 1707. Guerra de sucesión a la corona. Felipe V contra el archiduque de Austria. Ganan los borbones. Una exposición permanente, el Museo de la batalla, muestra la historia. Curiosidades, como el personaje del Vitorero, el que dicen que anunció la victoria, dando gracias a la patrona. Tradición que sigue hoy en día durante las fiestas del pueblo. También hay Casa Grande en Almansa, hoy dependencia municipal, palacio de 1575, con bonita fachada. Y no podría faltar la iglesia, la de la Asunción. La virgen de Belén preside, a la espera de traslado inmediato a su santuario. Manto azul y muchas flores, hasta un florido escudo del Real Madrid. No hay que olvidar que Santiago Bernabéu está enterrado en Almansa. La imagen es del XX habiendo sido destruida la original durante la guerra civil. Silencio en los bancos y soledad. Dice un cartel, “no permitáis que la noche os sorprenda enojados”. Hora de comer, en el bar Rambla, concurrido. Menú del día, bueno. Las bajocas son las judías, nombre popular.

domingo, 15 de mayo de 2016

blancanieves



Los normales contra los no normales. Quizás quién leyera el libro en su momento lo tuvo como detonador de aquel 15-M que cumple cinco años. La militancia contra la seguridad de una vida mas o menos normal. El riesgo de los jóvenes contra el conocimiento de los adultos. Casualidades que llevan a remover cimientos que parecían asentados. Familias con preguntas y relaciones que sacuden conciencias. La corporación omnipresente contra la acción individual. David contra Goliat. O luchar o protegerse en burbuja. Interesante. A veces la discusión se me antoja pesada. Seré yo.

El padre de Blancanieves. Belén Gopegui. 2007

distancia



De apellido alemán, escritor argentina. Relato opaco, que leo en un rato. No se puede parar una vez empezado. Claustrofóbico a veces. Una conversación, un diálogo, donde una parte habla mas que la otra, que apunta, asiente o dirige. Se van atando cabos dentro del misterio que se crea. Oscuridad al empezar y al terminar. Originalidad.

Distancia de rescate. Samanta Schweblin. 2015