domingo, 29 de mayo de 2011

luz

De retales vive el hombre, buscando o esperando esos fogonazos, de vida, de felicidad, de rayos de luz que se cuelan por las rendijas de la existencia, y de gotas de agua que calman la sed de los días. Dicen que la felicidad hay que saborearla, tan escasa como es. Anoche, el fútbol volvió a hacer felices a unos e infelices a otros. Es temporal, gusta y duele, según el marcador, es solo un instante, como el del amor pasional que se vierte en un amanecer de besos y caricias. Breve e intenso. Dice el entrenador del Manchester, Sir Alex Ferguson que nunca vio en su carrera como técnico un equipo como el Barcelona, ese que hace disfrutar a tantos. No lo dice un joven, tiene 69 años, los mayores todavía pueden pensar, y tienen voz, solo quieren ser escuchados. Me pregunto cómo será la felicidad a esa edad, y no quiero responderme. Seguiré escribiendo, buscando retales de luz, eso también produce felicidad. Se lo oí a alguien hace poco, no me acuerdo a quién, pero lo suscribo, “escribo porque no me queda otro remedio”, y añado, en busca de la luz.

viernes, 27 de mayo de 2011

bachilleres

No somos originales, pero no importa. No importa si lo que copiamos es bueno y agradable y emocionante. Ahora, nuestros bachilleres celebran una ceremonia de graduación. Seguimos el modelo americano. Los chicos muy guapos y las chicas más, todos ellos parecen pequeños adultos, unos ya mayores de edad y otros a punto. La vida por delante, saliendo a borbotones. Los discursos de siempre, unos mejores que otros, unos más lagrimosos que otros, la entrega de diplomas, los aplausos. Los chavales que se vuelcan con ellos mismos, con los suyos. Los chavales en el centro, son el centro del mundo, las familias alrededor, fotógrafos por doquier. Llega la música, el rock y la melodía. Fabuloso el rock. Dos canciones finales para enmarcar y leer. Dust in the wind y la senda del tiempo. Esa senda infinita, lo mejor que hizo Celtas Cortos. Para que digan que a los jóvenes no les gusta la buena música. Llevo a mi hijo y a algunos amigos al restaurante. Me quedo sólo. Y los recuerdos de su infancia son polvo en el viento. Una lágrima. La luz es crepuscular. Suena la música en el coche. Hace calor. Música y carretera, polvo en el viento, eso es lo que somos. Me gustaría seguir rodando esta noche, viajando sin dormir y sin destino, sólo por el placer de moverme. Pero mañana será otro día, el deber llama. El mundo es vuestro, bachilleres, devoradlo, merece la pena.

la palabra

Llegó a Vitoria con 19 años. Estuvo cuatro temporadas. Yo tenía en aquel 1975 doce años. Yo, como socio del Alavés, acudía los domingos al campo y él se convirtió en uno más del glorioso equipo albiazul, ese conjunto de ídolos a los que jaleábamos desde la grada del viejo Mendizorroza. Él vivía cerca de mi casa, y era habitual verle por la calle con ese pelo tipo Michael Jackson. Espigado y delgado, Jorge Valdano sólo hablaba en el campo. Se marchó, a Zaragoza, luego a Madrid, luego fue campeón del mundo con la albiceleste, y siempre seguí su trayectoria. Un día descubrí que aparte de jugar, Valdano tenía palabra, y buena. Tenía algo que decir y lo que expresaba le definía a sí mismo como juicioso y reflexivo, es decir, alguien de quién podemos aprender. Entrenador, comentarista, gran analista deportivo y excelente escritor, se despide ahora del Real Madrid. El club blanco pierde palabra. Pensarán algunos que poco importa la palabra en el fútbol. La palabra es importante en todos los ámbitos de la vida, digo yo. La batalla la ganó Mou, qué lástima. También tiene palabra, pero altiva y sinónimo de carnaza. Siempre se van los mejores.

lunes, 23 de mayo de 2011

posible

El principio

Tú hacia Estrecho y yo camino de Tetuán; de repente, me paro, un escaparate, vuelvo a andar, tropiezo contigo, mi helado en mi cara, tú te ríes. Yo también. Nunca he visto nada más dulce que ese helado, miento, sí, tu voz, y con sólo una palabra pronunciada, perdona. Desde entonces, cada tarde, abro los ojos, de par en par, y camino con sólo una palabra en mi recuerdo y muchas miradas que te buscan.

dos meses más tarde,...

