jueves, 30 de diciembre de 2021

deseos

Pero puestos, ya puestos, en modo carta a los magos que echo en el buzón de Correos, que se me antoja como un león de enormes fauces, ante la iluminada sonrisa de mis padres, podría decir que quiero soñar cada noche, que también me apetece bailar, que me gustaría pintar la niebla, sacarla de su único color, que quisiera escuchar la soledad de los árboles y poder entender el vuelo en bandada de los pájaros. Y poco más, y poco menos; quizás olvidaba que quiero vivir contigo.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

vivir

A veces al acabar ciertos libros me pregunto ¿y ahora qué? Qué seguir leyendo después. Y es porque hay páginas que te cambian el paso, que te dejan pensando si habrá algo más, algo que siga agigantando el placer de la lectura. Y lo habrá, seguro. En estas líneas hay mucha oscuridad, entre guerras y dictaduras, con casas al borde del abismo e historias brutales llenas de violencia y venganza, todo bajo una prosa brillante y diferente. Libro a leer y autor a seguir.


Vivir abajo. Gustavo Faverón. 2019

domingo, 26 de diciembre de 2021

nada

Es un Domingo, aún de mañana, todavía no llegó la tarde, pero anticipo palabras, las que siguen.


Que en la lista semanal de libros de ficción más vendidos entre nueve librerías de Bilbao y Vitoria aparezca Nada de Carmen Laforet en el sexto puesto es una buena noticia. Entre tanta novedad del mundo editorial que busca nuevos lectores, entre tantas y tamañas tramas, hay gente que vuelve la vista atrás, fue publicado hace casi 80 años, y busca el que sin duda algún día se convertirá en un clásico de la literatura si es que ya no lo es.


Cada vez que escucho al Rey me parece estar escuchando a un actor, con su buena declamación, eso sí, faltaría más. Pero no a un buen actor, no veo a un rey detrás, será que nunca he escuchado a ninguno de verdad. Y cuando acaba el discurso se me olvidan las palabras, huecas, obvias y simples. 

sábado, 25 de diciembre de 2021

fluir

Como pescador que va al Zadorra salgo temprano sin saber nada de lo que pasa en el mundo, intuyo que sigue a lo suyo, que nadie nos confinó en las últimas horas, porque alguien veo, a un señor que en un bar, sentado, come su bocadillo, puede que no cenara anoche. Y si las calles están vacías más lo está la vía verde del antiguo ferrocarril, encajonada entre tapias escritas y pintadas, con árboles a los dos lados, con sus copas peladas, con su base que mantiene algunas hojas arrugadas y mustias que caerán cuando sople el viento por el túnel. Y lo que ya cayó alfombra el carril bici, húmedo. Y las fábricas o talleres parecen ausentes, la corrosión presente en paredes, y sólo el ruido en alguno delata que algo se produce, no sé el qué, allá donde tantos pasan sus vidas.  Y de repente humanos y perros, se cruzan, y uno de esa raza que me gusta aúlla, no ladra, y no sé qué significado tiene lo que parece un lamento, podría ser sorpresa, saludo, miedo o alegría. De ella, parada por un instante, veo su pelo de tono rojizo, pero no sus ojos. Y tras breve cuesta donde el tren cede llego al río que hoy parece manso, y que hace unos día creció y creció hasta desbordarse, y el agua cuando se desborda es imparable aunque hoy me parezca mentira. La vuelta me lleva por otros caminos, un coche aparcado podría albergar dos cuerpos amándose que eligieron este día para contarse un futuro. Sitios conocidos, todo humedad, los pájaros que picotean, que vuelan, y la vida que surge,  él pone un asiento, planta su cartel que pide ayuda, se sentará, ella habla con alguien por la pantalla del móvil, en un idioma diferente, mientras el niño del carro que empuja aprende las palabras de su madre, y el abuelo lleva pan. 

