El Prado de nuevo. Exposición de
Ingres. Haciendo tiempo descubrimos el claustro, piso de arriba. Perteneciente
al monasterio de San Jerónimo el Real fue cedido en 1998 al museo. Hoy alberga
una colección de esculturas de los Leoni. Encargos de la familia real.
Explorando se descubren cosas. Como la obra Cristo presentado al pueblo, de
Quinten Massys, repleta de gestos. Ingres, francés, pintor del XIX, nacido en
el XVIII. La exposición es interesante. Realista, retratista. Su Angélica,
desnuda sobre fondo rojo, la Virgen adorando la sagrada forma o la Condesa de
Haussonville pueden formar parte de la historia. Contrastes en la noche, la
iglesia de las religiosas de María Inmaculada celebra misa. Se acaba al son de
cánticos en latín, silencio después, al abandonar el lugar. Es la calle
Fuencarral. Muy cerca, en Hortaleza, la Iglesia de San Antón parece albergar
vida. Abre siempre, 24 horas. Se hace cola para recibir bolsa de cena y caldo o
café. En el interior, voluntarios de los mensajeros de la paz van de un sitio
para otro y hablan y reciben. Iluminación festiva, dentro y fuera. También
llamada iglesia de la misericordia, centro de acogida, para los descartados del
sistema. También para los enamorados, las reliquias de San Valentín están ahí. El
proyecto tiene apenas un año. Un espacio para compartir. Hasta los animales
tienen cabida. Por primera vez veo a un perro abandonar la primera fila. Gente que
no sabe dónde ir. Quizás sólo esperando una palabra de consuelo o de ánimo.
domingo, 28 de febrero de 2016
música y arte
Concierto de las candelas. A beneficio
de los hermanos de San Juan de Dios. La iglesia casi llena. El presentador, hermano
de la orden, asombra por su serenidad. La orquesta empieza por el famoso Canon
de Pachelbel, música del XVII. Y continua por el Adagio de Albinoni. La obra
mas triste del mundo. Me recuerda su aparición en la película Galipoli, batalla
de la primera guerra mundial, donde en medio de la noche, tropas australianas
surcan en pequeñas barcazas el mar para alcanzar la orilla y la muerte. La música
hundiendo la herida. Resulta que el adagio lo compuso realmente el italiano
Giazotto en 1945 a partir de unas notas semi destruidas encontradas tras el
bombardeo de Dresde y atribuidas al músico barroco. La historia cuenta con
detractores y seguidores. Sea lo que sea, la emoción no entiende de historia y el
concierto sigue y al final son varias versiones del Ave María las que buscan
elevar el espíritu fuera de este mundo. Cambiando de día, es domingo y llueve. Siempre
hay gente en Madrid. También en CaixaForum, donde acaba la exposición Mujeres
de Roma. Obras del Louvre al alcance de la mano. La introducción aclara cual
era el papel de la mujer en la sociedad romana. Inferior, ya dependiendo del
padre o del marido. Algo no ha cambiado tras veinte siglos si viajamos por el
mundo. Importante colección de arte, mucha escultura y relieves. La poca
pintura produce escalofríos. Tres muestras de retratos de mujer, del siglo II,
eran tablas que cubrían el rostro de los cuerpos momificados para su
enterramiento. La arena del desierto egipcio permitió la conservación. Rostros que
nos miran a través de sus grandes ojos. Algunas piezas sobre mármol son magníficas.