Nadie los vio. Y nadie los oyó. Sentados al borde del andén, juntaron un dedo, luego otro, así hasta entrecruzar las manos. Se levantaron al unísono, miraron los raíles pero dieron la espalda a la vía. La puerta central de la estación los recibió e iniciaron el camino hacia una bóveda que todavía conservaba la lámpara de antaño. Les recibió el crepúsculo de la tarde y empezaron a andar en busca de su destino, con sus manos juntas, sintiendo algo desconocido, al otro.

pasó el tiempo y,...

Suave como esa canción es tu recuerdo. El que me dejaste ayer, el de hace una semana y el de hoy, ya hace un minuto que te has ido. Hace sólo sesenta segundos que acabó la melodía. Resuena en mis oídos esa voz, indescriptible en tu compañía. Mis oídos todavía mezclan suaves susurros con tus palabras, en mis labios queda tu sabor y en mi cuerpo tu sensación. Tardé treinta segundos en escribir esto, lo que hace un total de noventa segundos, todos sin ti, vuelve pronto.

domingo, 22 de mayo de 2011

tras el voto

Los doce millones de votantes que no acudieron a los colegios electorales están en su derecho, pero no están muertos, son vivos que pasan de todo, desconozco si están indignados, pero si lo están, son los mismos de todas las elecciones, es decir, el impacto de la indignación de plaza es insignificante. Quizás haya más indignados entre los que nos hemos tomado la molestia de pensar, reflexionar, olvidar, incluso, y acudir a votar, buscando caras nuevas, comprometidas con la política, de las que pierden su tiempo intentando llegar al poder para poder cambiar las cosas. Recuerde, no hay otra forma. Hay que llegar ahí arriba para poder legislar. A mí no me dejan legislar desde mi casa, y de momento descarto entrar en política, porque soy cómodo, o acomodaticio, o mayor, vaya usted a saber. Soy libre, como ellos, pero he ido a votar, a ejercer un derecho para poder quejarme luego, en mesas de salón o en tabernas, o para poder decir a los cuatro vientos que quiero otra cosa, o para encontrarme con los concejales de mi pueblo por la calle y hablar con ellos. Me callo, esta es la democracia, aceptar las normas del juego, y esperar a la próxima. Mi conciencia está indignada pero tranquila. La indignación de las plazas sigue en estado embrionario, y ya saben ustedes que hay veces que los embriones no nacen. En este país, a veces, tenemos demasiada prisa. La noticia es que más de veinte millones de personas fueron a votar.

la ciencia

No se preocupen, dice un geólogo en televisión, no hay peligro de grandes terremotos en Lorca. Sábado de reflexión. ¿Cómo es capaz de decir eso? ¿Fue capaz de predecir los pequeños o los medianos o las réplicas? La respuesta es no. Pues entonces, mejor guardar silencio. Y lo dice alguien que supuestamente es un científico. Si nos falla la ciencia y la razón, ya no sé que nos queda. ¿Habrá que hablar con videntes y echadores de cartas y llamar a los de las túnicas, estafadores y embaucadores? Mejor será que construyamos edificios de acuerdo a los requisitos de seguridad como primera medida. Y luego,...,vivamos.

diferentes modelos

De los cuatro equipos que están disputando las finales de las dos conferencias de la NBA, ninguno de ellos estuvo en alguna de ellas en los últimos cuatro años. El modelo deportivo es diferente al europeo. Un sistema de draft, es decir, de elección de las jóvenes promesas, que prima a los equipos con peor balance deportivo al final de cada año, acompañado de unos límites salariales, fuerzan a los equipos a atravesar valles y escalar montañas para llegar a la cima de nuevo, o quizás nunca. El modelo profesional no consiste en llenar Cibeles o Canaletas sí o sí. No, es otra cosa, diferente, para mí mejor, menos aburrida, más competitiva. Hasta menos pasional, lo cual ya no sé si es bueno o malo. Escribo esto al hilo de la finalización de nuestra liga de fútbol, menos competida que nunca, más polarizada, donde los resultados de los dos grandes empiezan a parecerse a los de las ligas de cadetes, y donde el dinero manda, siempre que lo tengas, claro.

