Ahora que están de moda
las series, o mejor dicho, llevan ya mucho tiempo, quiero hablar algo de ellas,
de las que yo veo, básicamente las de producción propia de Movistar. Sé que me
pierdo algunas de las galácticas, de las indispensables, pero hay que elegir, y
yo elijo versión española. Quizás la primera fue Félix, con los titubeos del
protagonista y los paisajes nevados de Andorra. Historia de intriga, de
chantajes, y de amor también. Matar al padre trae momentos sublimes, de esos
donde todo padre se puede ver reflejado, apuntes de incomprensión entre padres
e hijos. Y es que el tiempo pasa. Final fabuloso. La crítica la castigó pero a
mí me subyugó. Quizás después llegó la Peste. Esperaba más y se quedó en menos.
Buena ambientación, esperando otra parte. El día de mañana, basada en novela,
impresionantes ambos protagonistas, ambientación de finales de dictadura. Personajes
que no se olvidan. Una de las que se aconsejan vivamente a todos. Arde Madrid
se queda en blanco y negro y también es más fuego de artificio que realidad. A medias.
No se queda a media la violencia de Gigantes. Amplificada, exagerada. Drogas y
clanes, con tres hermanos de fuerte presencia y carácter que no pueden escapar
del círculo. Dos partes, a cada cual más impactante. Llega el embarcadero sin apenas
barcos. La albufera y su paisaje fotografiado. Música que acompaña. Historia inacabada,
estéticamente perfecta. A la espera de más. Enigmas por resolver. Sexo y poder
en Instinto. Aderezado con traumas infantiles. Otra serie mal valorada. Se deja
ver y entretiene. Y de aquí a Hierro, isla con crímenes. Con jueza y paisajes,
drones que filman lo que antes parecía imposible. Intriga, suspense, muy bien.
Apuntes globales, buenas
interpretaciones, muy cuidada la fotografía, la ambientación, la música. Entradillas
que enganchan. Estética de pintura, delicada.