skip to main |
skip to sidebar
presentación
Cincuenta años cumplió el
centro el año pasado. Inaugurado en 1965. La calle, llamada de la Cruz Blanca,
porque llevaba a una cruz ya desaparecida que se encontraba a la altura de la
avenida. Quizás estuve tres años y recuerdo que ellas se llamaban Sor María del
Puy, Sor Rocío y Sor Gloria, las monjas que cuidaban de nosotros. Eran hermanas
de la Presentación de María, congregación fundada por la francesa María Rivier.
Recuerdos de siestas, patio y culebras. Las primeras eran artificiales, de
bajar persianas, y convocar a los sueños. Y apoyar o recostar la cabeza sobre
un antebrazo, el izquierdo, o el derecho, y hacer que se duerme, o quizás
dormirse de verdad. Es cierta también la foto de colegial con corbata y
uniforme. Es cierto también que allí tomé la comunión, la primera. De blanco y
marinero. Y son ciertas, de ese día, algunas imágenes. Como la iglesia de
bancos oscuros, como la presencia de mucha gente. Como los nervios. Es cierta
la culebra, una de tantas que vivían en las altas hierbas de la trasera, que
quizás fue huerta después. Y que quizás matamos con palo. E inolvidable es el
fútbol y mi balón, de goma plástico, que se pinchó algún día. Uno llevaba balón
y todos jugábamos. No sé si llevé mas. Sé que corríamos y que a veces el
esférico saltaba la valla y algún paseante nos lo devolvía de vuelta.
Agradecidos nosotros. Escaleras hacia clase. Suenan canciones. Cantando se
llega a Dios. Y el mes de las flores, que es el de la Virgen. Y
mas pupitre que sirve para el dibujo, y una de aquellas monjas, creo que
Sor Gloria, que decía que dibujaba bien, pero en pequeñito. Que tenía que hacer
mas grandes esos dibujos. Grabado en la memoria. Hoy dibujo y trazo caras, con
sus ojos, con su boca, con nariz y orejas. Ya son grandes, pero no quieren
salirse de la hoja. Y a veces todavía me acuerdo de ella. Siempre con la cabeza
cubierta, con algunos cabellos que se entreven. Con gafas, agachándose para ver
el dibujo pequeñito, el que yo sólo alcanzo a ver, con la cabeza en posición
inclinada, con los ojos que no distinguen de cerca o largo, plenos de enfoques.
Dibujos que hago a escala del mundo que veo, tan pequeño todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario