martes, 22 de octubre de 2013
sin título
Mastercard patrocina la apertura gratuita de la colección permanente del Thyssen los lunes, de 12 a 16 horas. Rápida visita y cuatro obras para el recuerdo. La partida de naipes, de Balthus. La piedad de José de Ribera. El Cristo resucitado de Bramantino, y por último la Virgen y el niño con Santa Rosa de Murillo. Hay un último cuadro que me guardo para mí, aunque es más video que cuadro, una especie de road movie. Es real, imperiosamente real. Tiene algo de visitación o de huída hacia ningún sitio, y mucho de azar. Es más vida que lienzo, la de verdad, la de la calle, la imposible de plasmar y casi de contar. Una de esas pequeñas cosas que hacen que lloremos cuando nadie nos ve (gracias Serrat). Contiene nombres femeninos y sufrimiento, y rasgos de vida pérdida, apuntes de desorden, locura le llaman otros, retazos de olvidos y de una persona que alumbra otra, aparentemente sin sentido, y digo aparentemente porque no seré yo quien juzgue las vidas, siempre ajenas, siempre instantáneas, pinceladas de una historia inacabada, tan verídica como el milagro de la vida, que se producirá, y una serán dos, y ante esa realidad sólo me queda desear suerte y callar.
pandilla
Sigo con Philip Roth y encuentro la
decepción por primera vez. Sátira política con Nixon de protagonista. Será que
me queda lejos esa época y poco conocida, será que el exceso de sátira me
cansa, lo cierto es que paso sin pena ni gloria por esta obra. Me quedaré con una cita al inicio, de Orwell,
1946: “el lenguaje político está pensado para que las mentiras suenen a
verdades y el crimen parezca respetable….” De actualidad rabiosa. Seguiré el
camino del autor y esperaré mejores tiempos.
Nuestra pandilla. Philip Roth. 1971
la niña de la casa

sábado, 19 de octubre de 2013
de medina a madrigal
De mañana en Medina visitamos el Museo de las
Ferias, itinerario seguido con audioguía para mostrar la importancia comercial
de la localidad en el pasado. Objetos, pinturas, historia, audiovisual, todo
para dar una idea global de los tiempos añejos de mercado y feria. Me quedo con
el cuadro de la Virgen de la Anunciación y el Arcángel Gabriel, copia del
cuadro de la Anunciación de la Basílica de la Annunziata de Florencia, de un seguidor
de Alessando Allori, Siglo XVII. Antes de partir de la localidad visitamos la
colegiata de San Antolín, en la plaza. Se acaba la visita a Medina y partimos
para Olmedo que ofrece una buena muralla e iglesias cerradas a cal y canto. El paseo
dura poco y marchamos a Arévalo donde la exposición de Las edades del hombre
dota de vida al pueblo. Comemos al aire libre al lado de la estatua de la reina
Isabel protegidos del sol con sombrilla. La oficina de turismo de la localidad
nos habla de Madrigal de las Altas Torres y hacia allí nos vamos, localidad
natal de la reina, cuenta con el Palacio donde nació ésta situado en una calle
maltratada por el tiempo y por la aparente falta de dinero para urbanizar en
condiciones el entorno. El palacio de Juan II, hoy convertido en el Monasterio de
Nuestra Señora de Gracia, regentado por monjas agustinas, exhibe un cartel
diciendo que cierra en estas fechas de Septiembre; mientras hacemos tiempo
hasta la supuesta hora de comienzo de la visita paseamos por los restos que
deben de haber albergado hace poco una plaza improvisada de toros donde la
doble bandera española de algunos burladeros pone color sobre la arena seca. El
suspense crece, y siendo ya más de veinte los potenciales visitantes llamamos
al portero automático y al rato aparece una monja joven que nos abre la puerta.
Habrá visita. Lo viajado merece la pena por esta visita de más de una hora que
disfrutamos en compañía de una monja de edad muy avanzada que habla y habla sin
parar. Visitamos la sala donde se celebraron las primeras cortes de Castilla,
sentados en asientos de madera mientras la madre sigue su discurso. Varias vitrinas
presentan objetos varios, entre ellos un documento con la firma autógrafa
original de Isabel, su famoso “yo la Reina”. Se suceden los comentarios y
anécdotas y la anfitriona quita importancia a la que según ella es una de las
obras más importantes del convento, un cuadro de Juan Carreño. Dice que hay
gente que ya ha venido varias veces sólo por verlo de nuevo y para llevárselo en
la niña de los ojos. En una capilla adyacente a la Iglesia nos cuenta la historia
de una talla rescatada del mar y enviada por el rey Fernando a sus hijas,
novicias de este convento. En esa sala habita un espléndido Calvario de Juan de
Juni. Son nueve las monjas que quedan, nos dice la madre, que sigue descifrando
datos. Llegamos a las habitaciones y a aquella donde nació la reina, pequeña,
minúscula, dice que los suelos nunca han sido cambiado, piedras desgastadas,
nadie pone pegas a pisar los mismos suelos de entonces. Un pequeño cuadro
muestra a una guapa Juana de Castilla y otro muestra el único retrato original
de los Reyes Católicos tras su boda. No son tan bien parecidos como los de la
televisión, sobre todo él. La imagen no entiende de realidades.Esto no da para
más, la visita ha sido magnífica, una de esas que quedan grabadas, amena, didáctica
y agradable. Incluso repetible. Es tiempo de carretera y manta, vuelta a casa.
domingo, 13 de octubre de 2013
carmela
Fue teatro, fue película, y vuelve a ser teatro. Musical, vital la música
para hacer sonar el corazón, para remover entrañas, si existen. Suena Suspiros
de España, melodía de fondo sobre esa nación, la desgarrada, la ensangrentada. Drama
que apunta momentos de comicidad, que los busca para disolver la pena, pero
drama al fin y al cabo. La muerte que viene a visitar a los vivos. “No
escarmientan los vivos”, creo que dice la muerte en alguno de los momentos. Y tiene
razón, no escarmentaremos, nunca, no escarmentarán, los siguientes. Se aprende,
pero suele ser tarde. Y mientras suenan temas musicales la emoción visita el
patio o por lo menos a mí. El ejército del Ebro, primeras letras, también
suena. Y el personaje brigadista canta “Jarama Valley” con la melodía de “Red
River Valley”, esa canción de una infancia lejana. Y los suspiros nunca se acaban. El teatro
es espectáculo y sentimiento. Todo a oscuras, todo en silencio, sólo voces y
almas que estallan. Fundido en negro al final con los personajes exponiendo sus
voces, se acaba el suspiro, se acaba el tiempo. Aplausos, luces, lo
consiguieron, indagar ahí dentro, pensar, reflexionar, es su trabajo, no fácil.
Gran elenco, de actores y de voces de musical. Inma Cuesta, Javier Navares y la
extraordinaria Marta Ribera, desdoblándose, en los papeles principales. ¡Ay
Carmela! representó en Alcobendas el día 12, octubre, del 2013.
sábado, 12 de octubre de 2013
medina del campo-2

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