domingo, 14 de diciembre de 2025

adelante

Emocionante, triste, una novela ambientada en unas minas del norte. La realidad se impone al confrontarla con la imaginación, y todo sucede por el progreso, por el adelante, siempre adelante. Para leer casi de una sentada.

Marianela. Benito Pérez Galdós. 1878

sábado, 13 de diciembre de 2025

palabras

Las calles están llenas de palabras, de las que se dicen y de las que no. Las hay susurradas, llenas, con una sonrisa, alegres y murmuradas. Incluso de buena mañana hay palabras amables, como hay luna que blanquea lo que queda de noche, no sé si eso explicará algo. Y las palabras vienen de un gentío, de calles, de estaciones, de colas, de sueños interrumpidos, escasos, atropellados y casi siempre olvidados. Un señor casposo con garrota vende lotería, la del gordo, usando sus palabras. Se gritan ciudades (Santander), mascarillas en boca, oigo otras lenguas con palabras que no entiendo ni entenderé. El reloj avanza al minuto 51, el tren se moverá o no, lo hará tras los pitidos, no veo al señor con la bandera roja y la gorra a juego, ya no hace falta. Más palabras, la próxima vez pediré coche de silencio, cada uno cuenta esa parte de su vida que quiere contar, son discotecas o médicos. Mientras avanzamos muchos trabajan en las obras que nunca acaban, entre raíles y cables, con hogueras improvisadas. Velocidad moderada, leo los mensajes allá escritos, golfos. Velocidad aumentada, nunca dejamos atrás a la luna, luego un túnel oscuro a 200 km/h, peñas harinadas, mas túnel y mas velocidad, antes de escucharlas el miedo, antes de escuchar las palabras que esperaba oír, luego mas luz.

furia

Lo empecé varias veces, lo dejé, lo volví a intentar, lo acabé. Una primera parte difícil de seguir, con saltos en el tiempo, personajes que no se encuadran y diferentes escenarios da paso a una segunda aún mas compleja. En la tercera parte, de lectura asequible, se empiezan a entender cosas, todo parte de un relato lleno de rabia o furia. La última secuencia terminará por llevar al lector a su destino. 
Hace falta paciencia para lidiar con este libro que a pesar de todo deja grandes momentos.
El ruido y la furia. William Faulkner. 1929

argamasa

Un frío diferente, un acueducto de otro tiempo, sobrecogedor, no encendieron la luz del día aún, un templo sin gloria, gotas pertinaces, frías, capillas que la luz hace hermosas. Tengo tiempo, todo el que se pueda tener, goteras, ruido en el patio, ando y desando las mismas piedras, me falta algo, la argamasa, el acueducto con su piedra sobre piedra no la necesitó. 

siciliano

La vida del fuera de la ley Salvatore Giuliano en la Sicilia tomada por la mafia. Personajes reales e inventados para contar la lucha del bandolero Giuliano, el que robaba a los ricos para repartir a los pobres y luchaba contra todos los poderes posibles, el del estado y el de la organización mafiosa que controlaba todo en la isla. Una novela llena de traiciones, silencios y violencia.

Salvatore Giuliano, el siciliano. Mario Puzo. 1984

dicha

Si no conozco a nadie de mi entorno al que le gustara o mencionara a Extremoduro o a su líder Robe Iniesta, fallecido esta semana, si no sabría empezar a tararear una sola de sus canciones, si no sabría a pesar de que oigo música constantemente, variada y diversa, me pregunto entonces por qué no me llegó esa onda. Y es que de repente los medios muestran a todo un mundo que era fan del fallecido. No sé que hay detrás, si el postureo típico en estos casos, el duelo arribista, la diferencia generacional a pesar de ser del mismo año, o qué. O simplemente azar. Esta semana falleció también prematuramente Raúl Malo, líder de los Mavericks, y a tenor de lo publicado en los medios, poco conocido en España; disfruté con su música, mucho, y lo seguiré haciendo a la par que buscaré a Robe en Spotify, nunca es tarde si la dicha es buena.

sábado, 29 de noviembre de 2025

multi

Hay campos en obras, gradas con solitarios rodeados de asientos, otras gradas son pequeñas, coquetas y vetustas, de esas con columnas que sostienen la techumbre.
Hace frío, mucho, miles de bufandas, puede que llueva, restos de nieve sucia alrededor del terreno de juego que a veces parece un patatal donde el balón botará en vez de rodar.
Hay camisetas imposibles cuyo diseñador mezcló los colores como solo los niños lo harían. Hay equipos de países como Malta, Gibraltar, Islandia, equipos con pocas aspiraciones que han llegado hasta aquí y disfrutan su momento, con la misma pasión arriba y abajo que los grandes. 
Hay celebraciones mustias y otras llenas de abrazos.

Y sobre todo hay goles, muchos, cantados y narrados por dos personas, Jaume Naveira y Fermín Suárez, que le ponen humor, calor y color a la noche del multi de las ligas Europa y Conference. No pierden la voz, lo saben todo y dejan perlas como esta: “extraña estirpe la de este jugador, muy interesado en la cultura”.

celestes

Me ha gustado mucho esta novela galardonada con el Nadal. La joven Bea y su vida entre Madrid y Edimburgo, con sus amores, familia, aprendizajes, drogas y soledades; un recorrido por la juventud que busca un sitio en la vida.

