martes, 29 de abril de 2008

sonata a Kreutzer

Si no fuera porque algún medio de transporte citado en el libro no encaja en nuestra moderna época o por algún otro detalle escénico, podríamos pensar que este libro está escrito antes de ayer, y sin embargo tiene 119 años de historia. La humanidad gira en torno al amor desencadenando comedias y tragedias, vidas plenas y angustia existencial. Reflexiones sobre el matrimonio y la vida que a todos o a casi todos nos afectan a lo largo de nuestro periplo. Los problemas del matrimonio del protagonista desencadenan un casi monólogo donde éste desnuda su alma desesperada en busca de consuelo. La luna de miel le hace atisbar un poco de felicidad pero él mismo se encarga de decir que cuanto más se afana en alcanzarla más se aleja ésta. Más tarde vendrán los hijos que en nada solucionan los problemas, mientras que el protagonista asiste al nacimiento de una medicina moderna que busca lo que él considera “la utopía de prolongar la vida”. Al fin los celos, desencadenantes del desenlace, celos que aparecen bajo un piano y un violín que interpretan la sonata a Kreutzer, compuesta por Beethoven en honor al violinista francés. Música que transmite pasión y que desencadena una historia no del todo aclarada, pero que perturba la mente del protagonista, con fantasmas y desdichas que le llevan a la desesperación.

La sonata a Kreutzer (Leon Tolstoi) 1889

viernes, 25 de abril de 2008

obras son amores

Pearl Comfort Sydenstricker tomó el apellido de su primer marido, Buck, para pasar a ser Pearl S. Buck. Primera mujer en ganar el Pulitzer (1932) y el Nobel de literatura (1938), cuenta en su novela autobiográfica Puente de paso, su periplo en Japón para rodar una película sobre su novela “La gran ola”. El libro se convierte en un mundo de recuerdos sobre sus estancias anteriores en Asia a la par que gravita constantemente la figura de su segundo marido y gran amor que ya alejado del mundo por su enfermedad, falleció durante el rodaje. Esa ausencia definitiva deja a la escritora en un estado de desamparo que impregna las páginas de su obra, sólo esperanzada por volver a encontrarse algún día de nuevo con él, en ese mundo desconocido que viene después de la vida.
Pearl cuenta como las parejas japonesas eran reacias a expresar con palabras su amor porque pensaban que algo tan importante como el amor o se expresa con hechos o no se expresa.
En 1949 creó Welcome House, la primera agencia de adopción interracial internacional, para permitir que aquellos niños nacidos de padres americanos y madres asiáticas después de la segunda guerra mundial pudieran tener un futuro mejor. Esto desembocó en la fundación Pearl S. Buck, creada en 1964, que cita como objetivo:

“El propósito de la fundación es hacer público y eliminar injusticias y prejuicios sufridos por aquellos niños cuyas circunstancias de nacimiento no les permiten disfrutar de unos privilegios sociales, económicos y de educación normales”.

El amor pasea por el libro, de forma tranquila y nada espectacular, pero siempre con hechos, obras y actitudes.

Pearl S. Buck, Puente de paso (1962)

casa de fados

El escenario se puebla con cuatro guitarristas, dos con guitarra portuguesa, otra española y un bajo. En los extremos, dos mesas y seis sillas dan asiento y cobijo a los cantantes. Tres hombres y tres mujeres, diferentes generaciones de fadistas, veteranos y noveles, que se sucederán en el escenario, solos, en pareja o en trío, interpretando sus piezas; diferentes timbres y diferentes voces para dejarse llevar y relajarse en la butaca escuchando una música que suena plácida, triste a veces, y que habla, como la mayoría de la música, de amor y desamor. Lástima no saber portugués y contentarse con cazar palabras al vuelo. La saudade, o nostalgia y añoranza se repite hasta el infinito, nostalgia de amores perdidos, de una felicidad esquiva o de una tierra de la que se emigró. Música de bares y tabernas, nacida a refugio de puertos de mar, donde se cruzan culturas y el recuerdo por lo que se dejó o se va a dejar hace crecer la melancolía en el corazón. Dicen que el origen de la palabra Fado está en el latín Fas, Fatus, es decir, destino. El dolor y el pesar por lo que ese destino pone en nuestro camino pierden gravedad cuando la guitarra pone ritmo a la composición poética, dejando a la esperanza brillar en medio de la desolación.
La gran estrella de la canción portuguesa, Amalia Rodrigues dijo al respecto:

