miércoles, 15 de julio de 2009

vocación

Trabajador comunitario en Chicago, Obama intentó solucionar problemas puntuales para los más desfavorecidos, sabiendo que la solución definitiva o estructural estaba lejos del alcance de sus manos. Lo que sí reconocería más tarde es que aquello le sirvió, “encontré mi camino,…la medida de mi vida sería el servicio público”. Hermosa declaración de principios. Este y muchos otros se pueden encontrar entre las páginas de este libro que resume trayectoria, ideario, discursos, carrera electoral,…, del nuevo timonel de la esperanza.

Barack Obama, la voz de un lider americano. Joann F. Price. 2009

contra la abulia

“Ellos medran con nuestra indiferencia y se regocijan con nuestra abulia.”
Esta frase define por sí sola el espíritu del libro, es el ciudadano el que debe hacer frente al “estúpido hombre blanco” que rige sus destinos en forma de gobernante, aunque podríamos aplicarlo a cualquiera que ostenta un puesto de responsabilidad y que crece en base a la inercia de una masa de ciudadanos que no protestan ni se manifiestan ni ejercen su derecho de réplica cuando la situación no es de su agrado.
Michael Moore utiliza mucho el humor, la ironía en grado sumo también, para repasar las áreas de sus Estados Unidos que él entiende que debían cambiar en aquel lejano 2001, no sólo del lado republicano gobernante sino también en el lado demócrata, tras la era Clinton, al cual no deja muy bien parado.
Tras la victoria de Obama, Michael publicó una carta esperanzada en la posibilidad real de cambio tras los ochos años de gobierno de Bush. Al fin y al cabo, tal y como finaliza el libro, “no debemos olvidar que somos mas que ellos”, más que esos gobernantes, ávidos de poder, y cada cierto tiempo, está en nuestras manos su futuro y el nuestro.

Estúpidos hombres blancos. Michael Moore. 2001

jueves, 9 de julio de 2009

diálogo con niño

Miguel Hernández, cronista en la guerra, corresponsal, luchador, poniendo poesía allá donde es imposible, disfrazando de palabras la maldad, el odio, la venganza y el rencor. Escribe desde los campos de batalla, para levantar la moral de los suyos y para responder a los traidores a la patria, escribe desde el sentir igualitario, desde el campesino explotado, desde la madre despojada de sus retoños y desde el niño que no tendrá más oportunidad que esperar su turno de ser mayor para el trabajo, aún siendo pequeño para todo lo demás.
El niño poeta habla con el poeta y expresa con belleza su sentir. A pesar del entorno y a pesar de lo vivido, la fuerza de la infancia hace su hueco para cantar a los cuatro vientos, con arrestos y con inconsciencia disfrazada de valentía; ahí van sus palabras: "...pero yo tengo ganas de pelear con un fusil como tú. Todas las noches me acuesto queriendo tener al otro día veinte años, y nunca paso de los siete".

Crónicas de la guerra civil. Miguel Hernández. 2009

empeñarse en algo

Mucho que leer y mucho sobre lo que reflexionar es lo que aporta el autor, sociólogo alemán, en esta obra, publicada en 1906 y editada recientemente en nuestro país, que intenta responder a la pregunta que da titulo al libro. Empecemos por el pronóstico final de Werner Sombart, que no sale muy bien parado: "según todos los indicios, el socialismo en los Estados Unidos va a tener su auge plenamente en la próxima generación".
No parece que haya acertado el autor si nos atenemos a la ortodoxia de la palabra socialismo. Es curioso que después de documentar y razonar durante todo el libro la respuesta a la pregunta inicial, respuesta que deja al lector convencido, el señor Sombart salga con esa frase final, basada en unos indicios no explicados, que deja al lector con ganas de seguir escuchando a un autor que de forma clara y sencilla compara la vida de los trabajadores americanos y alemanes, con cifras y con ideas, para llegar a unas conclusiones que no voy a delatar aquí.
Muchas perlas aparecen escondidas entre las páginas, ahí va una de ellas:
"En ninguna parte la búsqueda del beneficio se muestra más puramente que aquí; en ninguna parte el empeño en la obtención de ganancias es el punto de partida y de llegada de toda actividad económica tan exclusivamente como lo es aquí: cada minuto de la vida se llena con este empeño, y solamente la muerte pone fin a este esfuerzo voraz por el logro del beneficio".
Tan real como la vida misma, la vivida en 1906 y la que se vive en 2009.

Werner Sombart ¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos? 1906

fundido

Mientras la tarde avanza, aumenta el ansia de escape, no queda tiempo para más, ganas de escapar de una cámara secreta, oscura y fría, que ahoga los sentidos de aquel que se ha atrevido a adentrarse en ella. Busca la salida con denuedo, golpea contra las paredes, deambula por los confines del espacio acotado, observando y analizando cada grieta, cada junta, cada espacio que se salga de la norma uniforme, cada señal que le haga visible su salida, o más bien la posibilidad de ella. Mientras la noche llega, el ansia se enfría, las fuerzas flaquean, los sentidos se embotan. Ahí afuera, los cantos se suavizan, los gritos se serenan y la oscuridad se confunde con la interior, fundido en oscuro, fundido en negros, nada que distinga el dentro y el fuera, nada salvo la paz.

miércoles, 8 de julio de 2009

d-day

Libro de testimonios, innumerables, con un denominador común, el horror. La suerte que hace que tú no seas el que está en el suelo. Libro de recuerdos, a posteriori, algo suavizados por la distancia, más corta o más larga. La guerra no es como en las películas, nunca. El olor te persigue, las imágenes te despiertan. Alguien te da su dinero y sus cigarrillos porque dice que no va a volver. Nunca se sabe qué fue de él. Me despido con Miguel Hernández, poeta español,
Tristes guerras si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

Remembering D-Day
Martín Bowman 2005

pareja

Acurrucado, hecho un ovillo, él se encontraba aterido de frío, evitando que se escapara el poco calor que aún conservaba; para eso temblaba, aún sin querer, involuntariamente, su cuerpo se empeñaba en no quedarse quieto. A su lado se agolpaba el deseo infinito de salir corriendo. Cual amigo imaginario, veía a su lado una sombra levantarse y alejarse, algo para lo que él ya no tenía fuerzas. Aún así, conservaba en su memoria retazos de movimientos, recuerdos de carreras y huidas, juegos infantiles y adolescentes que le llevaban a poner nombres a la sombra que iba y venía, para volver a sentarse a su lado, para volver a fundirse con él, para volver a temblar con él, en ese movimiento continuo, rítmico que le llevó a hablar, a preguntar a la sombra, pregunta sin respuesta, pregunta sin fin, dada por terminada después de una prudente espera. La vio levantarse de nuevo, la vio alejarse poco a poco, se paró, no sabe como, él se levantó, no parecía haber voluntad, solo un movimiento reflejo, producto de algo desconocido, se levantó y se acercó a una sombra que esperaba su llegada, que miraba sin ojos, que emanaba algo imperceptible, que le recibió temblando, y temblando siguieron, camino adelante, da igual que fuera de día o de noche, hacía frío, dos en el camino, sombras andantes, camino sinuoso.

a pesar de

Confieso que no creo. Veo y oigo el funeral de Michael Jackson, ahí, Stevie Wonder dice que Dios le necesitaba más que los humanos, por eso se lo ha llevado. No creo, lo siento. Avatares, idas y venidas, adelante y detrás, para llegar a esto. Historias desde pequeñito, mil veces oídas, vistas, representadas, escuchadas, interpretadas, todo eso para llegar a esto, para razonar sin corazón, o con corazón parado, que no, que el sueño ha pasado, que cuanto antes lo asuma, mejor para mí. Me interpela la miseria, la tragedia, la injusticia, consentida a manos llenas, la estupidez, me interpelan las ofrendas florales de los deportistas campeones, me asombra lo acomodaticio que se vuelve el ser humano, lo que se aleja de la realidad, de lo visible. Es una opinión, lo sé, lo entiendo, les entiendo, no lo comparto, es mía, sensata para mí, deducida de una existencia que a veces se antoja cuesta arriba, otras cuesta abajo, feliz de saber a qué atenerme, a pesar de la orfandad, a pesar de no creer.

martes, 7 de julio de 2009

puntos

La novela de Céline es la novela de los puntos suspensivos…reales, plasmados en las hojas del libro e imaginados en las voces de los personajes. El narrador y protagonista parece dejar siempre algo por decir, tanto en su persona como en la de los otros personajes, frases incompletas, siempre quedan palabras en un tintero que llena el alma o el cerebro, la boca no sigue a éste, se habla a borbotones, no da abasto a una mente que quiere gritar y chillar sin pasar por las cuerdas vocales. Rodeado de personajes atormentados, seres que sobreviven, el niño crece sin saber quién es y porqué está en este mundo; la capacidad de amar parece extraviada, aparece escasamente, sólo a través de una figura que viene al rescate sucesivo de una vida creciente en edad y en miseria, que pone cordura allá donde la locura ya ha anegado el espacio, allá donde el tiempo deja cicatrices que sólo el cariño, aunque sea mínimo, puede atemperar.
Muerte a crédito
Luis-Ferdinand Céline 1936