La belleza trasladada al medio frío y blanco. También descubro ménades
bailando, mujeres al servicio de los dioses, con la cabeza hacia atrás y pelo
al viento. Pasamos al Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos
Exteriores. Es una obra del XVII, antigua cárcel. Bonito patio de piedra donde
presentan una exposición sobre el bicentenario de la orden de Isabel la
Católica. Después de toda una vida en Madrid descubrimos un bar nuevo, en la
calle de los mesones, en Plaza Mayor, es la cava de San Miguel, y es el mesón
del champiñón. Local estrecho donde se acumulan las bandejas de champiñones que
se asan a la vista de todos. Buenos y sabrosos.
sábado, 13 de febrero de 2016
hammond
De Albert Hammond me quedan imágenes en blanco y negro y sus actuaciones en programas de variedades o de tardes de domingo donde lo mismo se cantaba un gol que se presentaba al artista del momento. Gibraltareño de adopción, nació en Londres en1944 por la evacuación de la colonia durante la guerra mundial, pero volvió al peñón y allí pasó su juventud. Lo revivo viendo que Olivia Newton John, la excepcional voz de Grease, también grabó uno de los temas de Hammond, “The Air That I Breathe", escrita en colaboración con Mike Hazlewood. También es suya “When I Need You" , escrita con Carole Bayer Saguer. Ambas fueron grabadas por él pero se hicieron populares en las voces de The Hollies y de Leo Sayer, respectivamente. Pero si una canción marca la carrera de Hammond es “Echame a mí la culpa”. De letra que toda una generación podría recitar y de música que no se olvida. Curiosamente, esta canción no es suya. El crédito es para Jose Angel Espinoza, Ferrusquilla, compositor mexicano fallecido el año pasado y al que le inspiró un desengaño amoroso vivido en primera persona.
aeropuerto viejo
El
miedo en la infancia aparece muchas veces. La oscuridad, la negrura de la noche
lo inspira. Los espacios desconocidos traen reminiscencias de peligro. La entrada
de un túnel siempre es algo que concita temor. Nosotros nos parábamos en las
entradas de esos túneles y creo que nunca entramos. Yo al menos no. La linterna
hubiera sido obligatoria y sobre todo mas audacia para ir en busca de algo
desconocido. Se contaban historias de arsenales, y de bombas perdidas, todavía
por explotar. Se contaba y no se paraba, y eso avivaba todo. Porque lo que sí era
cierto es que desde allí salieron los aviones que bombardearon Guernica, y que de
allí salió el avión que transportaba al General Mola y que no llegó a su destino,
por eso, en el 37 el aeródromo tomó su nombre. Después llegó el abandono, pastos para
ovejas y espacio para dar rienda suelta a la imaginación, para soñar historias
y buscar el miedo aun no queriendo encontrarlo. Luego vinieron las
urbanizaciones y la expansión de una ciudad hacia Salburúa. Todavía se puede
ver alguno de esos arsenales, ya selladas sus entradas, rodeados de columpios. Lo
que sea que escondían nunca saldrá a la luz.
durana
El
restaurante Quejana del hotel Canciller Ayala ofrece un gran menú a precio
asequible en un entorno de tonos blancos con vistas a la Florida. Esto es de
hace cuatro días como quién dice. En un lugar como Vitoria donde comer bien no
es difícil, el lugar eleva el listón. El porqué del nombre de ambos se explica
por el nacimiento en el pueblo alavés de Quejana del que llegara a ser
Canciller del rey Enrique III de Castilla a fines del XIV. Un tataranieto,
Pedro López de Ayala, conde de Salvatierra murió en la cárcel de Burgos en el
año 1524 donde estaba preso por su rebelión comunera contra el monarca Carlos
I. Así perdió Salvatierra su señorío y se incorporó a la corona real. Es famosa
la batalla donde los comuneros son derrotados, en Durana, ante las tropas
leales a la realeza. Yo de Durana guardo el recuerdo de una nochevieja, de unos
viveros, los Cengotitabengoa, todavía activos, propiedad de la familia de un
compañero de clase, de una excursión en bici donde descubrí lo que era una pájara,
y de un circuito de motocross, donde el barro se adhería a las prendas de los
espectadores tras el paso de las rugientes motos. Pero el recuerdo mas duradero
será el de un bar, en las inmediaciones, donde el niño de siete años que yo era
vio en una tele en blanco y negro, colocada allá en lo alto cómo los brasileños
se ganaban el mundial ante Italia. Dicen
que jugaba Pelé, el 21 de Junio del 70, yo sólo sé que estaba con mi padre y con
mas gente, no sé bien qué hacíamos allí y si fue casualidad nuestra presencia o
no. Nada más.
