domingo, 28 de marzo de 2021

blanco

De una caja tomo los lápices que muevo hasta que se tapa el último blanco. Fondos plenos, llenos de color. Ahora escribo entre el color, a pesar del color, mientras afuera caen las gotas que evito para que no se fijen al papel. Tras la tormenta paseo entre colores de trigo verde y zarandeado, entre líneas, y detrás de ovejas que se siguen todas, temerosas de perderse.

sábado, 27 de marzo de 2021

neutral

Siguen estando los inodoros, hay neumáticos, sigue estando todo lo que vi hace dos meses, basura y más. Dice el ayuntamiento que va a invertir más dinero en limpieza, ardo en deseos de ver los resultados. Todo esto que veo está camino del monte de Valdelatas, pulmón verde, oficialmente cerrado por la limpieza de los árboles caídos en Enero. No se le pueden poner puertas al mar, tampoco al monte. A pesar del cártel, a puerta abierta no se le pueden hacer ascos. Y una cosa puede ser hacer deporte a riesgo de que una rama todavía colgando se desprenda y otra es pasar todo el día allí con los niños jugando mientras se come y se bebe. Porque allá se encaminan con mesas, sillas y neveras azules familias y familias. Que sea lo que Dios quiera, debe de pensar alguien. Mientras, grupos numerosos corren juntos o caminan juntos porque no saben estar solos, desafiantes a las restricciones. Total, son jóvenes y sin patologías previas. Bendita obediencia de antaño. En el país de los campeones de todo tipo de deporte, de los campeones de los aplausos, de la compasión, de la caridad, somos también campeones de la desobediencia y la estupidez. En fin, antes me sublevaba, ahora me estoy volviendo neutral, abstencionista, o contentadizo, tenía que decir esa palabra, porque ayer leí El descontentadizo, un cuento de Manuel Chaves Nogales, escrito a primeros de los años veinte, y que me fascinó, resumen de vida en dos páginas. Así que doy media vuelta y ya donde las casas comienzan diviso a alguien en bicicleta vestido de negro. Nada especial hasta que me cruzo con él y veo sus ropas de sacerdote y su enorme cruz al cuello. Me dan ganas de preguntarle si Dios existe, pero mi neutralidad me lo impide. 

descontentadizo

Me sorprenden para bien los relatos, o cuentos, o narraciones, o biografías de gentes normales, hombres y mujeres. Algunos escuetos, otros no tantos. Fantástico “el descontentadizo”, o el que es difícil de contentar. Para degustar de poco en poco.


Narraciones maravillosas y biografías ejemplares de algunos grandes hombres humildes y desconocidos. Manuel Chaves Nogales. 1924

jueves, 25 de marzo de 2021

ciudades

Trece relatos de autores diferentes con el escenario de trece ciudades. Como todo libro de relatos, algunos brillan, otros menos. Me quedo con “El aprendiz”, de Marcelo Figueras.

13 ciudades sin nombre. 2003

martes, 23 de marzo de 2021

olivo

Segunda parte de las memorias que cubren desde 1949 hasta 2003. Su vida en Córdoba, su trabajo, su familia. Hay alegría, esperanza, emoción y tristeza, como no podía ser de otra forma. Y como retrato de la España encerrada, mezquina y apocada bajo la dictadura no tiene precio.

Casa del olivo. Carlos Castilla del Pino. 2004

sábado, 20 de marzo de 2021

odas

Olvidaré ese poema, sus palabras, espacios y silencios. Pero nunca olvidaré cómo acompañó a mi corazón ni cómo su paz me llegó; nunca olvidaré donde lo leí, ni cuando. Y por encima entraba luz, del sol que salía.


Odas de Ricardo Reis. Fernando Pessoa. 1946

viernes, 19 de marzo de 2021

padre

Es la historia del padre y el hijo, es el homenaje a una vida, qué mejor forma que acabarla el día del padre. Emocionante, verdadera, como ese círculo del que nunca sabemos salir.


Patrimonio. Una historia verdadera. Philip Roth. 1991

jueves, 18 de marzo de 2021

certeza

Ignoro todo o casi todo, y a pesar de eso escribo esto, a partir de una imagen, la que tengo ahí guardada y que vuelve al primer plano el 31 de enero de 2021, una tarde en la que la televisión me trae un reportaje sobre la selección de Brasil y su victoria en el mundial de fútbol de 1970. A pesar de mi ignorancia apuesto por cuatro certezas, quizás ni eso, quizás es el recuerdo del recuerdo de esa imagen lo que va dibujando todo de nuevo.

Pero hablemos de esas certezas, yo estoy en un bar, creo que sé dónde estaba el local y miro a una tele. Y juegan al fútbol. Y mi padre y alguien más están conmigo. Ya he pasado de cuatro.

Es domingo, 21 de junio de 1970, hora del mediodía en México. Final del mundial, ¿seis de la tarde en España?, ¿iríamos adrede a ver el partido? Dos horas de pie en un bar parece demasiado tiempo, mejor verlo en casa. ¿Veníamos de algún sitio y paramos?, ¿de dónde y en cuantos coches?, ¿bebí una coca-cola? Las camisetas amarillas y azules son grises. La tele está en alto, es pequeña, hasta puede que la imagen se mueva, es por la distancia, México está lejos. Gente, gente que habla y puede que chille. Tengo siete años, veo a jugadores, busco a Pelé, el balón debe de estar por algún sitio. Puede que pregunte algo, que me hablen, no recuerdo nada de eso. Mi padre, su primo y quizás un cuñado de éste, cómo es posible que yo viera algo con tanto adulto alrededor.

