domingo, 28 de febrero de 2016

contrastes



El Prado de nuevo. Exposición de Ingres. Haciendo tiempo descubrimos el claustro, piso de arriba. Perteneciente al monasterio de San Jerónimo el Real fue cedido en 1998 al museo. Hoy alberga una colección de esculturas de los Leoni. Encargos de la familia real. Explorando se descubren cosas. Como la obra Cristo presentado al pueblo, de Quinten Massys, repleta de gestos. Ingres, francés, pintor del XIX, nacido en el XVIII. La exposición es interesante. Realista, retratista. Su Angélica, desnuda sobre fondo rojo, la Virgen adorando la sagrada forma o la Condesa de Haussonville pueden formar parte de la historia. Contrastes en la noche, la iglesia de las religiosas de María Inmaculada celebra misa. Se acaba al son de cánticos en latín, silencio después, al abandonar el lugar. Es la calle Fuencarral. Muy cerca, en Hortaleza, la Iglesia de San Antón parece albergar vida. Abre siempre, 24 horas. Se hace cola para recibir bolsa de cena y caldo o café. En el interior, voluntarios de los mensajeros de la paz van de un sitio para otro y hablan y reciben. Iluminación festiva, dentro y fuera. También llamada iglesia de la misericordia, centro de acogida, para los descartados del sistema. También para los enamorados, las reliquias de San Valentín están ahí. El proyecto tiene apenas un año. Un espacio para compartir. Hasta los animales tienen cabida. Por primera vez veo a un perro abandonar la primera fila. Gente que no sabe dónde ir. Quizás sólo esperando una palabra de consuelo o de ánimo.

música y arte



Concierto de las candelas. A beneficio de los hermanos de San Juan de Dios. La iglesia casi llena. El presentador, hermano de la orden, asombra por su serenidad. La orquesta empieza por el famoso Canon de Pachelbel, música del XVII. Y continua por el Adagio de Albinoni. La obra mas triste del mundo. Me recuerda su aparición en la película Galipoli, batalla de la primera guerra mundial, donde en medio de la noche, tropas australianas surcan en pequeñas barcazas el mar para alcanzar la orilla y la muerte. La música hundiendo la herida. Resulta que el adagio lo compuso realmente el italiano Giazotto en 1945 a partir de unas notas semi destruidas encontradas tras el bombardeo de Dresde y atribuidas al músico barroco. La historia cuenta con detractores y seguidores. Sea lo que sea, la emoción no entiende de historia y el concierto sigue y al final son varias versiones del Ave María las que buscan elevar el espíritu fuera de este mundo. Cambiando de día, es domingo y llueve. Siempre hay gente en Madrid. También en CaixaForum, donde acaba la exposición Mujeres de Roma. Obras del Louvre al alcance de la mano. La introducción aclara cual era el papel de la mujer en la sociedad romana. Inferior, ya dependiendo del padre o del marido. Algo no ha cambiado tras veinte siglos si viajamos por el mundo. Importante colección de arte, mucha escultura y relieves. La poca pintura produce escalofríos. Tres muestras de retratos de mujer, del siglo II, eran tablas que cubrían el rostro de los cuerpos momificados para su enterramiento. La arena del desierto egipcio permitió la conservación. Rostros que nos miran a través de sus grandes ojos. Algunas piezas sobre mármol son magníficas. La belleza trasladada al medio frío y blanco. También descubro ménades bailando, mujeres al servicio de los dioses, con la cabeza hacia atrás y pelo al viento. Pasamos al Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Es una obra del XVII, antigua cárcel. Bonito patio de piedra donde presentan una exposición sobre el bicentenario de la orden de Isabel la Católica. Después de toda una vida en Madrid descubrimos un bar nuevo, en la calle de los mesones, en Plaza Mayor, es la cava de San Miguel, y es el mesón del champiñón. Local estrecho donde se acumulan las bandejas de champiñones que se asan a la vista de todos. Buenos y sabrosos.