emigración
Tras la guerra civil, inmediatamente, se procede a la abolición de los
privilegios fiscales de Vizcaya y Guipúzcoa, no así de Álava y Navarra, por su
adhesión al levantamiento. Este concierto económico diferente se verá reflejado
a partir de 1955 con las ayudas que la Diputación Provincial ofrece para la
implantación de empresas en territorio alavés. Serán 1700 empresas las que se
abran en los siguientes veinte años y se ampliarán 1900 más. Industrias trasladadas
desde el valle del Deba o de nueva creación. Lo anterior no son mas que datos históricos
que ayudan a entender mi historia. Esa fábrica que se traslada a Vitoria, donde
trabaja mi padre. Y por eso estoy yo allí. Los libros ayudan a veces a escribir
la propia historia o a entenderla, a fijarla en un contexto que nunca supe. Los
millares de emigrantes que acuden a la llamada de un trabajo seguro en un
entorno diferente. Así se construyen las ciudades y la vida. Esa ciudad que
ofrece fotos antiguas, donde se camina con sombrero o con boina, las niñas también,
las señoras con pañuelo o velo, se va y se viene. Lo mismo años después, lo
mismo ahora. Los sombreros ya no son tales, serán gorras, los velos
desaparecieron de nuestra religión, no de la de nuestros mas recientes
inmigrantes. Pero el paseo como forma de pasar la tarde, o la mañana, se
mantiene. Y se hace mas vivo, a veces, y mas paseo, otras. Para ver, sentir y tomar
el pulso de una sociedad cambiante.
FDR
Extraordinario recorrido por la vida del presidente americano. Premio
Pulitzer, se lee con adicción y sin agotamiento. FDR fue elegido cuatro veces
presidente de los Estados Unidos, empezando en 1932. Protagonista de tiempos
convulsos, como la Gran Depresión o la segunda guerra mundial, es su vida al
servicio de los ciudadanos un ejemplo de dedicación. Quizás fuera el magnetismo
del poder, visto en su juventud, cuando se casa con Eleanor Roosevelt, sobrina
del presidente Theodore Roosevelt (a su vez primo lejano de FDR), lo que
afianza su camino hacia la política. Da sus primeros pasos como asistente del
secretario de la marina, siete años, durante el mandato de Wilson. En un
encuentro con el historiador Henry Adams, éste le dirá que “nada de lo que se
haga desde la Casa Blanca afectará nunca al mundo”. Nada mas lejos de la
realidad. En 1921 contrae la polio y la enfermedad le retira un tiempo de la
vida pública. La discapacidad inherente le acompañará toda la vida. En sus
declaraciones FDR empieza a dejar claro lo que debe diferenciar a un demócrata
de un republicano, que es buscar el bienestar del ciudadano medio y no el de
unos pocos. Como gobernador de Nueva York introduce la radio para dirigirse a
la población y sus discursos se convierten en algo habitual. En su carrera
hacia la presidencia de 1932, en plena depresión, habla por primera vez del New
Deal, ese acuerdo que esperan millones de americanos que esperan una vida
digna. Desde la presidencia pondrá manos a la obra. Primero ofreciendo alivio
inmediato para los mas desfavorecidos. Siguiendo por planificar o controlar la economía
desde el gobierno. Planificar la producción, agrícola e industrial, porque “es
necesario traducir el bienestar de unos pocos en el bienestar de la totalidad,
dejando a un lado intereses egoístas…” y para pasar de “salarios y empleos
miserables a empleos que permitan vivir…”. Todo ello acompañado de programas de
inversión pública para construir escuelas, hospitales, carreteras, parques,… y
para dar una oportunidad de vida a los millones de desempleados. Pone también
los cimientos de una seguridad social para los mayores y pobres. Acciones que
le convierten en blanco de las críticas de los republicanos, que le acusan de
introducir el socialismo en América. Luego vendrá la guerra mundial, y esperará
el ataque de Pearl Harbour para entrar en ella, aunque ya antes barruntaba la
necesidad de parar al nazismo. Su relación con Churchill y Stalin, sobre todo
el primero, está muy desarrollada en esta parte del libro. Estrategias para
luchar contra la amenaza mundial. Su salud declina y no le ayuda su actividad
incesante en ese periodo. Muere el 12 de abril de 1945 a los 63 años de edad
sin terminar de ver el final de la contienda, dejando un legado para la
historia.
