El
circuito interior es una circunvalación de México DF. Dicen que conducir o
manejar no es fácil allá. Me gustaría descubrirlo. El circuito interior quizás
sea también esa maraña que recorre nuestro cuerpo. Pueden ser venas, arterias,
vasos, nervios. Pueden ser ideas, almas que van y vienen. El autor vive un
duelo tras el fallecimiento en accidente de su pareja. Vive a caballo entre el
país centroamericano y Estados Unidos. Recuerda y aprende a manejar. Todo ello
no para superar el duelo, sino para vivirlo y asentarlo. Para recorrer y dar vueltas a su circuito interior. La realidad de México
es inevitable. Francisco habla de la capital como isla dentro de un volcán de
violencia y corrupción. La capital como foco que pueda alumbrar la posible
resurrección de un país. ¿Dónde está la esperanza? El padre Solalinde dice que
está en la juventud y en las mujeres. ¿Y que esperar de la política? La capital
como bastión contra el PRI, corrupto, dicen todos, asociado al narcotráfico.
Ebrard, antiguo alcalde del PRD fue importante. Su sucesor ahora, Mancera,
dicen que se acerca poco a poco al PRI. Hace tres años desaparecieron trece jóvenes
de una discoteca de la capital. Algo sin precedentes. Aparecieron asesinados. Luego las mentiras
y dilaciones. Curiosamente el 23 de julio de 2016 sale sentencia contra dos de
los acusados. 520 años que nunca cumplirán. El problema es estar en el sitio
equivocado. Pero no se llega al fondo del asunto. Fuera del DF el caos, la
impunidad y la muerte. País que atrae y da miedo. El atractivo está en su capacidad
de vencer al mal, de formar una nación “normal” donde se pueda confiar en las
instituciones, aun no siendo perfectas. Frustración, rabia, desesperación,
llamadas al cambio. Hay que reinventar este país. Vuelvo al libro, nunca me
salí de él. Luchador el autor y esperanzado.
Francisco
Goldman. El circuito interior. 2015