viernes, 6 de mayo de 2011

desde el fondo

No es fácil la lectura. A veces, me pierdo en el marasmo de la historia, otras, me deleito con pasajes repletos de sentimiento. La lectura en periodos cortos, aunque sean regulares, tiene eso. También influye el leer a horas tardías, cuando vence el sueño y la concentración quiere irse a dormir. Pero los buenos ratos dejan tan buen sabor de boca que tapan el resto. Miles de personas se empeñan en escribir mientras millones de otras se empeñan en leer. El barrido del alma siempre estuvo de moda. Desnudar el alma, quitar los velos, soltar amarras y contar lo que parecía incontable, todo ello esperando que encuentre puerto en un lector que aquí o allí busca tiempo y voluntad para enfrascarse en leer, en sentir, en asentir o en compadecer a aquel desconocido que dio rienda suelta a su fondo de armario. Chateaubriand lo hace y muy bien.
Memorias de ultratumba, vol.3 (Chateaubriand) 1849

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