domingo, 27 de septiembre de 2015

la gran belleza



El arte según Pessoa. Ir al final. El arte según Sorrentino. Vea "La gran belleza". Película italiana de 2013. Diferente. Novelista de una sola novela como protagonista. Fiestas con vistas al Coliseo en una Roma nocturna. Bailes que no van a ninguna parte. Vacuidad y mezquindad en personajes. Al borde de la desesperación algunos. La esconden en la noche. Vivir para seguir viviendo. Diálogos incisivos. Y mucha música y mucho baile. E imágenes que alternan simetrías y belleza. La diferencia de que te guste “el olor de las casas de los viejos”. El mar por techo imaginario con sonido de olas y gaviotas. Y la nostalgia que asoma al final de la vida. A cámara lenta a veces, se filma como recurso para alargar el tiempo y creer que todo dura para siempre. En busca de la gran belleza, un hombre solitario, inalcanzable. Imprescindible. 

El arte es un excusarse de actuar o de vivir (Pessoa)

sábado, 26 de septiembre de 2015

ávila


Mañana fresca y soleada en Ávila. Extramuros la visión es fantástica. Ascender a la muralla, rodeada de verdor y de azul cielo. Y sentir la mañana. Las edades del hombre en su sede principal de 2015, exposición dividida en tres espacios. Empezamos por la capilla de Mosén Rubí donde surge una espléndida talla de Isabel I de Castilla en actitud orante y con amplios ropajes, obra de Felipe Bigarny (1475-1543), y que reside en la Capilla Real de Granada. Espacio adecuado y muchas obras de interés para llegar a una de Juan Martínez Montañés, talla de tamaño natural de San Francisco de Borja, expresiva y real. Su lugar habitual es la Iglesia de la Anunciación de Sevilla. Siguiendo la vida de Santa Teresa se exponen diversos objetos como hábito, capa y alpargata. Se mueven los grupos entre las obras, con visita guiada, y nosotros salimos rumbo a la Iglesia de San Juan que exhibe una imponente colección. Mas gente a medida que avanza la mañana allá donde bautizaron a la Santa en pila que se exhibe en su capilla. De Nicola Fumo, escultor italiano del barroco, (1647-1725) se puede ver una talla pequeña, preciosa y delicada, que representa a la Virgen del Carmen con niño. De Manuel Pereira podemos admirar un excepcional crucificado, delgado y estilizado. Viene de las Carmelitas de Calahorra. Del mismo convento se expone el Cristo atado a la columna de Gregorio Fernández. De entre las pinturas destaca una Virgen del Pópulo que desprende una magnífica luz, es obra de Fray Juan Sanchez Cotán, (1560-1627), pintor toledano. Ya solo nos queda un espacio por visitar, el Convento de Gracia, el mas pequeño de los tres y que muestra un enorme retablo con múltiples figuras, representando la entrega del escapulario a San Simón Stock. Es obra del taller de Gregorio Fernández y se expone en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Es sábado y Ávila se llena de visitantes. Mercado medieval en sus calles. Muchos puestos y muchos lugareños incorporados a la fiesta con disfraces. Comida y artesanía en plazas y calles. Música y juegos para pequeños. Tiempo para visitar la Iglesia de Santo Tomé, hoy almacén del Museo de Ávila. Y al lado el propio museo, interesante. Colección diversa con pocos visitantes. A destacar el tríptico con escenas de la vida de Cristo y la Virgen, obra del taller de Hans Menling, siglo XV. Después de comer acudimos al Monasterio de la Encarnación, lugar donde Santa Teresa pasó gran parte de su vida. Se exponen todo tipo de objetos relacionados con la Santa, así como reliquias, también de San Juan de la Cruz. De éste se puede ver su famoso dibujo de un Crucificado en perspectiva desde arriba que dicen inspiró a Dalí. Hoy quedan treinta monjas de clausura. La celda que ocupó como priora se antoja extensa y fría. Locutorios y confesionarios se abren a un público que devora escenarios donde quizás busquen espíritus perdidos en el tiempo. Quizás inspiración. En la Iglesia adyacente los asiáticos se desviven con móviles y tabletas, fotografiando sin parar.