“Todo esto es fado, Amor, celos, ceniza y fuego,
Dolor y pecado. Todo esto existe. Todo esto es triste. Todo esto es fado”

Casa de Fados es un espectáculo basado en la película del mismo título de Carlos Saura. Está de gira y representó en Alcobendas el 19 de Abril de 2008.

jueves, 10 de abril de 2008

oh jerusalén

OH Jerusalén (Dominique Lapierre y Larry Collins)

El 29 de noviembre de 1947, las Naciones Unidas votaron el reparto de la tierra Palestina para crear dos nuevos estados, un estado árabe y un estado judío. El fin del mandato británico sobre Palestina se acaba y ambos bandos, árabes y judíos, siembran el terror para amedrentar al otro. Los meses previos a la salida de las tropas británicas se aprovechan para organizarse, acopiar armas y prepararse para lo aparentemente inevitable. Los esfuerzos diplomáticos no dan resultado y el 14 de Mayo de 1948, nace el estado de Israel, a la par que los ejércitos árabes atacan Palestina; egipcios, iraquíes, sirios, judíos,… se lanzan a la guerra. El 17 de julio las gestiones de paz dan como resultado un frágil alto el fuego. El estado árabe no nace tras la resolución internacional. Después de 60 años sigue sin tener cabida en este mapa. Básicamente no existe. El conflicto se ha enquistado y todas las iniciativas de los últimos años no terminan de generar una situación que contenga un mínimo de esperanza. Situación que pasa por reconocer al otro y asumir que la única solución es convivir. Juntos o separados por fronteras, pero convivir, reconociendo el derecho a existir del prójimo. Es increíble que todavía hoy se puedan escuchar declaraciones altisonantes como “borrar del mapa al vecino”, sobre todo cuando vienen de altos dirigentes. No hay otra salida al conflicto que la mutua aceptación, asumiendo que el “otro”, el “diferente”, tiene derecho a una vida digna.
El horror de la guerra se masca en un libro que cuenta la historia desde sus protagonistas, los más conocidos y los desconocidos, aquellos que ven aplazada su boda por el conflicto, aquellos que mueren sin quererlo o los que perecen de sed y hambre en asedios inmisericordes. Uno de estos desconocidos, al observar los cadáveres de sus compañeros, se acuerda del grito apagado que un brigadista internacional plasmó en palabras, en plena guerra civil española, también después de ver la muerte en los rostros y en las miradas de sus semejantes:

Ojos de hombres que corren, caen, chillan,
Ojos de hombres que gritan, sudan, sangran,
Ojos de los heridos manchados de rojo,
Ojos de los moribundos y de los muertos.

miércoles, 2 de abril de 2008

por los ojos de Raquel Meller

A uno la época donde ocurrieron los hechos se le queda lejana. El nombre de la protagonista le suena a recuerdo y poco más. Unas canciones oídas mil veces en otras voces, cupletistas o tonadilleras. Los registros sonoros de la artista son antiguos y faltos de calidad. Raquel Meller no es de esta época, la de la imagen y el sonido pluscuamperfecto. Uno no sabe exactamente donde va y se encuentra algo que le emociona. Quien representa su papel y canta sus canciones lo hace muy bien (Maribel Per). Quizás muy bien sea poco, habría que engrandecer el calificativo. Consigue aquello que hace que en primera instancia uno quiera repetir. Consigue que cuando se abre el telón, la interpretación de “la violetera” le ponga a uno los pelos de punta. Hablamos de Raquel Meller, artista reconocida internacionalmente en su momento, semi desconocida en nuestro país. Lo que se están perdiendo algunos, podemos pensar. La cita debería ser ineludible para los amantes de la música y el teatro, en definitiva para los amantes del espectáculo. Todavía están a tiempo. Sarah
Bernhard, famosa actriz francesa, de finales del siglo XIX y principios del XX dijo de ella…”es una artista de gran raza, quiero hacer constatar públicamente mi eterna gratitud por la hora inolvidable que le debo…”
Sobresaliente para todos. En mi caso, dos horas inolvidables; gracias a los participantes.

La compañía “al filito de la silla” bajo la dirección de Hugo Pérez representa “Por los ojos de Raquel Meller” en la sala Tribueñe de Madrid (www.salatribuene.com)