Libro de otro siglo. Ya de hace dos. La ruleta
como atracción. Ganar para volver a perderlo. Rusos fuera de Rusia que esperan
herencias y buscan amores en reuniones de salones y hoteles y en paseos tranquilos. Otro juego, el de azar, como obsesión. Ya ni siquiera se cuentan
las ganancias. Hipnotizado por rojos y negros. Las pérdidas se cuentan de forma
fácil. Desesperación final.
El jugador. Fiodor M. Dostoievski. 1867.
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