sábado, 13 de febrero de 2016

hammond


De Albert Hammond me quedan imágenes en blanco y negro y sus actuaciones en programas de variedades o de tardes de domingo donde lo mismo se cantaba un gol que se presentaba al artista del momento. Gibraltareño de adopción, nació en Londres en1944 por la evacuación de la colonia durante la guerra mundial, pero volvió al peñón y allí pasó su juventud. Lo revivo viendo que Olivia Newton John, la excepcional voz de Grease, también grabó uno de los temas de Hammond, “The Air That I Breathe", escrita en colaboración con Mike Hazlewood. También es suya “When I Need You" , escrita con Carole Bayer Saguer. Ambas fueron grabadas por él pero se hicieron populares en las voces de The Hollies y de Leo Sayer, respectivamente. Pero si una canción marca la carrera de Hammond es “Echame a mí la culpa”. De letra que toda una generación podría recitar y de música que no se olvida. Curiosamente, esta canción no es suya. El crédito es para Jose Angel Espinoza, Ferrusquilla, compositor mexicano fallecido el año pasado y al que le inspiró un desengaño amoroso vivido en primera persona.

aeropuerto viejo

El miedo en la infancia aparece muchas veces. La oscuridad, la negrura de la noche lo inspira. Los espacios desconocidos traen reminiscencias de peligro. La entrada de un túnel siempre es algo que concita temor. Nosotros nos parábamos en las entradas de esos túneles y creo que nunca entramos. Yo al menos no. La linterna hubiera sido obligatoria y sobre todo mas audacia para ir en busca de algo desconocido. Se contaban historias de arsenales, y de bombas perdidas, todavía por explotar. Se contaba y no se paraba, y eso avivaba todo. Porque lo que sí era cierto es que desde allí salieron los aviones que bombardearon Guernica, y que de allí salió el avión que transportaba al General Mola y que no llegó a su destino, por eso, en el 37 el aeródromo tomó su nombre. Después llegó el abandono, pastos para ovejas y espacio para dar rienda suelta a la imaginación, para soñar historias y buscar el miedo aun no queriendo encontrarlo. Luego vinieron las urbanizaciones y la expansión de una ciudad hacia Salburúa. Todavía se puede ver alguno de esos arsenales, ya selladas sus entradas, rodeados de columpios. Lo que sea que escondían nunca saldrá a la luz.

durana

El restaurante Quejana del hotel Canciller Ayala ofrece un gran menú a precio asequible en un entorno de tonos blancos con vistas a la Florida. Esto es de hace cuatro días como quién dice. En un lugar como Vitoria donde comer bien no es difícil, el lugar eleva el listón. El porqué del nombre de ambos se explica por el nacimiento en el pueblo alavés de Quejana del que llegara a ser Canciller del rey Enrique III de Castilla a fines del XIV. Un tataranieto, Pedro López de Ayala, conde de Salvatierra murió en la cárcel de Burgos en el año 1524 donde estaba preso por su rebelión comunera contra el monarca Carlos I. Así perdió Salvatierra su señorío y se incorporó a la corona real. Es famosa la batalla donde los comuneros son derrotados, en Durana, ante las tropas leales a la realeza. Yo de Durana guardo el recuerdo de una nochevieja, de unos viveros, los Cengotitabengoa, todavía activos, propiedad de la familia de un compañero de clase, de una excursión en bici donde descubrí lo que era una pájara, y de un circuito de motocross, donde el barro se adhería a las prendas de los espectadores tras el paso de las rugientes motos. Pero el recuerdo mas duradero será el de un bar, en las inmediaciones, donde el niño de siete años que yo era vio en una tele en blanco y negro, colocada allá en lo alto cómo los brasileños se ganaban el mundial ante Italia.  Dicen que jugaba Pelé, el 21 de Junio del 70, yo sólo sé que estaba con mi padre y con mas gente, no sé bien qué hacíamos allí y si fue casualidad nuestra presencia o no. Nada más.

