domingo, 25 de octubre de 2020

everest

Siempre me gustaron los libros de aventuras. Aquí John Hunt, jefe de la expedición que acaba con Hillary y Tenzing haciendo cima, cuenta los pormenores de esa gran gesta.

 La ascensión al Everest. John Hunt. 1953

ayuda

Siempre respirando, siempre esperando. Signos, señales, algo que no llega. Buscar fuera lo que no encuentras dentro. Siempre estamos huérfanos de algo. No sé si ahora, en tiempos de pandemia, se reza más. Si sé que se busca ayuda con más frecuencia, más cercana, la que pueden ofrecer desde su modesta condición humana los psicólogos, que escuchan y hablan. Las esculturas nos ven siempre desde arriba y yo no escucho su voz. Quizás se acabaron los tiempos oscuros, de milagros incontestables, quizás el único milagro, real, de cada día, sea seguir viviendo.

plegado

Encontrar el ojo en el laberinto no siempre es fácil. Y aún más difícil es verlo abierto, cuando no está dormido, con su párpado plegado, ajeno a todos los que habitan a su alrededor.

fuerzas

Aun sabiendo que lo que cuento puede que no interese a nadie, yo persevero, escribo al margen, hasta en los márgenes de una libreta que se va agotando, que ya ofrece pocos espacios, que compraré otra ya. Escribo frases dentro de un círculo, quizás nada como eso simbolice lo que somos, almas encerradas que a veces se repelen o se atraen, que originan fuerzas centrífugas o centrípetas. Enciendo la luz de ahí adentro y espero….quizás vea algo que nunca vi. Quizás sea el momento de cambiar. Hay una gran diferencia entre seguir haciendo lo posible o virar, haciéndolo posible.

sábado, 24 de octubre de 2020

mungo park

Explorador, naturalista, aventurero británico. Recorre el interior de Africa, en condiciones extremas. Acosado, prisionero, sale airoso. Vuelve a Inglaterra y de nuevo se embarca para volver al continente africano en la que sería su última aventura.

Travels in the interior of Africa. Mungo Park. 1799

domingo, 18 de octubre de 2020

chateaubriand

Acabo las memorias, el volumen 4. Me ha llevado tiempo este último. Estaba sepultado en una estantería y luego su lectura se ha ido dilatando, a pequeños sorbos. Viajes, conspiraciones, la Francia convulsa tras la caída de Napoleón. Y él, que haciéndose mayor, pasea por su memoria y puebla las páginas de recuerdos y de viejas ensoñaciones que nunca volverán. Balances de su tiempo y predicciones para el futuro, clarividente en muchos aspectos. Su prosa clara, a veces se tiñe y se vuelve poética, entonces es impagable.

Memorias de ultratumba, vol.4 (Chateaubriand) 1849

sábado, 17 de octubre de 2020

grietas

La pared, su pintura, se agrieta. Quiere formar provincias, autonomías, quizás cada trozo de pintura se independice. Quizás odie al resto, de las que solo la separan fronteras que nadie sabe de dónde vinieron. Será por la calidad de la pintura, por el movimiento de la corteza terrestre, vaya usted a saber. Vamos, lo normal de cualquier pared cuando se somete a las tensiones de la vida. Le pasa como a los cuerpos, que a veces lloran y a veces ríen. Y a veces sueñan en una cama, postrados, con mundos mejores. Para qué soñar con algo peor de lo que vemos diariamente a nuestro alrededor. No cabe recuperar la normalidad en un país con tanto anormal. Sí, hablo del nuestro, desgajado, agrietado, como esa pared, donde abundan los que se enorgullecen del fracaso y los faltos de solidaridad y de humildad. Abandono.

sciascia

Siempre me pierdo un poco en las novelas de crímenes y de investigación. Será que me cansan las vueltas y las revueltas para al final encontrar o no al asesino. No me apasionan, diré. La leo casi de un tirón, ésta, sin más, aunque haya algo más que muertos en sus páginas.

Todo modo. Leonardo Sciascia. 1974

lunes, 12 de octubre de 2020

ocnos

Son textos pequeños, de recuerdos y vivencias, de infancia y más. Prosa impregnada de poética. Algunos preciosos, únicos. Para leer en silencio y para cerrar los ojos volviendo hacia atrás.

Ocnos. Luis Cernuda. 1963

legión

La legión y un amor. La mentira como punto de partida. Sórdido el ambiente. Mantiene la tensión, novela dura.

La hija del coronel. Martín Casariego. 1998

mishima

Novela de crecimiento. Dicen que con rasgos autobiográficos. De sufrimiento y de lucha interior, seguir los convencionalismos o seguir los dictados del corazón.

Confesiones de una máscara. Yukio Mishima. 1949

Arapiles

Acaba la primera serie de los Episodios. Y todo acaba bien si eso significa que el amor triunfe a pesar de la guerra y de la sangre derramada. Y pensar por qué Galdós no ha sido más valorado en este país.

La batalla de los Arapiles. Benito  Pérez-Galdós. 1875

incompleto

Sí, días que son diferentes, ponerle nombre, dices que estoy insoportable. Es como una mitad de mí, algo incompleto. Días en los que dibujo gafas de colores de un solo cristal, árboles de color naranja o plantas verdes cuyo lecho es un fondo de piedras, también bolas de dos dimensiones que se han quedado quietas después de chocar entre ellas.

mirada

No hay nada como la mirada, insistente, tenaz. Mirar, mirar y siempre mirar. Para no perdernos nada, para verlo todo, para abarcarlo todo aunque sea imposible. Y luego andar, gritar, pedir ayuda, y luego reposar, y luego tomar ese puñado de arena y no apresarlo, sólo sostenerlo, observarlo, parte de mí. Y después elevo los ojos para seguir la estela del sol, que me hace y pone sombras. Entra por una ventana que tiene persiana. Y va bajando aunque no se va, nunca lo hace, y mejor que no lo haga.

camino

Hay algo que nos une, todos estamos en el camino. Ahí descubro que los árboles no hablan, que los abrazo y no siente nada. Ni siquiera repitiendo el camino percibo el paso de su tiempo, sí del mío. En ese caminar intento ponerle cuadro al silencio, no puedo, igual de difícil que encuadrar la soledad.

domingo, 4 de octubre de 2020

pareja

Igual que puedo llorar escuchando el canon de Pachebel, lloro leyendo Alegría de Manuel Vilas. O también viendo una boda donde no conozco a nadie, hasta una boda de ficción. Todavía se casan las personas, buscando la eternidad quizás, aunque sea la de la pareja. Flechas que llegaron al corazón, que hicieron diana aunque fueran disparadas con destino incierto. Que no se marchite y que las palabras no lleguen tarde.

mitad

Hay veces que pinto sólo la mitad de algo, la otra permanece escondida, pero no en la sombra, está ausente, ida o desaparecida. Y por eso, si es persona o rostro, puede que sea esa la razón de que no sepa interpretar mis palabras, porque faltan la mitad de sus sentidos. Oír, escuchar sin entender. Y quizás sea entonces cuando amanezca un gesto de incredulidad en lo queda de él o de ella, de no creerse algo, o de querer hablar, decir algo, y no saber qué. Entonces guardará sus manos, que no las pinté, escondiéndolas en los bolsillos de su gabán. Puede que también sea por el frío que llega o por la lluvia de Otoño que viene del oeste, racheada, llevada en volandas por el viento, mecida.