domingo, 20 de septiembre de 2015

de vuelta


Casas levantadas en cualquier ladera o colina, golf, campos verdes, campos menos verdes para el resto del paisaje. Mas casas, costa del sol, en sitios donde no parece haber acceso. Quién vive, es la pregunta. Dejamos casas y aparecen invernaderos, mares de plástico le llaman. Por aquí y por allá, toldos blancos. Llegamos a un pueblo de difícil nombre, Frigiliana. O de las tres culturas. Restos de fiestas. Limpieza y turistas. Famoso por una rebelión morisca en 1569. Los mosaicos nos cuentan la historia al ascender y entrar en el barrio antiguo. Casas blancas, lo esperado. Y azules en contraste. Mucha planta, maceta y flor. Muchos recovecos y casas en alquiler o venta. Parece ser que el turista extranjero viene atraído por la paz. Anuncios en inglés continuos. La Iglesia de San Antonio de Padua tiene un espejo, vírgenes y un crucificado en el altar. También las máscaras de los doce apóstoles en una urna. Paseamos bajo el calor volviendo al punto de inicio de la visita donde está el Ingenio, o Palacio de los Condes, que alberga una fábrica de miel de caña. Compramos un bote y seguimos camino, con parada en Jaén, donde comemos en el restaurante La Catedral, al lado del inmenso edificio que no abre a la hora pensada con lo que abandonamos la ciudad a la espera de mejor ocasión. El turista ha desaparecido de repente y la vida de lunes en provincias es poca a esas horas. Mas coche y parada en Valdepeñas, tierra de vides. Ha llovido hace poco y la plaza se prepara para las fiestas de la vendimia. La Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora tiene un hermoso retablo e imágenes listas para la procesión próxima. Ambiente de pueblo. Sin manta tomamos carretera hacia el hogar.

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Málaga vacía y sin despertar. Es domingo, día de churros y chocolate. Menos mesas preparadas hoy. Menos demanda. Por ser festivo es gratuita la visita a muchos museos. Como la Casa natal de Picasso donde descubrimos al padre del pintor, también artista, Jose Ruiz Blasco, y profesor en la escuela de Bellas Artes, del que se expone algún lienzo notable y una Dolorosa esculpida. De casta le viene al galgo, dirá alguien. Del hijo se exponen dibujos y grabados, documentos y objetos. También treinta aguafuertes, ilustraciones para la Metamorfósis de Ovidio, trazos simples. Las cotorras verdes chillan al sobrevolar el teatro romano, descubierto azarosamente en 1951 al pie de la Alcazaba. Corre la brisa en las gradas añadidas para observar el escenario silente. En la Iglesia del convento cisterciense de Santa Ana nos dicen que ya no hay monjas pero si la tumba que alberga los restos del escultor Pedro de Mena. Él quiso estar ahí y que se pisara al entrar. Ahí profesaron sus hijas con velo negro. Al lado el Museo Revello de Toro, ubicado en la casa donde murió y vivió Mena. Ahí un video recoge la vida del que esculpió Dolorosas y santos. Inquisidor, discípulo de Alonso Cano, destaca en su trabajo la sillería del coro de la Catedral. El museo como tal, dedicado a Revello, muestra la obra del artista malagueño, nacido en 1926. Es la mujer su fuente de inspiración, plasmada en retratos y cuerpos bellos siempre acompañados de un toque sensual. También hijo de un profesor de dibujo es admirable su serie de 12 retratos de mujer realizados a los 79 años. Día de tapas y de paseos para llegarnos a los jazmines y jardines de la Alcazaba donde fluye el agua y las habitaciones con vistas que nos hablan de siglos pasados. El parque alargado y paralelo al muelle parece un jardín tropical y las cotorras no dan tregua. Esperamos para subir en autobús al castillo de Gibralfaro. Al final, la visión de la cuesta en zigzag nos motiva e iniciamos la dura subida, de cuesta con pendiente inmensa. Despacio y con paradas para disfrutar las vistas de mar y tierra, como la del coso de la Malagueta con arena en contraste de colores. Las chumberas secas, parecen enfermas. Vistas bonitas desde lo alto del castillo que paseamos por almenas. Paneles que nos ayudan a descubrir vocablos y orígenes de plantas, o a conocer que hígado e higo son parientes o que el quilate es la semilla del algarrobo. El cielo oscurece sobre las ruinas del pasado y las moscas del estío tardío vuelven insistentes al calor de la tarde. Terminada una agradable visita el retorno es cuesta abajo y descubrimos las rampas de otra manera. Es hora de hacer cola para entrar sin pagar al Museo Picasso que ocupa el Palacio de los Condes de Buenavista. “Mi objetivo es pintar lo que he encontrado, no lo que estaba buscando”. Lo dijo el artista que pasó de la realidad a la deriva. Es mi opinión. O como pasar de un Retrato de mujer con cuello de piel (Olga), de 1923 a lo otro, indefinido. “El arte no es la aplicación de un canon de belleza, sino aquello que el cerebro y el instinto conciben independiente de ese canon”. No llego a las palabras del pintor, mas bien mi cerebro no lo concibe. Asistimos a una muy interesante proyección de un video donde el fotógrafo David Douglas Duncan habla del tiempo que pasó, año y medio, con Picasso fotografiando su actividad diaria. Tras la visita tomamos un autobús que nos lleva a la Playa del Palo. Calas y ambiente de pueblo. Se juegan cartas o parchís en la calle y los chiringuitos calientan brasas en barcas preparadas. Al final de la playa está el Tintero con toda clase de pescados. El mar quieto, todavía ondea una bandera amarilla. El sol ya tenue. La luna velada por las nubes. Palmeras y humo. Espetos desde euro y medio, competencia feroz. De ahí a Casa Mira, turrones y helados, siempre hay gente en el establecimiento de calle Larios. Buen género. Málaga toca a su fin.