sábado, 21 de mayo de 2011

a medianoche

El cine tiene algo de magia. La oscuridad, la pantalla enorme y el silencio, sin teléfonos ni móviles, hace que pueda uno sumergirse en la historia. Perdonen el inciso, algunos se sumergen en enormes cubos de palomitas. Algún día un espectador acabará sepultado entre el maíz. Volvamos, me sorprende Woody Allen, una vez más, y para bien. Su última película se mueve por Paris. Se acaban los calificativos. No sobra nada en sus películas, ni los momentos para recordar, ni los diálogos cara a cara, ni las miradas y la música, ni la perfecta fotografía. Y la lluvia para acompañar. Los temas son los de siempre, su visión del amor, el presente y el que puede ser. Llega el final. Todo acaba y la magia se desvanece cuando se enciende la luz. Hacer fácil lo difícil sólo está al alcance de unos pocos, y para bordar la vida misma y sus sentimientos, Allen se convierte en imprescindible.
Midnight in Paris. Woody Allen. 2011

viernes, 20 de mayo de 2011

karma

Hay lecturas que progresan a buen ritmo, en la que hay momentos en los que se duda de la continuidad, tal es la sorpresa del planteamiento, pero en la que otro cambio de argumentos lleva a una sorpresa de signo contrario. La lectura siempre es fácil, gran éxito de ventas en Alemania; novela para devorar en pocos días si le engancha la reencarnación y las múltiples oportunidades para llegar al nirvana.
Maldito karma. David Safier. 2007

nubes

Hace 18 años salí a comprar un periódico. Era de madrugada, primavera, 16 de mayo, aburrido después de una noche de insomnio, alrededores del Hospital La Paz de Madrid, día azul, las nubes de aquel día nunca se me olvidarán, las hubo. Este lunes ojeé de nuevo ese periódico. Han pasado ya 18 años. Algo ha pasado, ¿verdad?, sobre todo tiempo, una completa secuencia de minutos y segundos, incontables. Pues bien, el papel avejentado muestra noticias de campaña electoral, venían unas generales, con otros protagonistas, pero también muestra un par de noticias por las que no pasa el tiempo, los israelitas mataban palestinos y Arabia Saudí reprimía la creación de un comité pro-derechos humanos. Hay cosas donde los humanos parecemos no avanzar. A pesar de eso nos empeñamos en tener hijos. Volví de comprar el periódico. Todavía pasé unas cuantas horas allí, y sin móvil. Elena ingresada. La vi minutos antes de que naciera nuestro primer hijo. Mikel cumplió 18 años el lunes pasado, toda una vida condensada en aquellos minutos que nunca olvidaré mientras las cortinas jugaban con la visión de las nubes de un mágico día de primavera en Madrid.

de las plazas a las urnas

Llegó el momento de votar y llegó el momento de la indignación y no creo que haya mejor salida para esa indignación que acudir a las urnas. Me pregunto si existe algo por inventar en las formas de organización social, me pregunto si hay algo que pueda sustituir a la democracia participativa. Y como no encuentro respuesta, entiendo que las reformas necesarias, muchas, y las mejoras, abundantes, deben llegar desde dentro. Por eso, todas las reclamaciones de este movimiento no deben perderse para siempre, y deben tomar la forma de papeletas de voto. El domingo se verá si los resultados de las elecciones arrojan alguna variación. Parece muy precipitado, aunque el carácter español y su tendencia a la exacerbación podrían arrojar alguna sorpresa. Pensemos en futuro e imaginemos a esta indignación filtrándose en los partidos actuales o apoyando a los que nunca han gobernado o inventando el partido del futuro, con el objetivo de mejorar lo presente y crear algo inexistente, algo no conocido, esa sociedad más justa y solidaria a la que muchos aspiramos, aunque recuerde que no todos lo desean. Para eso hay izquierdas y derechas, no lo olvide; sigue habiendo gente que se empeña en que todos los políticos son iguales, no es cierto, y si no, repase la hemeroteca. Hay mucho donde elegir y hay grandes diferencias programáticas. Pero bueno, volvamos a las plazas de la protesta, el gesto está ahí, la hartazón de muchos ha explotado y ya era hora. Me encantaría que el domingo se llegara a cifras de 80% de participación ciudadana. Ese sería el gran triunfo de esta semana. La reforma de la democracia daría su primer paso. No sé si sabe usted que con la edad se pierde la capacidad de oir ciertas frecuencias. Esto es lo que le puede pasar a este movimiento, que acabe siendo una anécdota. Es por eso que necesita pasar de las plazas a las urnas, de las urnas a los despachos y de los despachos a los órganos de poder. Por supuesto, no será inmediato, primero paciencia, después constancia y más tarde los frutos. Que usted reflexione bien.