Beatriz y los cuerpos celestes. Lucía Etxebarria. 1998

lunes

Lunes sin sol, primera hora, estudiantes a las aulas, tienen todo por hacer. El tren cabalga entre la luz mortecina, hay muros con pintadas y dibujos para ser vistos, casi fugazmente.
Hay vagones varados en los que alguna vez viajé, hasta en sueños. Hay melenas húmedas, lisas, con coletas, rizadas, intuyo formas.
Recorro la calle Zurbano, ahí, en el número 76, empezó todo, la calle es corta y algo pervive en la memoria.
Se celebra la festividad de Santa Isabel de Hungría y en el colegio con nombre que pierde el país, sito en la calle Hortaleza, hay vivas a la santa y música en el patio tapado por muros.  
En otras aceras hay algunos que cantan, otros miran, los mas no sabemos qué hacer, andamos como alternativa. En San José casó Simón Bolivar antes de ser libertador. Yo me siento, solo, afuera silban los guardias y atronan las sirenas, la virgen de la Candelaria parece niña y su rostro denota resignación o enfado. Podría hacer fotos y no las hago, podría enfadarme y lo hago, por breve espacio de tiempo, y es que Caixaforum cobra seis euros por entrar a su espacio cuando ganan dinero a espuertas.
Los escolares, en grupos, van de museos o jardines, hoy rompen la monotonía. Subo la cuesta que llega al Ángel caído, se me hace dura aún andando. El arte de la casa de vacas me da envidia, sana.
El bar mas grande del mundo ya no existe, hay otro, se entra por Cadiz y se sale por Barcelona, lo decía mi padre, allí había gambas. 
Un señor, muy charlatán, dice cosas sobre el diablo y demás pecados, cierro mis oídos.
Ando y sigo andando, dolores y molestias antes de tomar el tren de vuelta donde busco el asiento como las personas mayores.

exagerado

Novela de pasiones y amores, donde todo es exagerado y  todo es llevado al extremo; el joven Julian Sorel y su contacto con otra clase social, él, humilde, es preceptor de niños, seminarista y amante de esos que suben por la escalera hasta el aposento de la amada. Novela de otro tiempo.

Rojo y negro. Stendhal. 1830

domingo, 23 de noviembre de 2025

vivo

Hay algo de tristeza en ver un bodegón con sus componentes inmóviles y con apariencia de olvidados o convidados de piedra. También me produce cierta tristeza escuchar el discurso, una vez mas victimista, de Florentino Pérez, aquel que no entiende perder, debería estar prohibido presidir un club de fútbol a su edad, considerarse imprescindible nunca es acertado ni es un buen ejemplo.
Me produce igualmente tristeza comprobar el impulso que lleva a miles de personas a vivir en directo el encendido de las luces de la navidad futura en múltiples ciudades.
Lo mismo cuando me veo incapaz de no poder y no saber escapar del sentimiento de culpa.
Lo mismo cuando veo a jovenes nostálgicos, un contrasentido, que hablan bien de un dictador. Nunca mas.
Y también me trae tristeza lo que cuenta Yakarta, una serie imprescindible. Pero de ahí también me nace algo, el milagro, la alegría de comprobar como el arte de filmar puede lograr conmover los cimientos de mi persona, de esa manera.
Y me alegro igualmente de ver los charcos vivos de agua congelada y las praderas verdes del monte de Valdelatas al que llego atravesando los Carriles, el campo de toda la vida que quieren destruir para construir casas, que error. Ese campo acogía hoy los rayos de un sol incipiente, matizando cada paso de mis pies. Como acogió en pasados días uno o varios amaneceres naranja que premiaron mi madrugar, gratis todos, impagable.

jueves, 20 de noviembre de 2025

cerebro

Arrimo el hombro, y después vienen tristezas invasoras, de esas que caen del cielo o suben de los infiernos, será porque veo que la soledad se suele sentar en bancos.

Su cerebro no se ata a la supervivencia como el de ella, se ata a un destino cierto lleno de incertidumbres, cerebro débil, los niños no lloran, y menos los que ya cumplieron tantos años y almacenan tantos conflictos emocionales que si explotaran mancharían todo con sus idas y venidas.

cometas

Infancias y adolescencias marcadas por los juegos y la violencia en un Afganistán convulso. Historias de refugiados a salvo en Occidente. Lo que sucedió antaño siempre vuelve. Novela de  emociones intensas y de tragedias desgraciadamente cotidianas.

Cometas en el cielo. Khaled Hosseini. 2003

domingo, 16 de noviembre de 2025

luces

Vigo encendió las luces de navidad el 15 de noviembre. No sé si todos estarán contentos con este adelanto. No sé de qué va esto, si de rellenar huecos, si de atraer visitantes, si de lograr que nos olvidemos de la maldita rutina y de todo lo demás, no sé si pretenden que nos centremos en las luces, que son muy tristes durante el día y a veces mas tristes durante la noche.

amantes

No se puede conocer y leer todo pero habría que hacer que ciertos autores llegaran a mas gente. Es el caso de Pratolini y su monumental fresco sobre la vida en Vía del Corno, una estrecha y corta calle del centro de Florencia donde transcurre la historia, ambientada en 1925 y 1926.
La calle es asfixiante en verano, fría en invierno, hay miseria casi siempre, falta el aire y la vida sale a borbotones a través de las ventanas. Novela coral con múltiples personajes, vecinos que hablan, se enamoran y se vuelven a enamorar. Hay mucha juventud y algo de vejez. También hay violencia, los fascistas están en el poder, todo contado de esa forma que entretiene y obliga a seguir leyendo. 

Crónicas de pobres amantes. Vasco Pratolini. 1947