lunes, 6 de julio de 2009

el progreso

Nada es comparable, pero cual sonrisa de niño que se cuela de rondón para alegrarle una tarde, igualmente, un libro de Julián Marías puede tener un efecto balsámico o provocador, pero nunca decepcionante. Tomar una idea y pensar sobre ella, intentar desarrollarla, ordenadamente, con imaginación, reflexionando antes de lanzarse al ruedo. Escrito antes del boom de internet, el ensayo parece quedarse retrasado en el tiempo; seguro que el autor podría haber añadido ideas nuevas ante lo que nos viene. Pero la idea central sigue siendo la misma, la evolución tecnológica nos envuelve, los ordenadores nos rodean, pero no olvidemos que “los computadores no piensan, ..; lo que hacen es liberarnos del pensamiento estúpido,…Eliminan el pensamiento bruto y nos dejan en franquía para pensar,…”
La empresa no es fácil pero nadie dijo que pensar lo fuera.
Cara y cruz de la electrónica
Julián Marías 1985

domingo, 5 de julio de 2009

diálogo

Como diría un castizo, es para hincharse, no sé si a reír o a llorar. Para alguien acostumbrado a hablar de diálogo, conversaciones, mesas pacificadoras, etc., el verse dibujado de repente como una persona que ha evitado la conversación oficial durante tanto tiempo, todas sus legislaturas, muchos años, no deja lugar a engaños. Dicen los detractores de la política que ésta es el arte del engaño. Engañar para mantener el poder, engañar para seguir acomodado durante unos años, engañar para llamar tonto al votante. Ejemplos hay de sobra que dan la razón a estos detractores, pero también ejemplos hay cientos para seguir confiando en las personas, en las honradas, en las que no salen en los papeles, en las que no son víctimas de persecuciones que sólo caben en las mentes de los que sobran. Pues bien, Ibarretxe, que ha estado ensalzando las bondades de la palabra diálogo durante tanto tiempo nos descubre ahora que no ha habido conversación oficial con el presidente del Gobierno Navarro desde hace 13 años, lo que a uno le hace dudar de su condición de persona válida para el puesto y de la de todos aquellos que formaron su gabinete. Veamos, no hablamos de hablar con el gobierno de Georgia o de Bielorusia, no, hablamos de hablar con los vecinos, limítrofes, aquellos a los que gustaría ver también exhibiendo su condición de vascos, aquellos que sufren reclamaciones por parte de los vascos hacia su territorio, con la aspiración o ilusión de gran país, y ahora resulta que los lectores y votantes nos enteramos por la prensa de que el diálogo a alto nivel, en plan reunión institucional no ha existido, no ha habido ni dos ni tres, ni siquiera una, cero reuniones. Patxi López, escasos días en el puesto, lo ha hecho, presentarse a los vecinos, un saludo, aquí estamos, para lo que salga, para lo que sea necesario. En fin, diferencias notables, apreciables, para bien en unos casos, para mal en otros, seres humanos, con incoherencias, ocultas, públicas, así son ellos y así somos nosotros, sólo que nosotros no manejamos los hilos, el futuro, el bienestar social, la seguridad, etc. Por favor, que alguien se lo diga por si no se ha dado cuenta.

sábado, 4 de julio de 2009

fiesta

Una marea humana recorre el centro de Madrid. Música, humor y mucho baile. La semana del orgullo gay alcanza su punto culminante la tarde del sábado con la gran parada que atasca el corazón de la capital, no de coches, sino de personas. Ávidas de diversión, anhelo infinito de fiesta, suena la música de Alaska, A quién le importa, lo que yo haga, lo que yo diga, y la música se para, que siga el público con el estribillo, que parece que el autobús se va a caer de tanto bote. Yo veo muchas ganas de pasarlo bien, se ve mucho amor, veo ganas de olvidarse de todo por un rato. Una carroza se llama “me da igual”. No sé a que se refiere, quizás a lo que piensen los demás, a los que quieren llevarse la fiesta de las calles. Se la podrán llevar, pero siempre habrá lugares donde seguir disfrutando de la libertad, donde seguir cantando a quién le importa.

miércoles, 1 de julio de 2009

el soñador

Los sueños de los humanos no cambian de un día para otro, ni aún que pasen cien años. Las ilusiones se mantienen, los "deseos de escapar lejos" cuando uno se siente encajonado, la frustración de ver que "en el extranjero todo es igual", es "ridículo mirar por las ventanas", intentando buscar no se sabe qué. Seguimos compartiendo el "anhelo infinito de una vida distinta, rica, y de un amor grande y poderoso". El protagonista lo busca con denuedo, cree tenerlo detrás de una ventana, no se da cuenta de lo que tiene a su alrededor, porque no acepta la realidad, tal y como es.
Van a pasar cien años desde su publicación y podría haber sido escrita ayer. Es nuestro sino, el buscar la eterna felicidad de un instante, de un momento de gloria, de un beso o de un recuerdo. Todo vale en su busqueda.

El soñador (Wladyslaw Reymont) 1910