Y todo eso allí donde se giraba para Escalmendi, carretera de Durana. No sé qué existe de todo eso, quedan las longitud y la latitud de establecimiento, las que siempre serán, las que olvidé recordar, igual que el nombre del bar que estaba escrito en el letrero, igual que las conversaciones, igual que los posos que ese día me dejó.

Y ahora viene la última certeza, la más real, quizás la única, yo era feliz, por la sencilla razón de que estaba a su lado.

domingo, 14 de marzo de 2021

guerra y paz

Hay de todo en sus páginas, historias de amor y miedo en la batalla, caos y pasiones, bailes y miradas. Me pregunto cuántos libros posteriores ya estaban escritos aquí. Se va alternando el tiempo de paz y el de guerra, desde 1805 hasta principios de la década de los 20. Texto antimilitarista, no existe el genio militar, la realidad es muy diferente, alguien dice, “ahora cesará todo, se horrorizarán de lo que han hecho”. Y nadie lo hará, pero aún y todo volverá la paz a traer serenidad y espíritus que se abren.

Una de esas obras que hay que leer, al menos una vez.


Guerra y Paz. Liev N. Tolstoi. 1869

sábado, 13 de marzo de 2021

baby

Si, solo son quince o veinte minutos, luego todo se diluye un poco, pero ese comienzo, repleto de imágenes y música y llanto, es impactante, diferente, es difícil pestañear y es difícil no sentir algo. La magia del cine a veces aparece, vuelve, de forma inesperada. Es Baby, de Juanma Bajo Ulloa.

caballo

Volvemos a un campo pleno de colores verdes y amarillos. Crecen flores, aquí y allá. Los caminos parecen más marcados y hundidos, y los rumores de primavera todo lo invaden. Hay caballos, ajenos a todo, que comen, con sus patas delanteras encadenadas, no vaya a ser que quieran ser libres.

jueves, 11 de marzo de 2021

regalo

Dormir, leer y volver a adormecerme en un rato, de mañana, descansar, escuchar, entra el sol, sus rayos, su color, un poco de calor. Veo cine de premios, Ane, Las niñas, La boda de Rosa. Todas bien y nada más. Falta chispa, me falta algo que las haga recordables cuando pasen unos meses, será por escasez de ideas o por fatiga de pandemia, será como gaseosa que pierde gas si la botella se queda abierta. Y es entonces cuando vuelvo a leer y me  quedo con las palabras de Pessoa puestas en la pluma de Ricardo Reis. Les llama odas, pueden ser poemas, para mí son un regalo.

jueves, 4 de marzo de 2021

luz

Así es mi noche, como un vuelo que atraviesa el océano, tras la ventanilla la oscuridad, sintiendo el ruido de los motores, vibraciones que me mecen y miedo a no alcanzar tierra firme.  Noche con luz de emergencia, nada se mueve, piloto que entregó los mandos, las olas parecen no moverse.

prórroga

Paréntesis que se abren, varios, grandes y pequeños, y que se cierran con sus opuestos, y con múltiples candados. Y entre ellos se apiñan noches y horas de fiebres, miedos e incertidumbre. De días que no son días, aunque sean también parte de esta vida. 

Y dejo el candado, y me alejo andando, sin prisa, la prórroga ha empezado.

fiodor

Asociaré siempre Crimen y castigo a hospital y Covid. Su lectura me ha hecho centrarme en letras, frases y diálogos, transportarme a una lejana ciudad, y sentir el ruido y la vida. Lectura que nunca olvidaré. Imprescindible.

Crimen y castigo. Fiodor Dostoyevski. 1866


«todo hombre debe tener un lugar adonde ir».

miércoles, 3 de marzo de 2021

tormenta

Verano, costa, los comienzos del turismo, urbanizaciones, empresarios, dinero. Uno de ellos, consciente de su vida doble, buscándose aquí y allá. Diálogos, muchos, parejas, alcohol, infidelidades. Una vida entre arenas y mares.


Tormenta de verano. J. Garcia Hortelano. 1962

noches

Encuentro casual en la noche, ilusión, corazones, confidencias. Todo parece fluir.

Las Noches blancas, Fiodor Dostoyevski. 1848

faro

Vuelvo a dejarme llevar por la prosa de Woolf, sorprendente, poética. El faro lejano, la excursión, los sentimientos, las palabras y los silencios, sobre todo estos.

Al faro. Virginia Woolf. 1927

Gabriela

Precioso libro, de pasiones y vida en el Brasil de las plantaciones de cacao, años 20. Todo por hacer, civilización que avanza, luchas por el poder y por los corazones. Una auténtica novela coral de la que nunca había oído hablar. Sobresaliente.


Gabriela, clavo y canela. Jorge Amado. 1958

afueras

Libro duro, de realismo social, con siete capítulos independientes que hablan de posguerra y de condiciones de vida complejas y difíciles. Soledades en adultos y en niños que siempre viven a pesar de todo. Tremendo el cuadro social de ciudad y alrededores, de progreso que se lleva todo por delante.

Las afueras. Luis Goytisolo. 1958