
Debería estar prohibido plantar pies en
ciertas paredes. Habría que dejar inmaculado el entorno. Blanco que ciega con
luz y se disfruta con sombras. Es Casares, alejada de turismo masivo. Pocos se
pierden. No hay souvenirs. Hay lo que hay en un pueblo alejado del mundanal
ruido. Silencio y silencios que rebotan en la pared encalada.
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