domingo, 28 de enero de 2024

cardinal

La luna a la izquierda, en el este, salió una vez se ocultó el sol por el oeste. Yo bajando desde el norte en dirección sur, a veces sureste, a veces suroeste, los caprichos de la carretera que gira hacia allá o hacia acá,  el sol que cegaba, yo que pienso que soy zurdo en lo más profundo porque me siento más cómodo adelantando camiones en curvas hacia la izquierda, yo que dudo en las otras, los conductores que paran en gasolineras que parecen centros comerciales y que no paran en las solitarias de mortecina luz, que de tan poca casi dan miedo, que uno ha visto ya tantas películas que imagina escenas antes y después de visitar el baño y lavarse las manos por última vez, que un buenas noches debe de ser reconfortante a esas alturas del día, que las cuestas las sube bien el coche, las del camino conocido, tan conocido que me asusto cuando miro a la luna que deja un claro en la noche que se perdió en los puntos cardinales.

sábado, 27 de enero de 2024

jabalíes

Yo no sé a qué huelen los jabalíes mientras luna sigue su rastro aunque desconozca qué hay detrás de esas huellas que persigue sobre la tierra destrozada y levantada, el olfato que no todo lo puede, el rastro que se pierde, estarán lejos y ella es pequeña , ¿sería cazadora la que se asusta con esos charcos que parecen mares? alguno lo salta, otros los esquiva, otros la mojan, y luego sube las cuestas, y a mí me arrastra tras ella con el fondo de esas montañas nevadas, las de allá, luna, las que son música para los ojos.

lunes, 22 de enero de 2024

césped

He visto de todo en el fútbol, he visto tanto que a veces me canso y a veces disfruto como si de repente mi yo fuera el de un ayer muy remoto. Por eso la polémica arbitral en boca de adultos me parece tan infantil que se antoja ridícula, insultante (por lo de la inteligencia que se nos supone a los humanos) y anacrónica. Los colores obcecan y nublan la mirada y la objetividad se pierde si es que alguna vez existió. Ese fútbol, que en el fondo debería importar una mierda comparándolo con lo que ocurre en la vida de verdad, llena páginas y minutos con energúmenos que gritan y vociferan. Para lo que vale ser mayor es para tomar distancia y no olvidar que ante la duda los grandes equipos siempre tuvieron a los árbitros de su parte, que se lo pregunten a los equipos pequeños y humildes que completan la competición entre los gallitos de siempre y que no tienen ni voz ni voto en los medios, lo demás es palabrería absurda sobre un simple juego que discurre sobre un césped de color verde.

 

viernes, 19 de enero de 2024

mesías

Deslumbrante la Mesías, llámenle serie, es cine del bueno con una historia que interesa y con una forma que     se sale de la norma, para muestra esas cámaras que asoman por donde no se las espera (aquella que se mueve alrededor de una mesa redonda sin reparar en quién habla), o cómo dar con la canción precisa para una escena que abarca múltiples escenarios o cómo parar el tiempo con conversaciones llenas de sentido (esa que se desarrolla a oscuras entre hermanos).

Si hay algo que ver del año que se marchó está aquí.

velocidad

A otra velocidad, fuera de lo común, yo pude ver a luna saltar y bajar en un santiamén y después acelerar, como en una película con velocidad extra. Después pensé si era real, aún lo sigo pensando.

Hasta que volví a verla, esta vez con testigos, rayo o exhalación.


Dormida de pie, no entiende, es la perreta que se quiere ir y se queda.

mira

Ella mira hacia donde todos miramos alguna vez, es parte de la vida. Hasta cierto punto es lo esperado y previsible, no puedo decir mucho más.

Y duerme sentada o cierra los ojos anclada en un pasado que no vuelve.


Suena alegre y aparece disfrazada, más tarde se conformará con poco, eso es bueno.

sintra2024

Niebla y atascos para entrar a la ciudad, nosotros salimos. Sintra es verde, paredes verdes, el musgo que lo inunda todo. La Quinta de Regaleira es un espectáculo de verdor y agua. Moldeada por la mano del hombre presenta grutas de laberinto y pozo iniciático, ideal para un agradable paseo. Árboles enormes, flores desconocidas y agua que viene y cae. La tasca de Xico ofrece crema de verduras con chorizo flotante y bacalao con garbanzos, espinacas, mijo y batata. No sé qué está mejor. Hay turistas y casas que merecerían una segunda oportunidad como algunas mansiones de cuento con ventanas que se abren solas.