Todo parece fluir, hasta mis miedos, que suben y bajan. Y si vine deprisa vuelvo más deprisa, cuánto me gustaría correr, porque ella está sola, porque ella es frágil.

viernes, 24 de diciembre de 2021

planes

Cambio de planes, cancelaciones, nada es seguro, la última hora, lo imprevisible, lo que nadie espera, el azar, todo lleva a esta noche, buena. Salen las fanfarrias, hasta el olentzero, no sé si lleva mascarilla, no quiero verlo. No es mío, vino después, cuando ese tiempo había pasado. ¿Se acabó ese tiempo? Es otra tarde, la enésima, de navidad de verdad, la que empezó con el gordo, la de tardes largas; y el móvil que suena, hablar, no llorar. 

jueves, 23 de diciembre de 2021

ida y vuelta

¿Hemos llegado?, no sé si llegar es pararse cuando nuestra tierra sigue girando a la vez que continúa su órbita, que alguien diga algo. Andar y contar decía Chaves Nogales, lo suscribo, a veces con silencios, a veces con palabras, siempre mirando, que no falte, no bajar la cabeza, salir corriendo, volver corriendo, a ese niño vuelvo, en camino de ida y vuelta. 

fugaces

Las estrellas fugaces son tan fugaces como las miradas que intercambiamos con desconocidos en la calle. Aquellas caen de las iluminaciones navideñas, desaparecen y vuelta a empezar. Las miradas se olvidan pasados unos cuantos metros.

El garaje de la cuesta roja necesita una mano de pintura. 


Tacones lejanos, una película que me gustó. Ahora oigo tacones cercanos, y no me gusta.


El trajín, las compras, las cenas, las comidas, o cómo continuar con las costumbres navideñas en tiempo de pandemia. No deja de ser una lucha contra la adversidad un tanto absurda y bastante ridícula. 

lunes, 20 de diciembre de 2021

medici

Los señores de Florencia en novela gráfica. Intrigas, batallas, corrupciones, territorios convulsos, donde a pesar de todo brillan los artistas, apoyados por esos señores, tiempo de Renacimiento artístico, todo bajo la sombra de los Papas de Roma. Para hacerse una idea de quiénes eran y de lo que significaron en la historia de la ciudad. Interesante.

Medici ,integral I. Varios autores. 2017

castañas

Ya conozco al castañero, siempre el mismo. Está apostado de espaldas al fuego de la locomotora que custodia, las manos atrás. Nos mira pasar a los viandantes, y puedo pensar que cada uno de nosotros que no para a comprar sus castañas pueda representar una desilusión momentánea para él.


Vitoria llegó hasta Elorriaga, y quedó a sus puertas dejando edificios, bulevares y paseos. No hay conquista, quizás colonización. La distancia de antaño se recortó. No se movió el pueblo, imposible mover la iglesia, que lleva plantada siglos. El límite lo marca el riachuelo que un día imaginé que podría ser el Duero grabado a vista de dron, eso es lo que hace una tarde oscura y lluviosa.


Cada vez que salgo con mi madre caminamos despacio, muy despacio, el paso lo mas seguro posible, aunque no sea firme. Ella cogida de mi brazo. Ella parece poner sonido al paso con el golpe del bastón en el suelo, suena a metálico. Creo que falta el clamor de una corneta, pero es que la realidad no suele tener banda sonora detrás. Nunca he salido en procesión.

viernes, 17 de diciembre de 2021

luna

Y la luna al campo ilumina débilmente mientras yo oigo sus pasos y ellos los míos, mientras otros callan, pájaros despiertos todavía, que ahora meterán la cabeza debajo del ala, que ya cesaron el canto, que todo es pensamiento y oscuridad a esta hora, que la vimos una vez se fueron los cielos negros, ya no puede crecer más, dijo alguien. Callamos todos sabiendo que es verdad, sabiendo que sólo acercándonos a ella podríamos llorar de emoción, lo que hacemos cuando nos ilusiona y nos sorprende pareciendo más cercana. Pero no, no viajaremos hasta ella en cohete espacial, andamos sin más, pensando otra vez en la tierra que dejó de temblar allá donde el volcán pareció agotarse, sin más lava, sin más ríos. No volaremos y seguiremos conversando, y seguiremos bailando, y luego desnudos ocultaremos el rostro, adelantándonos al tiempo que aún no ha llegado.

