domingo, 26 de noviembre de 2017

luces



Árboles de navidad, de color carmesí, todo luz. También miles de bombillas en los árboles de verdad, blancas, lilas. Se ilumina Madrid, la gente en coche. En Atocha, en un parking se ve a los que vienen o a los que se van. Con vasos en mano. Fiesta que empieza o acaba. Hoteles arriba, con luces o sin ellas. Quizás la gente haga el amor en las alturas, es cerca de medianoche. Un hotel se llama “only you”. Suena a canción de entonces. Las hojas, amarillas, parecen haberse caído de golpe, todas. Bicis que circulan sin luz, o escasa, insensatos repartidores y malvados jefes que ofrecen ese trabajo en esas condiciones. Y olvidadizos compradores que no saben cómo llega la comida a casa. Falta un mes para que sea Navidad, el tiempo del olvido. Sigue el Black Friday, viernes interminable. Cuando comeremos pavo. Cuando los mataremos, quizás en la bañera, sin rastro de sangre. Cuando celebraremos el dar gracias. Quizás nunca, somos poco cristianos, o poco practicantes. Dar gracias para qué, o por qué. Hay media luna también. Quizás los del hotel han apagado la luz porque la luna ilumina su cama. Crece o mengua, no lo sé, como el amor. A lo lejos rumores de coche mientras las luces de la calle parecen no apagarse nunca.

sábado, 25 de noviembre de 2017

klemperer



Judío casado con no judía, matrimonio mixto. No vale para escapar del acoso nazi. Testimonio que se sirve en forma de diario (dos volúmenes), con anotaciones de día y mes, qué día es, si es mañana o tarde o noche. La angustia que crece y sigue creciendo, y que se transmite al lector que a veces no ve también el momento de que llegue la noche para esperar que no pase nada.

Quiero dar testimonio hasta el final. Diarios 1933-1941, 1942-1945. Victor Klemperer. 1998

napoles



Un libro que hay que leer. En una de esas tropelías que cometen los periódicos, llegó a salir en una supuesta biblioteca de viajeros. No es un libro de viaje. El autor, británico, servicio de inteligencia, integrado en el ejército americano que libera Italia describe la ciudad. Repito, no es para turistas. Hay unas líneas que releo. Vuelven a estremecerme. Probablemente esas líneas condensen de forma única lo terrible que a veces, o muchas veces, acompaña a la condición humana. Para enmarcarlas y no olvidarlas. 

Nápoles 1944. Norman Lewis. 1978

vértigo



Las memorias de los campos de concentración soviéticos. Purgas de Stalin. Vienen sin preguntas, desapareces y en muchos casos para siempre. Testimonio escalofriante.

El vértigo. Eugenia Ginzburg. 1967