Crecen los maizales hacia el mar que se intuye. Azenhas de Mar, donde el océano ruge, brama o todo junto, es un espectáculo de olas que dejan espuma, se suceden una tras otra, a cada cual más imponente, café con vistas, ruido incesante, los pescadores quieren pescar. En la playa de Macas siguen las olas y la arena conserva la humedad de ayer. Luego playa Grande donde el sol se suma a la fiesta dejando su impronta en el agua mientras me pregunto si la niña sabe que el océano está ahí.

 

capitán

Siguen las aventuras de Embil, con Chimista que aparece y desaparece. Empezamos por La Habana y recorremos mares y océanos con Embil, el Atlántico, el Pacífico, los mares de la China, las islas Filipinas, viajes para llevar y traer mercancías, viajes donde ocurren percances, aventuras aquí y allá, hasta naufragios. Idas y venidas que el tiempo va pausando y apagando.

La estrella del Capitán Chimista. Pío Baroja. 1930

Lisboa2024

Y en Lisboa lo habitual, una mesa redonda, un río con luces, los aviones que nos sobrevuelan, las piedras que nos engañan, los agujeros a evitar. Rostros, vida y lo cotidiano como el vértigo de una terraza.
 
Empezamos a andar tan temprano que los turistas todavía no están, luego se unirán a la vida de la ciudad. Bajamos, andamos, el Tajo en su sitio con las aguas de hoy.
La iglesia de Santo Domingo conserva el daño del fuego, en el juego de piedra, papel y tijera no estaba incluido el fuego que se comió las piedras. Se reza en sillas individuales que podrían ser de niño, yo me descubro la cabeza, las mujeres no. Y el encargado se enfada cuando al empezar la misa los curiosos siguen curioseando.
Caminar y caminar, anunciaron lluvia y llueve.
En la pensión del amor las paredes rojas se llenan de retratos y grabados de mujeres, hay falos por doquier y el señor mayor podría dormirse si lo intentara.
Después de cenar en el Ararate, restaurante armenio, sigue lloviznando a través de la noche.
No es dormir, es cerrar los ojos de pie en el metro. Luz aquí y niebla allá. Un parque nebuloso, una basílica blanca por fuera. Suena música tranquila en la Estrella.
¿Qué es lo que piensan los niños del jardín de la Estrella? tan pequeños que parecen asustados y desprotegidos, ahí con sus gorras y pasamontañas, ahí cogidos de la mano que no pueden y no quieren soltar.
A la tercera la vencida, el cementerio inglés está abierto y rodeado de obras, con calles verdes, con musgo que forma alfombra verde. Los caídos en paz o en guerra reposan.
En la Rua da Costa nadie se asoma a la ventana, ella ya no está. Comida y libro en LX Factory. El puente rojo se pierde en la niebla, debajo habita un río invisible. Estamos en San Amaro, una penitencia subir sus escaleras. Y hacia Belém andando, haciendo fotos a la niebla que va y viene, que luego se irá del todo. Unanimidad en las miradas que se van hacia el puente rojo, algunos pescan, los más andando, algunos enamorados se susurran a orillas del Tajo. Los pasteles sin cola, el monasterio imponente, las gaviotas quieren comer, el sol, las palomas, un banco, la sombra de un bolígrafo, un árbol del que pierdo la sombra, las ramificaciones me parecen infinitas, pero no lo son.

muchacha

Tío y sobrina en la casa familiar a orillas del mar. Escritor y falangista que escribe sus memorias ajustando cuentas con el pasado. Ella le ayuda. Recuerdos que se debaten entre lo imaginado y lo que realmente fue. 