martes, 17 de mayo de 2011

que nos va a pasar

Las cosas sencillas son las más difíciles de conseguir. Hay canciones que ofrecen una letra sencilla y una melodía inolvidable, que no suenan en las radios tradicionales, pero que cuando se escuchan por primera vez sabes que ya nunca te abandonarán. El disco es de 2001, el titulo global, Hallelujah. La canción se llama “Que nos va a pasar”. Elegida hace unos años como el mejor tema indie español de todos los tiempos, ese álbum contiene más joyas. Busque y escuche. Las canciones, letra y música, de este grupo donostiarra, llamado La Buena Vida, las firma todo el grupo, al unísono. Uno de ellos, Pedro San Martín, bajista, 39 años, falleció el 15 de mayo en un accidente de tráfico y ya no podrá contribuir a emocionarnos un poco la vida a todos cuantos tenemos el placer de saborear sus canciones. Descanse en paz.

domingo, 15 de mayo de 2011

solidaridad

A pesar de nuestros ojos y de nuestra vista hay cosas que no vemos. Existe una solidaridad de todos los días, la callada y abnegada, que muchos ejercen sin que nadie lo sepa, y que no reconocemos muchas veces, y luego existe la solidaridad extrema, que desgraciadamente se alimenta de las desgracias inesperadas, y es entonces cuando nos sorprendemos de cuán maravilloso puede ser compartir la existencia sabiendo que alguien te va a ayudar cuando más lo necesitas. El ejemplo lo vemos en Lorca, que, tras el terremoto, consigue volcar corazones y manos, desde muchos rincones, deseosos de prestar ayuda. A veces la solidaridad también se disfraza con velos que no quieren ver la realidad y cerramos nuestra mente a las desgracias que asolan el mediterráneo, no me refiero a su contaminación, me refiero a cómo el mar se está transformando en un inmenso cementerio que alberga innumerables cadáveres de personas que huyendo en busca de un futuro mejor encuentran su final a merced de las aguas de un mar que no entiende de humanos. Y a veces tenemos que escuchar lo que no querríamos y lo que nos hace dudar de si hemos aprendido algo tras nuestro paso terrenal. Dice Garaikoetxea, que ya ha vivido unos cuantos años, antaño presidente del Gobierno Vasco y miembro de Eusko Alkartasuna (ahora integrante de la coalición Bildu), que él defiende la necesidad de desmarcarse de España para mantener el estado del bienestar en Euskadi. Siento tristeza al pensar que esa pueda ser su conclusión después de toda una vida. Las luces siempre arrojan sombras aunque la solidaridad debiera brillar siempre sin ellas.

domingo, 8 de mayo de 2011

al final

La muerte no es el final. Es el título de una canción religiosa adoptada más tarde por las fuerzas armadas para honrar a los caídos. La semana da un par de ejemplos. Que se lo pregunten a los hijos de Jesús Gil. Una sentencia les obliga a pagar las irregularidades contables de su padre en Marbella. El finado ya no se enterará de nada. A otro que le llegó el final es a Bin Laden. El hijo de un bombero muerto el 11-S no se ríe cuando dice que es raro alegrarse por la muerte de alguien, pero que él se alegra. La muerte de su padre nunca se acabará. Quizás en ese testimonio se resuma todo el vértigo del sufrimiento de inocentes, no entendido y no aceptado. En buscar un amargo consuelo en una forma de justicia que no le devolverá a su padre pero que puede evitar futuros padecimientos.

viernes, 6 de mayo de 2011

desde el fondo

No es fácil la lectura. A veces, me pierdo en el marasmo de la historia, otras, me deleito con pasajes repletos de sentimiento. La lectura en periodos cortos, aunque sean regulares, tiene eso. También influye el leer a horas tardías, cuando vence el sueño y la concentración quiere irse a dormir. Pero los buenos ratos dejan tan buen sabor de boca que tapan el resto. Miles de personas se empeñan en escribir mientras millones de otras se empeñan en leer. El barrido del alma siempre estuvo de moda. Desnudar el alma, quitar los velos, soltar amarras y contar lo que parecía incontable, todo ello esperando que encuentre puerto en un lector que aquí o allí busca tiempo y voluntad para enfrascarse en leer, en sentir, en asentir o en compadecer a aquel desconocido que dio rienda suelta a su fondo de armario. Chateaubriand lo hace y muy bien.
Memorias de ultratumba, vol.3 (Chateaubriand) 1849

hora del voto

Running on empty, 1977, marca un hito en la historia de la música, por lo menos para mí. Maravilloso álbum donde Jackson Browne engancha dos joyas de canciones, The load-out y Stay, las que nadie de mi generación habrá dejado de bailar o soñado con hacerlo. Y el público que acude a un concierto es el protagonista de la letra de esas canciones. Y en ellas una frase que dice: “vosotros tenéis el poder sobre lo que hacemos”. Y es entonces cuando me acuerdo de la campaña electoral que lleva ya unas horas de vida, donde los políticos se afanan por parecer más guapos, más jóvenes, más simpáticos y más cercanos que nunca. No se olviden, usted votante, tiene el poder sobre ellos. Feliz voto.

