domingo, 31 de enero de 2021

aprendizaje

Cuando dibujo a Cimabue, Cenni di Pepo, me pregunto si él también odiaría el mundanal ruido que todo lo inunda. Pintor nacido en 1240 en Florencia y muerto en 1302 en Pisa, parece buscar una respuesta cuando miro su perfil, la que yo tampoco tengo cuando oigo la polémica sobre el rubius, YouTuber, un pobre chaval, rico, aclamado en su decisión de evitar los impuestos; ídolo aclamado por millones de seguidores, la mayoría chavales, no acomodados, es decir, pobres en contraposición al fugado. ¿Qué educación han recibido todos ellos? Yo pensaba que esto de los impuestos se explicaba en casa o en el colegio. Por favor, que alguien filtre el ruido, el susodicho que no vuelva, y a los de aquí, la vida, real, les pondrá en su sitio, todo llega, hasta el aprendizaje.

viernes, 29 de enero de 2021

incoherencia

Grandes números, también terribles, en este día y en otros, ayer y antes de ayer, mañana, son personas y debieran decirnos algo, son las víctimas de esta pesadilla de la que veremos la magnitud en la distancia y entonces habrá que pedir cuentas a tanto dirigente y gestor que busca micrófono en este país, los que se distinguen por su sarta de incoherencias, repetidas en cada ola. Y no aprenden de sus errores, perpetuarse es su único objetivo. 

Ella también se vuelve incoherente alguna tarde, pero no tiene culpa, son los años, es la vida que le pesa. Pero yo sigo escuchándola para aprender siempre algo, algo más, porque descubro que no sé nada al observar esos programas de mares y océanos. Tampoco sé por qué los futbolistas se abrazan y besan y tocan. Privilegiados para todo, sus grandes números son un insulto a las conciencias. Tantos mundos diferentes que habitan el mismo planeta y sin nadie que lo explique.

jueves, 28 de enero de 2021

andar

Hoy me tocó andar sólo, ella no podía, y pude ver cielo y tierra, un cielo que iba perdiendo luz y una tierra anegada de basura.

Elegí un paseo por la zona industrial. Dos razones me impulsaron a ello. La primera es que pocos somos los que pisan o pasean esas calles a esas horas, la mayoría toma su coche para volver a casa después de la jornada laboral, por lo que puedo bajarme la mascarilla y respirar. Segunda razón: no tienes que ir esquivando mierdas de perro, esas que a medida que vuelves a la zona urbana se convierten en minas anti persona (nota: a zona más residencial, más mierda, concluyo que la educación no es proporcional al nivel económico).

En fin, vuelvo a la tierra, a la que tengo que mirar, porque no tengo la facultad de andar con ojos cerrados (la ostia sería considerable). Y eso me hace fijarme en la cantidad de objetos que pueblan la zona industrial de Alcobendas. Fea como ella misma, como toda área similar que se precie, se añade aquí un especial interés por llenar suelos y parcelas sin edificar de todo tipo de residuos. Interés particular tienen las calles donde aparcan las furgonetas de reparto de Amazon y donde también algunos jóvenes meriendan, cenan, beben y se inician en el sexo. Cientos de mascarillas, sí, de esas del covid, botellas, latas, recipientes de comida, piense en algún objeto y se lo llevo. Hoy vi dos botas de monte y un zapato sin par, hasta seis inodoros y así podría seguir hasta el infinito, no sé si más allá.  Entre unos cuantos ciudadanos guarros y la dejadez de las autoridades vuelvo del paseo con la sensación, y no es la primera vez, de que hemos llegado a ese punto de “sálvese quién pueda”.

