Casas levantadas en cualquier ladera o colina, golf, campos verdes,
campos menos verdes para el resto del paisaje. Mas casas, costa del sol, en
sitios donde no parece haber acceso. Quién vive, es la pregunta. Dejamos casas
y aparecen invernaderos, mares de plástico le llaman. Por aquí y por allá,
toldos blancos. Llegamos a un pueblo de difícil nombre, Frigiliana. O de las
tres culturas. Restos de fiestas. Limpieza y turistas. Famoso por una rebelión
morisca en 1569. Los mosaicos nos cuentan la historia al ascender y entrar en
el barrio antiguo. Casas blancas, lo esperado. Y azules en contraste. Mucha planta,
maceta y flor. Muchos recovecos y casas en alquiler o venta. Parece ser que el
turista extranjero viene atraído por la paz. Anuncios en inglés continuos. La Iglesia
de San Antonio de Padua tiene un espejo, vírgenes y un crucificado en el altar.
También las máscaras de los doce apóstoles en una urna. Paseamos bajo el calor
volviendo al punto de inicio de la visita donde está el Ingenio, o Palacio de
los Condes, que alberga una fábrica de miel de caña. Compramos un bote y
seguimos camino, con parada en Jaén, donde comemos en el restaurante La
Catedral, al lado del inmenso edificio que no abre a la hora pensada con lo que
abandonamos la ciudad a la espera de mejor ocasión. El turista ha desaparecido
de repente y la vida de lunes en provincias es poca a esas horas. Mas coche y
parada en Valdepeñas, tierra de vides. Ha llovido hace poco y la plaza se
prepara para las fiestas de la vendimia. La Parroquia de la Asunción de Nuestra
Señora tiene un hermoso retablo e imágenes listas para la procesión próxima. Ambiente
de pueblo. Sin manta tomamos carretera hacia el hogar.
Pastel de manzana en Airfriyer
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Batir 1 huevo, un chorrito de aceite, otro mas grande de leche, una
cucharada de Royal y harina hasta que quede una crema. Pelar una manzana y
cortarla en ...
Hace 3 días
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