emigración

Tras la guerra civil, inmediatamente, se procede a la abolición de los privilegios fiscales de Vizcaya y Guipúzcoa, no así de Álava y Navarra, por su adhesión al levantamiento. Este concierto económico diferente se verá reflejado a partir de 1955 con las ayudas que la Diputación Provincial ofrece para la implantación de empresas en territorio alavés. Serán 1700 empresas las que se abran en los siguientes veinte años y se ampliarán 1900 más. Industrias trasladadas desde el valle del Deba o de nueva creación. Lo anterior no son mas que datos históricos que ayudan a entender mi historia. Esa fábrica que se traslada a Vitoria, donde trabaja mi padre. Y por eso estoy yo allí. Los libros ayudan a veces a escribir la propia historia o a entenderla, a fijarla en un contexto que nunca supe. Los millares de emigrantes que acuden a la llamada de un trabajo seguro en un entorno diferente. Así se construyen las ciudades y la vida. Esa ciudad que ofrece fotos antiguas, donde se camina con sombrero o con boina, las niñas también, las señoras con pañuelo o velo, se va y se viene. Lo mismo años después, lo mismo ahora. Los sombreros ya no son tales, serán gorras, los velos desaparecieron de nuestra religión, no de la de nuestros mas recientes inmigrantes. Pero el paseo como forma de pasar la tarde, o la mañana, se mantiene. Y se hace mas vivo, a veces, y mas paseo, otras. Para ver, sentir y tomar el pulso de una sociedad cambiante.

FDR

Extraordinario recorrido por la vida del presidente americano. Premio Pulitzer, se lee con adicción y sin agotamiento. FDR fue elegido cuatro veces presidente de los Estados Unidos, empezando en 1932. Protagonista de tiempos convulsos, como la Gran Depresión o la segunda guerra mundial, es su vida al servicio de los ciudadanos un ejemplo de dedicación. Quizás fuera el magnetismo del poder, visto en su juventud, cuando se casa con Eleanor Roosevelt, sobrina del presidente Theodore Roosevelt (a su vez primo lejano de FDR), lo que afianza su camino hacia la política. Da sus primeros pasos como asistente del secretario de la marina, siete años, durante el mandato de Wilson. En un encuentro con el historiador Henry Adams, éste le dirá que “nada de lo que se haga desde la Casa Blanca afectará nunca al mundo”. Nada mas lejos de la realidad. En 1921 contrae la polio y la enfermedad le retira un tiempo de la vida pública. La discapacidad inherente le acompañará toda la vida. En sus declaraciones FDR empieza a dejar claro lo que debe diferenciar a un demócrata de un republicano, que es buscar el bienestar del ciudadano medio y no el de unos pocos. Como gobernador de Nueva York introduce la radio para dirigirse a la población y sus discursos se convierten en algo habitual. En su carrera hacia la presidencia de 1932, en plena depresión, habla por primera vez del New Deal, ese acuerdo que esperan millones de americanos que esperan una vida digna. Desde la presidencia pondrá manos a la obra. Primero ofreciendo alivio inmediato para los mas desfavorecidos. Siguiendo por planificar o controlar la economía desde el gobierno. Planificar la producción, agrícola e industrial, porque “es necesario traducir el bienestar de unos pocos en el bienestar de la totalidad, dejando a un lado intereses egoístas…” y para pasar de “salarios y empleos miserables a empleos que permitan vivir…”. Todo ello acompañado de programas de inversión pública para construir escuelas, hospitales, carreteras, parques,… y para dar una oportunidad de vida a los millones de desempleados. Pone también los cimientos de una seguridad social para los mayores y pobres. Acciones que le convierten en blanco de las críticas de los republicanos, que le acusan de introducir el socialismo en América. Luego vendrá la guerra mundial, y esperará el ataque de Pearl Harbour para entrar en ella, aunque ya antes barruntaba la necesidad de parar al nazismo. Su relación con Churchill y Stalin, sobre todo el primero, está muy desarrollada en esta parte del libro. Estrategias para luchar contra la amenaza mundial. Su salud declina y no le ayuda su actividad incesante en ese periodo. Muere el 12 de abril de 1945 a los 63 años de edad sin terminar de ver el final de la contienda, dejando un legado para la historia.