sábado, 19 de septiembre de 2015

juego



Libro de otro siglo. Ya de hace dos. La ruleta como atracción. Ganar para volver a perderlo. Rusos fuera de Rusia que esperan herencias y buscan amores en reuniones de salones y hoteles y en paseos tranquilos. Otro juego, el de azar, como obsesión. Ya ni siquiera se cuentan las ganancias. Hipnotizado por rojos y negros. Las pérdidas se cuentan de forma fácil. Desesperación final.

El jugador. Fiodor M. Dostoievski. 1867.

blanco



Debería estar prohibido plantar pies en ciertas paredes. Habría que dejar inmaculado el entorno. Blanco que ciega con luz y se disfruta con sombras. Es Casares, alejada de turismo masivo. Pocos se pierden. No hay souvenirs. Hay lo que hay en un pueblo alejado del mundanal ruido. Silencio y silencios que rebotan en la pared encalada.

dolor



Saco dos conclusiones del libro de la autora americana. Seguir haciendo deporte no como protección contra el obligado envejecimiento del cuerpo sino para sentirse bien y retrasar dolencias y liberar endorfinas. La segunda recomendación es mas global, no rendirse nunca, ante el dolor de cualquier tipo o ante la adversidad. De primera mano cuenta la escritora su lucha contra el dolor muscular que viene sin mas y no se va. Y se inicia un periplo interminable de médicos y opiniones. Su testimonio para hablar del dolor y como abordarlo, y contar su historia, y cómo la anestesia revolucionó la medicina, eran los mediados del XIX. Y cómo las religiones lo explicaban y lo combatían, y cómo nos persigue a pesar de todo.

Las crónicas del dolor. Melanie Thernstrom. 2010

nada



Nada es lo que parece. Es Andalucía tierra de colores y contrastes. Pueblos que se adornan para recibirnos a nosotros, turistas. Macetas de colores, flores de todos los demás. A veces asoman ramos que engañan. Seguir su trayectoria y ver el palo de la escoba que emerge del cubo del operario que limpia las calles de Ronda. Lo natural para seguir haciendo lo que siempre se hizo. Aprovechar lo que está a mano para engañar al progreso.