Ronda del Guinardó. Juan Marsé. 1984
Un baúl mayor o menor, ahí todo cabe, caben siete días o caben diez. Hasta horas o miles de minutos donde se oyen voces chillonas, desagradables, otras menos, otros sones son de radio lejana, también de día libre, los más y mejores traen trompetas y música y baile para disfrutar. De lejos, quien sabe, llega un trueno grandioso, estridente, no es el mundo el que rompe, es el cielo que interrumpe sólo algunos sueños, luego goterones, luego lluvia que golpea furiosa, luego azules, nieblas, calor, menos. De lejos llega un tren que luego se va, despedida triste, silencios, también un autobús con música que celebra un ascenso, todos a una, el fútbol nunca da de comer, los días pasan, las componendas políticas dan vergüenza, pactos si, no, desdecirse, personajes que ayer vociferaban en las redes de mala manera, de esa que antepone el vómito a la mesura, dirigen o presiden hoy. Y decrece el día, parece mentira, hogueras de fuego que iluminan todo, playas llenas de basura después, purificación y resaca, alcohol y reencuentros, despedidas en la tele, sálvame señor, dentro de un bolsillo de camisa o pantalón cabe todo, hasta algunas cerezas, busco lámparas, no hay. Quién alumbra todo esto, ¿será el fuego del coche que arde? Cenizas, sólo cenizas después, no están en el baúl, no es que no quepan, es que el fondo que impide que todo caiga al vacío no está. Pensaré que es otro baúl, que es mi alma la que almacena o retiene u olvida.
Me gusta su forma de escribir, me gusta lo que cuenta y cómo lo cuenta, me gustan sus preguntas, sus interrogantes, el modo de buscar y a veces no encontrar.
La línea del frente. Aixa de la Cruz. 2017
Lluvia repetida, palabras repetidas, luego llega la sangre que también se repite y que anega los campos. Y el acordeón que a veces no para de sonar. Personajes por doquier, saltos en el tiempo, conversaciones cruzadas, antes, durante y después de la guerra.
Mazurca para dos muertos. Camilo Jose Cela. 1983
Un ascenso lleno de colores es infancia y adolescencia, es que pase, ha pasado, lo que no pasó entonces, es que entre azules y blancos las calles se vuelvan infancia de niños y niñas y de muchos más, y se llenen de esa excitación que nace de los colores y del gol.
Conversación en la Catedral. Mario Vargas Llosa. 1969
Y cuando es la pradera entera la que ondea, ahí y entonces querría que sonaran las trompetas para acompañar al murmullo.