domingo, 27 de marzo de 2011

palabras

Los jóvenes escriben mensajes y se dejan las letras por el camino. Faltan vocales y alguna consonante, pero para ellos el mensaje queda concluso, otra cosa es que el interlocutor adulto acierte a leer, aunque es cuestión de práctica. A los de Sortu les pasa algo parecido, intentan legalizar su formación, sacan sus estatutos, a ellos les parece que han acabado, pero el resto echa de menos algo. Yo creo que no les faltan letras, les faltan palabras, quizás más, frases completas, y quizás más, declaraciones completas. Se dejan cosas en el tintero y claro, así no vale. No se ha estado tantos años soportando la lacra terrorista como para que ahora todo se arregle en dos días y de un plumazo. Y a diferencia de los jóvenes que lo dicen todo en todos los foros, constantemente y a todas horas, a estos señores que juegan a hacer política les falta lo más preciado de un político, la palabra completa. Y claro, el interlocutor, sea sociedad, sea tribunal superior o sea lo que sea, no entiende, no acaba de entenderles, y por lo general apoya la no legalización.

sábado, 26 de marzo de 2011

sueños con Messi

Los ojos del niño están abiertos y parece mirar a un imaginario doctor que viene a salvarle. Hasta la expresión de la cara parece serena, sólo que con la serenidad de la muerte. Muchos niños sueñan con Messi y sus diabluras. Algunos le intentan imitar. El chaval de la foto es supuestamente uno de los que murió en un ataque israelí. Palestino él. Maldito estigma. Soñar con Messi y que te mate un proyectil israelí cuando juegas al fútbol. Murieron tres jóvenes, 12, 16 y 17. La foto es de Mohamed Salem, agencia Reuters, búsquenla. Da miedo verla, y mucha rabia. Alguien debería prohibir eso, esas muertes. Al día siguiente llegó la venganza palestina, con bomba en Jerusalem, portada de periódicos. La muerte de los palestinos no es portada ni nunca lo será, es el día a día de una humillación constante que no hará que los grandes de Occidente se involucren, no vendrá OTAN ni ONU a salvarlos, ni potencias europeas o americanas, todas cobardes y aisladas en su propio interés económico. La mirada del niño no importa nada. Nadie vino a salvaguardar sus sueños o a escoltar su fútbol. Nadie.

domingo, 20 de marzo de 2011

reflexión sobre el espectáculo

Los hombres gustan de lo que es espectáculo, sobre todo el de la muerte, cuando esta muerte es la de un grande.
Chateaubriand (1768-1848)
Hay muchas clases de vivos, cada uno en sí mismo originaría una especie propia. Pero podemos crear conjuntos, y agrupar en uno a los de los países desarrollados y en el otro a los habitantes de los países menos favorecidos, bendecidos por la desigual distribución de la riqueza, la corrupción, el despotismo y demás barbaries. Unos están más acostumbrados a la muerte que los otros, la ven más cercana, tarda menos en llegar y se convive con ella, en muchos casos a diario. Por eso creo que la desgracia de Japón se asimila peor en el mundo occidental. Rodeados de todas las comodidades del mundo, con grifos que dan agua y luces que se encienden, el paradigma de la sociedad tecnológicamente avanzada sufre el embate natural y muchos pierden todo. Habrá que analizar lo que conlleva la comodidad, a la que nadie que yo conozca se quiere substraer. Los que quedan vivos sufren hasta con estoicismo santo y dicen que les cuesta exteriorizar los sentimientos. El salto del todo a la nada en un segundo. El paseo por la orilla de la eternidad. Esa es la vida. Recordatorio útil o inútil, según el día y la luz del sol. Se convocan manifestaciones contra la energía nuclear en España. No va nadie. Un cartel: japoneses si, nucleares no. Da risa. La vida da risa a veces. La muerte no. La frontera es difusa. Mejor no mirar esas imágenes, absurdas y terribles, diminutos seres los vivos, aún fuertes y grandes, aún gigantes, con pies de barro. Capaces de amar la vida y la naturaleza, pero la naturaleza no entiende de amor, para nada. No da nada a cambio del amor nuestro. Está viva y en movimiento, constante y perpetuo, una pequeña bola de fuego cubierta de vida y abonada por muertos, calentada por una gran bola infernal. Todo en el espacio, a la intemperie. Y nosotros sin saber qué pie apoyar primero al levantarnos de la cama, tras el sueño, donde vida y muerte se confunden, puro espectáculo el sueño.

