esperanza

Novela coral. Muchos personajes que van cambiando de escenario en una guerra que acaba de empezar. De los campos de batalla a las páginas. La propia experiencia del autor como piloto de la aviación republicana le sirve para llenar de vuelos y batallas aéreas las páginas, todo mezclado con las primeras horas de la contienda en Barcelona, la defensa de Madrid, el asedio al Alcázar de Toledo, la batalla de Guadalajara, la huída de Málaga o la instrucción en Albacete. Entre medias el intento de construcción de un ejército o el caos en las retiradas. Y por no hablar de lo que conlleva una guerra.

La esperanza. André Malraux.1937

cohete

En esta época de expansión generalizada tras el enésimo fin de la pandemia hemos vuelto a las fiestas multitudinarias donde se compite por ver qué pueblo o ciudad se divierte más, bebe más o hace más ruido. Siempre dispuesto a sentir empatía por el prójimo siento decir que hay cosas por las que no puedo pasar,  de lo contrario me haría cómplice de la estupidez, y es que hay excesos incomprensibles y comportamientos reprochables. Sin ir más lejos, en San Sebastián de los Reyes se celebra algo y se genera ruido en abundancia, interminable ese ruido, nocturno. Y para colofón, a las ocho de la mañana se disparan dos cohetes, pero no petardos, dos grandiosos cohetes que son escuchados en kilómetros a la redonda. Antes anunciaban el comienzo y el fin del encierro. Ahora se tiran uno tras del otro, y no es que los toros hayan corrido a la velocidad de la luz, no, el encierro se celebra horas más tarde. Pero la mente lúcida y clara ha decidido seguir haciendo ruido, manteniendo la costumbre popular de antaño, maldito popularismo y maldito antaño, lo que demuestra que la imbecibilidad no tiene límites.

europa

Tres novelas cortas en una. Los caminos del mundo traslada a Aviraneta a Francia buscando liberar al narrador y preso Ignacio de Arteaga. En la huída viven toda una aventura por países como Suiza, Alemania, Holanda e Inglaterra, hasta embarcar rumbo a España. Corre el año 1813. 

La segunda es la mejor, Una intriga tenebrosa. El Barón de Oiquina cuenta cómo conoció a nuestro protagonista en Paris, en 1816. Ahí arrancan las conspiraciones, contra el poder de Fernando VII, que les traerán a Madrid, donde por calles y tejados intentarán lo que no llegó a buen puerto. Descubierta la trama, unos huyeron, como Aviraneta, y otros fueron presos y ajusticiados.

La tercera entrega lleva por título La mano cortada, discurre entre el 1816 y el 17, y Don Eugenio aparece en Veracruz, México, donde lleva una vida de juego, riñas y amoríos.

La culta Europa. Pío Baroja. 1914

tocadiscos

Yo conocí a Emmylou Harris en casa de alguien que falleció ayer. Y ese ayer ya no es tal, han pasado días o semanas. Recuerdo la portada de un single que retrataba una cara joven y tremendamente atractiva, a veces pienso que de frente, a veces que de perfil, pero no recuerdo la música que estuvo sonando en el tocadiscos mientras yo estaba sentado en un sofá. Sólo sé que a partir de ahí la busqué y la seguí, convirtiéndose en fuente de placer inagotable. 

olvidados

Primero fue el tacto y la contraluz, para descubrir que la portada tenía un relieve, luego la aparición de papeles, cada cierto número de páginas aparecía una pista, algo con lo que reconstruir lo imposible. Marcó el libro, en la portada, ya era parte de su biblioteca, quizás lo leyó y luego se deshizo de él. Conozco el sitio donde lo compró, el lugar ya inexistente, la calle céntrica, madrileña, la hora, el día, luego comió, al lado, porque transcurren sólo unos minutos, once, entre pago y pago. Luego un billete de avión dice que alguien viajó, luego un dibujo infantil los relaciona, al comprador y a la persona que vuela. Conozco el destino, también el hotel. Todos esos papeles se olvidaron entre las páginas del libro que yo adquirí, ya no sé dónde, insertados como marca páginas que todos olvidaron recoger.

tren

Novela inspirada en la trayectoria de Demetrio Vallejo, ferrocarrilero, activista y luchador social mexicano. Con nombres cambiados, asistimos a las huelgas de finales de los 50. Las mujeres están, pero quedan en aquellos roles de antaño. Huelgas, cárcel y vida personal se alternan en un libro que alterna momentos inspiradores y otros confusos.

El tren pasa primero. Elena Poniatowska. 2005

agua

Nunca aprendí a tirar piedras, yo ahí de pie, los pies plantados, el agua a un palmo, la del río, lago o pantano. Y la piedra que no se aleja.

Pero aprendí a pasar mi mano sobre el helecho moteado por minúsculas gotas, suavemente, e imaginar que son gigantes árboles de un bosque pequeñito que rebosa verdor; mientras, mis botas pisan un manto mojado. Hoy parte de esos helechos están amarillos.

También aprendí a vadear riachuelos, de un salto o haciendo equilibrios sobre piedras, a oír su ruido, que no es de cascada ni de torrente, es de vida. Hoy los atravieso por un lecho seco.

Y hoy aspiro el olor a hierba seca, se amarilleó, se convirtió en otra cosa; echar de menos que llueva es poco, que llueva y huela a tierra mojada, que no sea un sueño, ni la cortina de agua un espejismo. Yo tan sediento como la tierra, mirando al cielo de nuevo, azul, bajando los ojos a la tierra, amarilla.

días

De tu mano cada tarde, nada ha cambiado aunque todo es diferente, tan sólo pasaron algunos días.

brigante

Brigante, o bandido, o ladrón. A dicho escuadrón, integrado en la partida del cura Jerónimo Merino, pertenece Aviraneta, estamos en 1808 y seguiremos hasta el 13, acompañando al protagonista en sus emboscadas y luchas contra el invasor francés, todo en tierras de Castilla, por pueblos y montes, con cuevas que sirven de escondite, con cárcel por hablar de la libertad y con huida. Relato de aventuras y de barbarie.

El escuadrón del brigante. Pío Baroja. 1913

plástico

Se nos olvida a veces que la guerra sigue, se nos previene que la marea, lo que se deriva de todo eso, nos va a alcanzar, aunque ya nos tocó, pero seguimos comprando y viajando a pesar de los precios, hacemos todo a pesar de todo, y si una imagen negra y oscura, llena de matanzas, nos desvela por un momento, nos levantamos enseguida, como aquellos soldados de plástico, pequeños, de un único color, que podían caer y morir cuantas veces quisiéramos, pero que enseguida podíamos poner en pie, a voluntad.

vuelan

O vuelan o miran, parece que con fijeza, sin saber qué, o cantan sin voz, pero no suspirando, no arrastrando un hilo de voz, fino, sensible, que sólo algunos podemos escuchar, hilo que proviene de otros seres, no fantásticos.

Las casualidades que se derivan del azar que nos anega nos acompañan siempre, sin darnos cuenta.

Un miedo atenuado, un perro asustado.