Hay una mano que toma agua y la lleva consigo hasta que la deja caer. Toma agua de la lluvia que cae inmisericorde, aquí una gota, allá otra. Sigue así hasta que por aquel lado se abre todo para mostrar un cielo azul, el que ilumina por momentos la pradera verde y mullida, la que busco y siento, y puede ser arriesgado pensar que la vida seguirá aquí dentro de cien años con otros cantos que anunciarán la mañana desde ramas que brotaron nuevas, pero dicen los que anticipan el futuro que la luna de sangre que no vi se repetirá algún día.
Berenjenas rebozadas
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Asar las berenjenas enteras en el horno. Dejar que se enfríen y quitarles
la piel dejando la parte de arriba como en la foto. Hacerles unos cortes y
estend...
Hace 3 semanas
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