 
Traitor to his class. The privileged life and radical presidency of Franklin Delano Roosevelt (H.W.Brands-2009)

gamboa

Compro el libro en abril de 1997. Lo leo ahora. Olvidado en una biblioteca. Lo busco tras leer en otro ejemplar que el protagonista bien pudiera ser oriundo de un pequeño pueblo llamado Nanclares de Gamboa. El apellido del pueblo delata al protagonista del libro. Nombrado caballero en la corte británica, la vida del alavés es sinónimo de aventura y guerra. Nuestro guerrero sirvió como capitán once años en los ejércitos de Carlos V. Tras una disputa en la que mata a un compañero, y antes de ser detenido, deserta y acaba en Inglaterra donde será nombrado maestre de campo de una tropa de mercenarios españoles al servicio de Enrique VIII. Mandará a unos 1400 arcabuceros que él se encarga de reclutar por los campos de batalla de Europa. Corre 1545 y participa en las luchas en la frontera escocesa y también contra Francia. En 1547 participará con sus arcabuceros a caballo en otra invasión de Escocia. Entabla amistad con otro par de alaveses, Carlos y Baltasar de Guevara, primos. La que será su perdición. El primero le acusará ante el rey de corrupción y será cesado como maestre. La enemistad se hace presente y Gamboa contrata dos sicarios para que maten a Guevara. Cambiarán de opinión y se aliarán con los primos para esperar a Gamboa en una calle de Londres, oscura, y darle muerte allí. Juzgados y condenados a muerte, serán ejecutados en los días siguientes. El caballero Gamboa murió un 19 de enero de 1550.

 Ya lo decía Shakespeare en su obra “A vuestro gusto”…

“…es un soldado, amigo de extraños juramentos y barbado como un leopardo, celoso de su honor, presto y ágil en las reyertas, siempre en busca del vano prestigio hasta en la boca del cañón”


Sir Pedro de Gamboa (Julio Cesar Santoyo-1974)

viernes, 12 de febrero de 2016

verano 2006



De noche en Picadilly, el Museo Británico, con cúpula cubierta e infinidad de objetos, bustos, estatuas descabezadas, trozos del mundo transportados por el imperio y expuestos para deleite del turista. Nelson en su pedestal. Guardias haciendo eso, con sable al hombro. Reloj en Big Ben, el Támesis, siempre caudaloso. Fotos al borde, Hyde Park con hierba un poco mustia, con cómodas sillas, juegos de cartas, el Harrods y el Museo de Ciencias Naturales con los dinosaurios. Turistas y puentes por cruzar. Noches de risa en el hotel. Jugar a las cartas, en hierba, o sobre cama. Paseos a orillas del río, repleto de actuaciones callejeras. La noria, gigante. Covent Garden, la catedral de San Pablo, siguen las fotos. Mas en la torre Gherkin, en la City, espectacular estructura recubierta de cristales. Reflejos infinitos. El puente de Londres y la torre, comer en las escaleras, al lado de un foso. Fotos en los muelles y paseo en crucero. Las casas del parlamento de noche, que no se mueva la máquina. La foto saldrá. Candem Town y sus canales, y sus tiendas de todo a modo de rastro gigantesco. El tiempo se oscurece, casas de colores, chubasqueros. Comidas vietnamitas o chinas, o indias, exóticas. Diferencias en un país que se ha hecho multicultural. Todo esto en el verano de 2006. En viaje casi improvisado. Para el recuerdo. Los niños crecen, sorprenden, disfrutan.

sábado, 6 de febrero de 2016

trespuentes

Íbamos a Trespuentes en bici, por carreteras con apenas coches, sin sensación de peligro. El puente romano cruza el Zadorra y al otro lado se llega a las ruinas romanas (luego las llamaron Iruña). Allí jugábamos, metidos entre lo que parecían restos de casas. ¿Pisábamos suelo romano? No recuerdo cuando la investigación avanzó y se acondicionó el entorno. No buscábamos monedas ni espadas. Las espadas las poníamos nosotros. Allí quedaron nuestras persecuciones y los tiros de mentira, o las peleas de pega, o las aventuras sin fin. Al lado, el convento de Santa Catalina, hoy botánico. Tras la desamortización se convierte en enclave militar en las guerras carlistas. Éstos, allí refugiados, sufren el acoso del militar riojano Martín Zurbano, el que da nombre a la calle de Madrid. Éste lo incendia matando a decenas de carlistas. Hablamos de 1836. Volvamos al presente, mas bien al pasado. Siempre hay que volver, a casa, en bici, con menos fuerzas, cansados. Por carreteras estrechas. Las ruinas siempre estaban a nuestra disposición. Para cualquier día de verano.