domingo, 13 de marzo de 2011

naturaleza

La naturaleza da la vida y la roba también. El temblor del suelo, imprevisto y mortal, se lleva todo por delante, el descontrol total. A otros la vida se la robaron, y en vida. Las pequeñas almas de sus hijos, robadas, por dinero o lo que sea. Canallas. Engañar, mentir, robar y vender niños. Y los niños no se enteran. Y los padres se pasan los años recordando al bebé muerto. Y cuando son mayores se les remueven las entrañas. Y conocen lo que significa el ADN. Por culpa de los canallas. De los que roban la experiencia de ser padres y amar criaturas, eso que justifica toda una vida. Ante esto, leo las cartas de Ruiz Mateos, implorando ayuda a Botín, y siento vergüenza ajena, y me parecen ridículas. Y las misas en su capilla privada pidiendo por las intenciones del banquero demuestran la incapacidad del ser humano para asumir sus propios errores. Y las ayudas no llegarán del cielo, salvo por aire, en aviones o helicópteros, ayuda humanitaria para los japoneses. A la naturaleza no se la puede juzgar, a los humanos sí.

viernes, 11 de marzo de 2011

sobre el hombre

Hay libros que no pasan de moda. Escrito hace ya años, corría el 1994. William Ospina, escritor colombiano. No existía Internet. ¿Se acuerdan? Y no pasan de moda porque el hombre sigue estando ahí, marcando la presencia de la historia, para bien o para mal, estrella invitada y protagonista a la vez, en un mundo que a veces se desata y le recuerda que todo es temporal. Precisamente, ese sentido de la temporalidad lo expresa el autor de la siguiente forma, como certeza, “la de que todo aquel que sabe lo que tiene, lo que inevitablemente perderá, no necesita recurrir a la imposición”. La solución a todos los problemas pasa por el hombre. Y Ospina añade la generosidad, la honestidad, la sensatez, la gratitud y la esperanza, opciones a tener en cuenta para disfrutar del “breve tiempo que nos fue concedido”. Reflexiones en forma de ensayo sobre nuestro mundo, el que no pasa nunca de moda, aunque ya la espalda le duela de acumular años. Receta final, del autor, aplique usted la “sabiduría de los mansos”, lejos de “todo mezquino orgullo”. Pongo en práctica la gratitud: Camilo, gracias por permitirme conocer algo que todos deberían leer. Termino. Debería William haber cambiado el título. Quizás lo pensó en el último momento. Nunca es tarde para el hombre.
Es tarde para el hombre. William Ospina. 1994

vida

Obra escrita entre 1926 y 27, a la edad de 21 años, la autora da el nombre de Vida a su personaje, el que luego daría a su primera hija en la vida real. Novela de tintes autobiográficos que narra los primeros años de Vida hasta su adolescencia y juventud, todos ellos marcados por su fuerte sentido de la independencia y su deseo de encontrar el amor. Todavía no late la definición política ni la búsqueda de la justicia. No hay crítica social. Sólo aparecen los signos de ese espíritu indomable, sincero, fuera de convencionalismos, prototipo de la que luego sería ministra durante la Guerra Civil.
La indomable. Federica Montseny. 1951

los subterráneos

Preguntas, siempre preguntas. La búsqueda es interrogación. “Seguía buscando, buscando de por vida,…, y siempre buscamos a los que realmente no nos buscan”. Jack Kerouac murió joven, 47 años. Me hubiera gustado preguntarle algo en una reunión de esas que se organizan entre autores y público, algo como: ¿de dónde viene la desdicha del niño que, en la casa de lo alto de la colina, anhela que el domingo termine de una vez? Largo monólogo interior, que se convierte en diálogo, a veces. Verbena de palabras, sentimientos circulares en un mundo de pasión, ajeno a todos. Su propio mundo, de arte y amistad. Y donde aparece lo que siempre se espera. Inmensa historia de amor, en suma.
Los subterráneos (Jack Kerouac).1958

