domingo, 28 de febrero de 2016

música y arte



Concierto de las candelas. A beneficio de los hermanos de San Juan de Dios. La iglesia casi llena. El presentador, hermano de la orden, asombra por su serenidad. La orquesta empieza por el famoso Canon de Pachelbel, música del XVII. Y continua por el Adagio de Albinoni. La obra mas triste del mundo. Me recuerda su aparición en la película Galipoli, batalla de la primera guerra mundial, donde en medio de la noche, tropas australianas surcan en pequeñas barcazas el mar para alcanzar la orilla y la muerte. La música hundiendo la herida. Resulta que el adagio lo compuso realmente el italiano Giazotto en 1945 a partir de unas notas semi destruidas encontradas tras el bombardeo de Dresde y atribuidas al músico barroco. La historia cuenta con detractores y seguidores. Sea lo que sea, la emoción no entiende de historia y el concierto sigue y al final son varias versiones del Ave María las que buscan elevar el espíritu fuera de este mundo. Cambiando de día, es domingo y llueve. Siempre hay gente en Madrid. También en CaixaForum, donde acaba la exposición Mujeres de Roma. Obras del Louvre al alcance de la mano. La introducción aclara cual era el papel de la mujer en la sociedad romana. Inferior, ya dependiendo del padre o del marido. Algo no ha cambiado tras veinte siglos si viajamos por el mundo. Importante colección de arte, mucha escultura y relieves. La poca pintura produce escalofríos. Tres muestras de retratos de mujer, del siglo II, eran tablas que cubrían el rostro de los cuerpos momificados para su enterramiento. La arena del desierto egipcio permitió la conservación. Rostros que nos miran a través de sus grandes ojos. Algunas piezas sobre mármol son magníficas. La belleza trasladada al medio frío y blanco. También descubro ménades bailando, mujeres al servicio de los dioses, con la cabeza hacia atrás y pelo al viento. Pasamos al Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Es una obra del XVII, antigua cárcel. Bonito patio de piedra donde presentan una exposición sobre el bicentenario de la orden de Isabel la Católica. Después de toda una vida en Madrid descubrimos un bar nuevo, en la calle de los mesones, en Plaza Mayor, es la cava de San Miguel, y es el mesón del champiñón. Local estrecho donde se acumulan las bandejas de champiñones que se asan a la vista de todos. Buenos y sabrosos.

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