Cuando me preguntan que qué mundo dejaremos a los que vienen, yo me limito a poner cara de imbécil, a callar, a mirar y a veces, cuando se me quitan las ganas de vomitar, escribo.

sábado, 23 de enero de 2021

atemporal

Nada se va de repente, tampoco la nieve que nada puede al llegar la lluvia. Empiezo con mayúsculas tras bruma y niebla para no esperar nada, para ver campos, que ahora son verdes, y para ver a cuerpos bailar mientras suena “silly games”, unos abrazados, otros solos. Es música atemporal ante la que no se puede ser neutral, ante la que hay que sostener la mirada, melodía que no se irá nunca.

viernes, 15 de enero de 2021

naturaleza

No sé si es miedo al vacío, pero siempre queda algo, tras la nieve queda la nieve, helada, tras esto vendrá la lluvia, luego seguirá el virus. ¿Se imaginan a este país sin noticias, a nuestros dirigentes y gestores sin motivos por los que abroncarse una y otra vez, se imaginan un país en silencio, trabajando, estudiando, viviendo en paz? Yo no. Hasta el vuelo de una mariposa puede ponerlos en guardia, hasta la paz puede resultarles incómoda. Así que yo me vuelvo a la naturaleza que hace su selección natural en árboles, animales y personas y algún día la hará en mí. La miro y acabo por comprenderla.

sábado, 9 de enero de 2021

nieve

Imposible dibujar la nieve que todo lo cubre. Nunca estuvo tan bonito el monte de Valdelatas, paz y calma entre los árboles y los caminos nevados. Algo semejante a ver el mar, al fin y al cabo son agua. Disfruto, vuelvo a ser un niño, sentirla en la cara, avanzar entre la ventisca. Es Filomena, que nombre tan feo para una noche tan hermosa y de amanecer tan blanco. Puestos a elegir yo le hubiera llamado Felicidad.

viernes, 8 de enero de 2021

ciudad

Tres partes, ensayo, relato, y una mezcla de ensayo-relato. Todo alrededor de la ciudad de Sevilla.

Barroca la primera parte, poética, sobrecargada. Más directas las otras dos, hay descripciones, hay sentimiento y hay preguntas sobre la injusticia, sobre el vivir sin saber para qué.

La ciudad. Manuel Chaves Nogales. 1921

jueves, 7 de enero de 2021

otro

Otro interesante libro del escritor polaco. Crónicas que se deslizan sobre aquellos con quienes conversa.

Encuentro con el otro. Ryszard Kapuściński. 2006

ébano

Tras la polémica que surgió con la veracidad de algunas de las cosas que contaba el autor, toda la obra del polaco quedó en entredicho. Ficción o no ficción. Yo tengo el recuerdo de un libro apasionante que recoge su trayectoria periodística en África. Una pena que haya que dudar.

Ébano. Ryszard Kapuściński. 1998

miércoles, 6 de enero de 2021

reyes

Una luz que atraviesa el cielo, y que desaparece, y que no quema, que sólo alumbra; siguen ese rastro, la luz, buscando hogares y sobre todo deseos. Pedir, a pesar de las barreras invisibles, también imposibles. Sin esperar respuesta.

martes, 5 de enero de 2021

memorias

Tercer y último volumen de las memorias de Julián Marías. Pensar, reflexionar, hablar, dar conferencias, escribir. Viajar, mucho, con ánimo de conocer, divulgar y compartir, no de coleccionar visitas. Fomentar la relación con aquellos que se cruzan en el camino, quizás para llegar a una amistad regada. El abatimiento tras la muerte de su esposa. La incapacidad para seguir, el sentido del deber para hacerlo, recuperar la ilusión por algunas cosas. Seguir adelante, volver, seguir reflexionando sobre las cosas. Intercambiar ideas. Intentar vivir de acuerdo a tus convicciones más profundas, vivir con esperanza.

Una vida presente. Memorias 3. Julián Marías. 1989

nilo

Con su maestría habitual Reverte narra las aventuras del jesuita Pedro Páez en el siglo XVI, el primer europeo que llegó hasta las fuentes del Nilo Azul en Etiopía.

Dios, el diablo y la aventura. Javier Reverte. 2001

domingo, 3 de enero de 2021

abrazos

Concierto sin público, sin aplausos, anochecer de colores, frío inusual, esperanza y desesperanza, pongamos antes la primera. Nieve, blanca, no tiro bolas, paseamos, nos hundimos, te doy mi mano y luego te abrazo. Nunca abracé tanto.

estrellas

Me empiezo a sentir en paz conmigo mismo, eso pienso cuando oigo hablar de estrellas que nacen, que se fotografían, de años luz y de estrellas muertas que un día estuvieron vivas, también de neuronas que se iluminan, y por último de gente que encontró el sentido a todo esto mientras el año se va, mientras el año se viene.