domingo, 6 de marzo de 2011

jubilaciones

Jose Antonio Ardanza debería estar jubilado. Si las cuentas no me fallan tiene 71 años. Es Presidente de Euskaltel. No sé lo que cobra, ni me importa. Pero con los parados que hay, le podía dejar el puesto a la juventud. A mí me gustaría ser presidente de esa empresa. Pero cobrando, claro. Sólo que no sé si valgo. Porque la ambivalencia no es mi fuerte. Se puede ser dubitativo en la discusión futbolística o meteorológica, pero no en otras. Hoy en El País, la última pregunta no deja lugar a dudas sobre el perfil que ha definido históricamente al ex presidente del Gobierno Vasco. La pregunta: ¿Cree posible la reconciliación en este país?, ¿cómo? La respuesta: “sí, reconocer errores y equivocaciones y mucha generosidad por parte de todos”. Llamar error a los asesinatos de ETA es cuando menos discutible, digamos que vergonzoso se adapta mejor. ¿Y pedir generosidad a todos? Ardanza, esa sólo la ponen unos. A los otros se les pide que pronuncien la palabra perdón. Y no hay trazas de momento. Quizás mañana, quizás pasado. Que su Dios le conserve el puesto muchos años.

un paseo

Algunos tropiezan dos veces con la misma piedra. Me refiero a los que invirtieron en la Nueva Rumasa. Mal negocio. Algo va mal. Les sobraría el dinero o no oían las noticias allá por 1983. Juegan con fuego y se queman. Un polémico estudio relaciona sexo y riesgo de infarto. Lo que faltaba. Cuando tropezar con la misma piedra se convierte en placer. Bonita forma de morir, ¿no? Dice Rodrigo de Balbín, historiador, que las preocupaciones de los humanos no han cambiado mucho desde nuestros antepasados de la prehistoria; salud, poder y sexo. El orden depende de usted. Nunca he entendido a los estudiosos de tan lejana época. No hay periódicos ni testimonios. Pero quizás tenga razón. Los mismos sueños de entonces con el adorno de nuestra vida moderna. No haga balances. No le dé vueltas. No vaya a ser que el domingo se vuelva amargo. La tarde es soleada. ¿Un paseo? Siempre nos quedará la salud.

sábado, 5 de marzo de 2011

palabras

España. Coches, tráfico, sinónimo de discusión. Nos atrae la velocidad, a muchos. Con la edad, uno se calma o no. Depende. De lo que duren los reflejos. Algunos no tendrán la oportunidad de demostrar que estaban equivocados. La segunda oportunidad llega demasiado tarde. También nos atrae hablar. El silencio cuesta, no va con el carácter. Y hablamos, y todos quieren tener razón. Nos metemos a políticos sin querer. Arreglaríamos todo en minutos. Pido silencio. Para escuchar a los que saben. Atentos. Fernando Alonso, piloto de coches, lo que no garantiza el sentido común. Suyas son las palabras, suyo el micrófono: “a 110 km/h en una autopista con tres carriles es difícil mantenerse despierto en el coche”. Yo no tengo micrófono, tengo palabra y lápiz para escribir. Sí Fernando, tienes razón, yo estoy muerto. Todos los días muero y resucito, esa es mi ventaja, que tú no tienes. Me hago parte de la M40 a 100 por hora, ida y vuelta. Hay días que me mato una vez, otros, dos veces. Y me aburro tanto que cada día elijo dónde pegármela. No voy a poner la palabra que falta. Altisonante ella. La valentía al volante no es sinónima de cordura. Llevo muchos años conduciendo, los últimos 16 años sin multas, y muchos miles de kilómetros a la espalda. Ya, pero eso no cuenta. Por la boca muere el pez. Y a algunos se les acaba el crédito. Que le quiten el micro, por favor, y le den un volante.