jueves, 7 de agosto de 2025

empieza

Todas las semanas empiezan por algún día, y a alguna hora, puede que en ese momento se escuchen chicharras, cotorras o urracas, hasta ruidos de cortadoras de césped o arbustos, o hasta maletas arrastrándose atadas a la mano de alguien, o hasta personas que salieron de fiesta y ahora arreglan sus diferencias en voz alta o simplemente ríen, o conducen autos con los sentidos enturbiados. Podría ser que fuera el ulular del viento o todo lo que este mueve en cuerdas de tendedero, ventanas no cerradas o cables que se abandonaron en las paredes. Nadie subirá por ellos. Al igual que las semanas, empiezan los pensamientos a despertar cuando aún con los ojos cerrados salgo del estado del sueño, y se arremolinan sin guardar su turno creando espirales imposibles de desalojar, vorágine es una buena palabra. Antes de eso intenté recordar ese sueño donde unos se iban, otros venían, me afané sin éxito.

Todo empieza, los cielos, oscuros hace unos minutos, se abren inabarcables, la noche todo lo confinaba, el día todo lo expande. Estoy en la calle, habré pisado decenas de hormigas, a otras las esquivo, no hacen ruido, imagino un mundo de silencio bajo tierra, tan pesado el no ruido como la carga que arrastra una de ellas, una enorme y ligera pluma que me pregunto para qué servirá allá en su casa. Amanece, que no es poco, sin más, como ayer y como los días que vendrán.

abeja

Sorprendente, fantástica, adictiva. Cuesta creer que ha acabado con ese final abierto, cualquier opción sería válida, cuanta gente daría dinero por una continuación que nunca llegará. Ambientada en un pequeño pueblo irlandés y en Dublín, la familia Barnes podría ser una familia normal, y de hecho lo es, con dos hijos, ella adolescente, entrando a la universidad, el niño un poco más pequeño. Familia que vive la crisis económica y tantas otras que acechan el reducto familiar. Y el autor se mueve hacia atrás y hacia el presente y aparecen nuevos personajes que todo lo explican o complican. Muy bien construida, no pesada, concisa muchas veces. Hay tensión, drama, gotas de humor y más drama encarando las últimas páginas cuando se vislumbra un desenlace que acaba en punto y final.

Finalista del premio Booker 2023 y desde ahora un imprescindible.

La picadura de abeja. Paul Murray. 2023

puzzle

El día que arranqué la hoja de Julio del calendario de la sala de espera de analíticas del Hospital ya hacía calor de buena mañana. Lo hice porque estaba solo y porque estábamos en Agosto, en el día 4. Eso significa que el día primero, laborable, nadie se percató, pudo ser que nadie fuera a sacarse sangre o nunca hubo nadie solo, pudo ser que todos miraran al suelo,  o al frente, me inclino más porque estuvieran mirando el móvil, hasta los más mayores, asiduos visitantes de hospitales, lo hacen, con la cabeza baja. Fue esa misma tarde cuando tropecé por la calle con la pieza de un puzzle, es un decir, nadie se habrá nunca desplomado por ello, todo lo más la habrán pisado sin darse cuenta, uno de esos minúsculos cartoncillos que un día nos dieron tardes y noches de paciencia y recompensas. Esta pieza tenía dos pestañas y dos huecos y era de color gris. Jugándome mi escaso tipo, me agaché en medio de la vía a recogerla, no sin antes mirar a ambos lados para cerciorarme que al igual que escasos peatones había pocos coches aguantando la enésima ola de calor. Me sentí como el niño que iba a abrir un sobre sorpresa, desbordada mi imaginación; salí pronto de la duda, supuse que lo gris y áspero era la parte trasera, y le di la vuelta con cuidado, casi al ritmo de timbales, para descubrir un azul intenso y uniforme, fue entonces cuando miré al cielo buscando el hueco que había dejado.

lunes, 4 de agosto de 2025

amantes

Relatos oscuros algunos, tristes varios, con su dosis de humor, hay amores o pasiones fugaces, inesperadas, tardías; hay cotidianidad, decepciones, personas que no son lo que parecen, y hay matrimonios que ahí están sin saber el cómo ni el por qué.Tan breve como bueno “la vida fácil”.Muy entretenido el volumen.

Amantes y enemigos, cuentos de parejas. Rosa Montero. 1998

moja

la luna corre y da vueltas, loca o enloquecida, y moja los pies en el agua helada, la inmensidad ahí al frente, luego descansa a la espera de nuevas emociones, saber si rememora es un imposible.


luna casi se zambulle en el agua, pero no, busca siempre sentir el suelo.

domingo, 3 de agosto de 2025

cruz

Premio Planeta 1994, acusado luego de plagio por Carmen Formoso, Google habla de ello, sentencias, recursos, declaraciones, algo huele mal en ese asunto que dejó en mal lugar a muchos, especialmente a la editorial, supuesta inspiradora de la trampa.
El libro es uno más, confesiones, historias de familia que se publicitan con locuras, sexo y vidas mas bien rotas.
La cruz de San Andrés. Camilo Jose Cela. 1994

manos

Hablamos de las manos, de las dos, miro las mías y les pongo etiqueta, la derecha o la izquierda, las de ella no las veo, están ocupadas en parte, es todo un sin sentido que se repite como si nada pasara. Y yo subo y subo por una escalera infinita que va perdiendo peldaños para quedarse en nada. 


Ella tan llena de soledad que asusta.

Habla con los ojos cerrados, como queriendo recordar o reforzar lo que habla.

Ella y lo que busca, y lo que quiere dar, y a quién.

viernes, 1 de agosto de 2025

campesina

La guerra en Italia, nazis, italianos, ingleses, americanos, todos combatiendo, la liberación avanza de sur a norte. Cesira y Rosetta huyen de Roma para refugiarse en el campo y ahí se suceden encuentros fugaces o no tanto, hay refugiados, campesinos, hambre, penuria, esperanza en el futuro,  y momentos tan terribles que marcan la existencia. Muerte, desolación, violencia, vivencias, todo contado con un lenguaje sencillo, natural y directo.

La campesina. Alberto Moravia. 1957

humanidad

Mueren durmiendo y mueren despiertos.
Mueren en busca de comida y por falta de ella. 
El espectáculo dantesco de Gaza debería atormentarnos y no lo hace.

Los que mandan están tardando en tomar medidas de verdad. 

Que nadie vuelva a hablar de humanidad hasta que se haya detenido la matanza y se haya pedido perdón.

Asco y vergüenza.

Hay silencios incómodos, los espectadores callamos ante las imágenes que chillan aunque el sonido esté apagado.

Cambiar de canal para no ver los ojos que de tan grandes se comen la pantalla.