jueves, 16 de diciembre de 2021

vuelta.8

Nadie las pega ya en el coche, esas pegatinas que antes tapaban casi la luna trasera. Aditamentos para algo nuestro que un día deja de serlo. Lo vemos viejo, ya no suena igual. Nos asusta que nos deje tirados. La estética gobierna esa industria y de paso a nosotros, y lo que ayer era lo más hoy está caduco. Las formas eran cuadradas, hoy son redondas, mañana no se sabe. Y de repente un día nos vemos dejando al viejo auto a un lado y veinte minutos más tarde estamos aspirando el olor ese a nuevo, olvidamos rápido. También es signo de progreso o de que las cosas no nos van mal, podemos permitírnoslo. Puedo y lo demuestro, cambio de coche. Que se joda el vecino que nunca salió del cuatro latas. Total, para lo que se mueve. Ostentación. Al principio lo lavas, los antiguos le daban hasta cera. Luego lo olvidas. Luego esperas a que llueva, y así en ciclo que se repite hasta que un día descubres que la ilusión por cambiar, o por estrenar, ya no es la misma. Se encienden las alarmas, se apagan los sentidos. Se sosiega el espíritu, se serena el alma. Y ves a alguien a quien te parecerás en unos años, con gesto cansado y andar pesado, aparcar o circular en vehículos que chocan a los sentidos porque su tiempo acabó. Pero aún transitan, despacio, como quién lo conduce. La chatarra puede esperar. 


Quintín

Quintín García Róelas regresa a Córdoba tras unos años de educación en Inglaterra. Y en Córdoba descubre otro mundo, al que se lanza. Mil aventuras se suceden, con bandoleros, amores, vidas cruzadas, todo con la revolución de 1868, la que destrona a Isabel II, como telón de fondo.


La feria de los discretos. 1905. Pío Baroja

sábado, 11 de diciembre de 2021

directo

Luces, sonidos, calles que se llenan, las compras de muchos, nuestro paseo, el que nos lleva a pararnos ante los músicos que hacen corro, hay tímidos aplausos, también silencios, alguna emoción, la que aparece cuando llega Pachelbel, siempre al rescate. Muchos graban, ¿qué hace la gente con los vídeos del Canon? Me pregunto si lo vuelven a ver, y si entonces lloran, o se rompen, si gritan, si ríen o si hacen el amor. Y sin respuesta nos vamos a la Venencia, la que podría aportar un decorado de película antigua, la que mantiene su esencia o su alma, en paredes sin pintar, con sus mesas trilladas. Será también que dicha alma se alimenta con las palabras de los que allí departen y pasan unos minutos de sus vidas. Seguimos camino de Casa Manolo, donde a las croquetas no se las llevó la pandemia y retornamos al Lara donde Ana Corbel pone voz y sentimiento, todo lo pone, y Chico Pérez acompaña al piano. Entre colores y sombras suena la copla, la de siempre, y una vez más la música en directo se convierte en algo mágico, difícil de superar, en eso que traspasa corazones.

mancha

Frío y mucho viento en las planicies de la Mancha. Sonidos, silbidos del aire, olores de campo. Las aspas de los molinos no se mueven, todos blancos, con nombre, alguno con franja azul, mientras, una figura del Quijote soporta los embates sin pasar frío. Es un alto, una colina, alguien acertó con la ubicación para los gigantes; a su lado el Castillo de la Muela, escenario de conquistas y reconquistas tras asedios de hambre y sed. El viento que nos mueve. Bonito el perfil allá en lo alto, recuerdos de similares vistas desde la ventanilla de un coche. Ya en Consuegra el cauce está seco y la vida diaria no llena las calles. Alrededor hay poco color, vides y campos de olivos, sólo el cereal deja restos amarillos. Rectas y pueblos desperdigados. 

Preciosa la plaza de Tembleque, con soportales y doble balconada, y con ornamentos florales y cruces de Malta aportando color. Y en Ocaña otra plaza Mayor, enorme, más clásica; descubro con asombro dos placas blancas con letras rojas que incumplen la ley de memoria histórica, algo tendrá que decir el consistorio. Comemos en Palio, amabilidad y buenos alimentos, para después emprender la vuelta a la gran ciudad.

martes, 7 de diciembre de 2021

arlequín

Comentarios, ensayos, artículos, pequeños textos.  Disfruto con su lectura. Hay escepticismo, rebeldía, disconformidad, críticas a la prensa y a la especie política que ya era más representación que ser. Avanzado cuando pide que se tenga en cuenta a la mujer, que pueda existir el divorcio. Proclama la necesidad de ser libres para pensar. Impactante “la condenada forma”. 