La muchacha de las bragas de oro. Juan Marsé. 1978

vida

Hubo rojos en el cielo, con el sol en retirada en contraste con las nubes negras. Al día siguiente se repitieron las escenas de toda la vida, llenas de alegría. Siguió un paseo con luna en solitario (somos dos), luego locuras digitales, conversaciones con personas de antes, más tarde jugamos a quitar maderas de una torre que toca el cielo, y calles sin poner y regalos y un éxodo de la pobreza en pantalla (gente que busca un futuro mejor, o simplemente comer, en contraposición al derroche que abunda en nuestros lares). Y la eterna pregunta, ¿hay otra vida?, no se olviden de la que tenemos ahora. Eso se olvida con una fiesta divertida y con reencuentros, la vida vence.

bilingüe

Con Barcelona como escenario se habla de disfraces y de lenguas, de emociones y charnegos, de abandonos y encuentros, de segundas oportunidades. Todo contado con un punto de humor que nos lleva a un final abierto.


El amante bilingüe. Juan Marsé. 1990

viernes, 12 de enero de 2024

badajoz2024

Sin conducir me adormezco, y me sobresalto al despertar sin volante, la rueda del calor o el frio da vueltas, alguna cigüeña, muchos campos, cielos plenos, montañas lejanas y sombras redondas bajo los arboles, son encinas, empiezo a añorar el calor en mi cuerpo para poder buscarlas en unos meses.

Y el diseminado ganado pasta, ajeno. Y engancho todo con conjucion copulativa, como los rios que se juntan sin saberlo, el Tajo enorme, el Tozo escaso. Busco Trujillo en lo alto y encuentro rebaños blancos.


Magos los Reyes que vienen por todas partes, por todos los caminos alcanzan ciudades y pueblos, ayer no los vimos en su cabalgata de Badajoz, no sabemos si llevaban todo lo que los niños pidieron y los adultos soñaron. El frio era intenso ya en la madrugada cuando a lo lejos se oian rumores de cajas y embalajes que se movian con manos invisibles, siempre se repite lo que yo soñé y soñé en aquellas noches de otros inviernos.


El señor hace música con las manos, mira al otro lado para no ser cegado por el sol, se despereza tras abandonar su morada en la Alcazaba, lleva la barba larga y blanca y sortea las baldosas como si fuera un niño. Luego ya mirando al sol, allí en la Plaza Alta, piensa en el camino a seguir con una mochila y una bolsa en la mano. Y dice o canta que ya vienen los Reyes Magos. Hoy no hay más rey que él.


Un zapato perdido, un pájaro encontrado, un gato solitario.


Pregunto que dónde desemboca el Guadiana con sus gaviotas.


Parece un día de pandemia, nadie en las calles, si no fuera por la churrería abierta hoy no podríamos desayunar a esta hora. Allí un señor mayor se toma cinco pastillas, las saca cuidadosamente de una caja amarilla. En el puente el río no se ve, no se sabe que está ahí si no fuera porque ayer lo vimos, y los paseantes parecen fantasmas que salen de una película de terror.


Son seis dias de vida, unas pocas horas, indefenso, ajeno a todo, aprendiendo, dependiente, amado y querido. Que la vida le sonria.      


Las muchachas de Olivenza no son como las demas, eso dice la canción que me canta ella por teléfono, en el lago Alqueva hay agua en abundancia y en Olivenza hay paz y casas blancas rodeadas de palmeras.

cigüeñas

Ella hace la señal de la cruz al empezar y al acabar el viaje, entre medias nos vieron las cigüeñas encaramadas a las farolas, todas ocupadas hasta que faltan cigüeñas para tanta atalaya. Debe ser que crotoreando se entienden, se llaman y se rodean de sus semejantes. Entre medias suena María Dolores Pradera, a ella le gusta, se le escapa alguna nota, es cantar, es atravesar las nieblas, las nubes y la lluvia. Es con ella y sin ella.

cabecera

Ocho relatos, dos por autor. Hay cuentos de Rosa Chacel con comienzo prometedor pero que se desarrollan con planteamientos oscuros.
Futbolero y bonito “el penal más largo del mundo”, de Oswaldo Soriano.

Cuentos de cabecera 3. NH. 1995

miércoles, 3 de enero de 2024

pan

La Vitoriana es una panificadora que se expande desde hace años como empresa de éxito llenando con sus despachos de pan y dulces  las esquinas de Vitoria, y es que venden pan del bueno, desde hace más de cien años, en concreto desde 1903, abren 363 días al año y ahora son noticia porque sus trabajadores se movilizan por unas condiciones salariales y laborales dignas. A veces no es oro todo lo que reluce. Gesto nimio, quizás inútil, dejaré de comprar el pan ahí hasta que alcancen un acuerdo.