Traitor to his class. The privileged
life and radical presidency of Franklin Delano Roosevelt (H.W.Brands-2009)
gamboa
Compro el libro en abril de 1997. Lo leo ahora. Olvidado en una
biblioteca. Lo busco tras leer en otro ejemplar que el protagonista bien
pudiera ser oriundo de un pequeño pueblo llamado Nanclares de Gamboa. El apellido
del pueblo delata al protagonista del libro. Nombrado caballero en la corte
británica, la vida del alavés es sinónimo de aventura y guerra. Nuestro guerrero
sirvió como capitán once años en los ejércitos de Carlos V. Tras una disputa en
la que mata a un compañero, y antes de ser detenido, deserta y acaba en
Inglaterra donde será nombrado maestre de campo de una tropa de mercenarios
españoles al servicio de Enrique VIII. Mandará a unos 1400 arcabuceros que él
se encarga de reclutar por los campos de batalla de Europa. Corre 1545 y
participa en las luchas en la frontera escocesa y también contra Francia. En 1547
participará con sus arcabuceros a caballo en otra invasión de Escocia. Entabla amistad
con otro par de alaveses, Carlos y Baltasar de Guevara, primos. La que será su
perdición. El primero le acusará ante el rey de corrupción y será cesado como
maestre. La enemistad se hace presente y Gamboa contrata dos sicarios para que
maten a Guevara. Cambiarán de opinión y se aliarán con los primos para esperar
a Gamboa en una calle de Londres, oscura, y darle muerte allí. Juzgados y
condenados a muerte, serán ejecutados en los días siguientes. El caballero
Gamboa murió un 19 de enero de 1550.
Ya lo decía Shakespeare en su obra “A vuestro gusto”…
“…es un soldado, amigo de extraños juramentos y barbado como un
leopardo, celoso de su honor, presto y ágil en las reyertas, siempre en busca
del vano prestigio hasta en la boca del cañón”
Sir Pedro de Gamboa (Julio Cesar Santoyo-1974)
viernes, 12 de febrero de 2016
verano 2006
sábado, 6 de febrero de 2016
trespuentes
Íbamos a Trespuentes en bici, por carreteras con apenas coches, sin
sensación de peligro. El puente romano cruza el Zadorra y al otro lado se llega
a las ruinas romanas (luego las llamaron Iruña). Allí jugábamos, metidos entre lo que parecían restos de casas.
¿Pisábamos suelo romano? No recuerdo cuando la investigación avanzó y se acondicionó
el entorno. No buscábamos monedas ni espadas. Las espadas las poníamos
nosotros. Allí quedaron nuestras persecuciones y los tiros de mentira, o las peleas
de pega, o las aventuras sin fin. Al lado, el convento de Santa Catalina, hoy
botánico. Tras la desamortización se convierte en enclave militar en las
guerras carlistas. Éstos, allí refugiados, sufren el acoso del militar riojano
Martín Zurbano, el que da nombre a la calle de Madrid. Éste lo incendia matando
a decenas de carlistas. Hablamos de 1836. Volvamos al presente, mas bien al
pasado. Siempre hay que volver, a casa, en bici, con menos fuerzas, cansados. Por
carreteras estrechas. Las ruinas siempre estaban a nuestra disposición. Para
cualquier día de verano.
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