se acabó

Quizás sea lo mejor del empacho de clásicos, que se ha acabado. Excesiva concentración de partidos del siglo que no dejan indiferente a nadie pero que sí arrojan consecuencias. Es difícil hablar de fútbol hoy en día. Para mí sería hablar de los noventa minutos que dura un partido o incluso del tiempo extra. El tiempo del fútbol pierde su ser con el antes o el después, con las previas y los post partidos. Mi juego, el que yo recuerdo, está concentrado en ese espacio donde la magia de unos y otros pone goles y emoción. Hubo pocos goles y mucha tensión en los clásicos. En el primer asalto, que condiciona todo, dice Florentino, el mudo no habla, Mourinho. Karanka queda como un pelele, para eso cobra. Y el mercenario se irá en cuanto pueda. Su espíritu madridista se limita al color del dinero. Como muchos. En este primero, la liga mostró dos estilos, poco juego y mucho respeto, incluso miedo por parte de los blancos. Un milagro de por medio, el que Pepe acabe un partido sin tarjetas. La liga se inclinaba del lado azulgrana y la copa se fue para Madrid. El fútbol se vive al instante y a las 48 horas ya no existía rastro del juego anterior. Descarga de adrenalina en Valencia, pozo de pasión, sentimientos y gritos. Tras la serenidad se ve otra cosa, el mismo país. Un solo Piqué sobre el campo y muchos piques. Dicen que esto afectará a la roja. Los modelos para los niños se olvidan de lo que representan. Uno de mis hijos, con cascos, ajeno al mundo. Casillas aparece en escena y Cristiano justifica su talla. El ganador se lo lleva todo, la gloria. Del perdedor, silencio y lágrimas. Llega el tercero, y el Barcelona se lleva parte. El Madrid se queja, pataleta infantil, el imperio de la queja. Mourinho habla de asco y se pone a calumniar, que algo queda. Y sus jefes apelan a la libertad de expresión para justificarle. Hombre, la expresión debería ser constructiva. También son libres los miles de aficionados que insultan a árbitros o jugadores contrarios y esa libertad de expresión da pena. Denuncias mutuas. De lo que no habla el mister es de los primeros veinte minutos de su equipo. Patético. No la toca, viva el fútbol. Calco del primero. Dicen algunos hinchas del Madrid que ya tienen nuevo ídolo, Pepe, el paradigma del fútbol. No acaba el partido, se acabó el milagro. Los comentaristas de TeleMadrid dan una lección de apasionada subjetividad. Messi celebra el triunfo del juego, algo que se hace con la pelota, no sin ella. Messi es el puto amo, titula alguien. El cuarto era misión imposible, dicen los blancos. El fatalismo vuelve, está de moda. El partido es secundario, dice Karanka. El Barcelona se lleva la parte que faltaba. La capacidad de autocrítica se ha perdido en la casa blanca. Cierran filas en torno al jefe del banquillo. Decepcionante. Por cierto, ¿se acuerdan de Santiago Bernabéu, el que hizo grande a ese equipo?, le preguntaron un día por la filosofía del éxito. Su respuesta fue: “Se trata de escoger bien a las personas. Son las personas, los hombres, quienes hacen los clubs, y no al revés”. Me parece que en la ciudad condal alguien lleva haciendo bien las cosas desde hace algún tiempo. Pero no se olviden, esto es sólo fútbol, un juego.

domingo, 1 de mayo de 2011

jequesa

No existe en el diccionario la palabra jequesa. Pero la jequesa de Catar sí existe, viene a España cual rey mago trayendo sueños de mil y una noches a unos y dinero a otros. Hubiera sido bueno que nos hubiera traído de Oriente algo de sensatez, la que falta por ejemplo en el mundo, absurdo, del fútbol. Habrá que pedir ayuda a Obama, para que la ponga, o a otro Nobel de la paz que esté en paro. Paz para Madrid y Barcelona, que protagonizan un esperpento mediático. Apunto otra idea, que no se retransmita más fútbol por la tele. ¿Se acuerdan del circo romano? No era televisado. La sangre, sólo en directo, para los encerrados entre cuatro graderíos. Y que las ruedas de prensa de Mou las doblen al chino. ¿Por qué? Para preservar el futuro de los niños, su educación, la sociedad que se avecina. Perdón, se me olvidaba que el futuro importa poco en este país.