El tablado de Arlequín. 1904. Pío Baroja

lunes, 6 de diciembre de 2021

piedras

Hay líneas en tu cara, que nacen en algún punto y la surcan, son breves, tan irregulares como algunos de los latidos de mi corazón, los que se anticipan. Hay esta mañana nieblas allá arriba, montañas incompletas a medio dibujar. Hay piedras en Segovia, infinidad, ordenadas, las que crearon un Acueducto majestuoso, el que seguimos hasta que se lo traga la tierra, las que levantaron iglesias donde la gloria viene del suelo, donde las esculturas permanecen, ayer y siempre. Hay un Alcazar que parece de cuento o de juguete de Exin castillos, y un señor con sombrero y traje de verano que nos mira a través de la cámara que lo inmortalizó una mañana lejana. Los turistas andamos y las piedras tuercen nuestros pasos, se perdió el miedo al virus, se compra lotería, se sueña. Luego llega la oscuridad, la lluvia fina que cae insistente, tus líneas que se difuminan y mis latidos que se extravían entre tus manos.

domingo, 5 de diciembre de 2021

soldados

Apabullante el final, las palabras desbordan y con ellas salen las emociones. El placer de leer a veces es único. Un libro para recordar y para recomendar.


Soldados de Salamina. Javier Cercas. 2001

viernes, 3 de diciembre de 2021

cristales

Con mis gafas de cristales de color azul puedo ver fotos antiguas en escenarios que todavía existen, son nuestros reflejos de entonces, de los años que nunca desaparecerán, veo también las sillas ocupadas por los mayores, que están sentados, que toman café después de pedirlo, que hablan, ríen y callan. Veo también la navidad en el aire, que ya parece agotada antes de empezar; sabiendo que siempre acaba el mismo día algunos se empeñan en adelantar el comienzo, demasiado pronto, fuera de mes, fuera de todo, demasiado color, y con tanta luz que podría cegarme si no fuera por el color azul.

vuelta.7

 Hubo tiempos en los que el atajo nos metía por parajes siempre nocturnos, poco o nada iluminados, todo para esquivar la espera infinita. Alrededores de El Berrueco y riscos recortados sobre un azul a veces estrellado. Nunca se sabe si se acierta tomando el atajo o escogiendo un carril u otro, o tomando el adicional. Te fijas algún vehículo como referencia y cuando quieres acordarte te has olvidado. Es como la vida, no se puede repetir el camino y probar. Elegir es la opción. Mirar el reloj. Llevamos tantas horas, puede ser día de record. Siempre los hubo, para poco o para mucho. Qué manía con batirlos. Al volante es peligroso. Mejor que sea mucho y llegar. Sanos y salvos. Papá no corras, decían los coches de antes. Y se ponían las fotos de ella y de los niños. También había rosarios o una Virgen o un Cristo, todo colgando del retrovisor. Y estampas de todos los santos. A algún taxi le faltaba salpicadero para tanta devoción. También muñecos, peluches y bichos de todo pelaje. Algunos movían la cabeza en la parte de atrás. Molestar al conductor y despistar al de detrás, doble función. Todo eso pasaba antes que tener perro de verdad se pusiera de moda y hubiera que llevarlo también de viaje para ver asomar la cabeza de un bicho enorme por la ventanilla. Te mira, no sé lo que ve. También Elvis movía la cadera, o el Fary en versión mas patria. Aquel cantaba King of the road. Las dejó hace tiempo. Lástima que Elvis no esté vivo. Eso suena a canción. 


miércoles, 1 de diciembre de 2021

colmena

Novela coral, retrato de la posguerra en España, dura, escueta, repleta de personajes, de vecinos, de amores y engaños, de personales que se miran en el café, que viven y malviven.


La colmena. Camilo José Cela. 1950