Un baúl mayor o menor, ahí todo cabe, caben siete días o caben diez. Hasta horas o miles de minutos donde se oyen voces chillonas, desagradables, otras menos, otros sones son de radio lejana, también de día libre, los más y mejores traen trompetas y música y baile para disfrutar. De lejos, quien sabe, llega un trueno grandioso, estridente, no es el mundo el que rompe, es el cielo que interrumpe sólo algunos sueños, luego goterones, luego lluvia que golpea furiosa, luego azules, nieblas, calor, menos. De lejos llega un tren que luego se va, despedida triste, silencios, también un autobús con música que celebra un ascenso, todos a una, el fútbol nunca da de comer, los días pasan, las componendas políticas dan vergüenza, pactos si, no, desdecirse, personajes que ayer vociferaban en las redes de mala manera, de esa que antepone el vómito a la mesura, dirigen o presiden hoy. Y decrece el día, parece mentira, hogueras de fuego que iluminan todo, playas llenas de basura después, purificación y resaca, alcohol y reencuentros, despedidas en la tele, sálvame señor, dentro de un bolsillo de camisa o pantalón cabe todo, hasta algunas cerezas, busco lámparas, no hay. Quién alumbra todo esto, ¿será el fuego del coche que arde? Cenizas, sólo cenizas después, no están en el baúl, no es que no quepan, es que el fondo que impide que todo caiga al vacío no está. Pensaré que es otro baúl, que es mi alma la que almacena o retiene u olvida.
Berenjenas rebozadas
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Asar las berenjenas enteras en el horno. Dejar que se enfríen y quitarles
la piel dejando la parte de arriba como en la foto. Hacerles unos cortes y
estend...
Hace 4 semanas
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