jueves, 30 de enero de 2025

indefensa

La luna indefensa que solo tiene su mirada y un lamento para hacerse entender contrasta con la luna plácida que descansa, duerme, o todo junto, replegada sobre si, calor contra calor.
Luna en todos los sitios, aquí y allá, omnipresente, esperando en la puerta.
Estamos en planos diferentes, alejados, cercanos por el tacto, sin saber qué hay ahí detrás, sin saber qué hay al otro lado de la piel.
¿Imagina luna lo que viene o lo que está por venir?

intuición

Quinta parte de sus memorias, de momento la más pesada y árida. El prólogo es largo y difuso, como su propio nombre indica, y ahí el autor observa desde una ventana y empieza después sus divagaciones sobre la intuición, ese juicio rápido y simple, no infalible, o conocimiento inconsciente. Habla sobre el egoísmo, la sinceridad, los genios y la influencia del ambiente y del azar en la creación artística. Pasará a hablar de escritores, de románticos y de invenciones, “yo escribo mis libros sin plan”, “es un tipo o un lugar lo que me sugiere la obra”, “lo difícil es el inventar…, el inventar personajes que tengan vida y que nos sean necesarios sentimentalmente por algo”. De vez en cuando se aleja de la literatura y habla de lo que queda en Europa después de las guerras, de la falta de alegría. Los críticos le reprochan su pesimismo y que presente sólo lo malo de la realidad. Vuelve a las letras, “la mayoría somos incapaces de forjar un cuento medianamente original para entretener a un chico”. Y para acabar con el estilo asevera que consiste “en no decir ni más ni menos de lo que se debe decir, y en decirlo con exactitud”., o lo que es lo mismo, claridad, precisión y rapidez.

La intuición y el estilo. Pío Baroja. 1948

domingo, 26 de enero de 2025

sueño

Ella sueña y se le vienen a la cabeza cosas de aquí y de allá, ecos de otro tiempo, recuerda, rememora que aunque dejó de sacar agua del pozo hace tiempo todavía siente que el brazo se queja de aquello. Despierta y no entiende que hay síndromes que llenan años, que lo confunden todo y que acaban siempre en la misma pregunta. Recibe la llamada y habla con alguien que está al otro lado, al colgar no sabe con quién estuvo hablando, es confundir nombres, parentescos, maridos, mujeres, niños, son combinaciones de palabras, infinitas, minutos más segundos que pasan, guiones que no siempre se completan. Vuelta al sueño, comiendo castañas en una Nochevieja, una tras otra, comiendo bodas de higos y almendras, ella es la invitada a este casamiento que no tiene público. Grita entre esos sueños, ¡salid!, que van a pasar los huesarrancos, llevados a hombros, con pocas luces, ella era pequeña cuando oyó a su vecina gritar de esa manera. Al despertar se acuerda o se olvida de la vida, o dice por aquí pasó María, o busca una persona en una foto que yo imagino sin color. Y con los ojos abiertos viene un pensamiento, un solo tema, el asunto que la ocupa, lo cíclico, ya pusieron las luces, ya empezaron las navidades, minúsculas.

lunes, 20 de enero de 2025

tregua

Nací con el conflicto iniciado y dudo que vea su final, ahora hay tregua, ojalá dure un largo tiempo. La solución de verdad se antoja lejana, toca seguir enterrando muertos, no creo que se sepa nunca una cifra, las magnitudes hacen que el sufrimiento no tenga límite, los gritos se deben de oír por las noches, creo que hasta en las entrañas de la tierra o incluso en los cielos, un grito sordo, o más bien un alarido que sale de madres y padres e hijos, todas personas, la mayoría ajenas a todo, o lo que es lo mismo, figurantes de un escenario cuyas  imágenes muestran la devastación de Gaza, algo parecido al apocalipsis, ¿habrá reconstrucción?, la gente regresa para encontrar no se sabe qué, algunos celebrando algo, los reencuentros o liberaciones, o los canjes de prisioneros y secuestrados, otros ya planeando el futuro, es ley de vida, y tintándolo de negro, aunque no entiendo si puede ser aún más negro que el presente. 

domingo, 19 de enero de 2025

años

Un primer capítulo que no me engancha, todo por las expectativas, muy altas, un fondo blanco para un paseo a tres cuartos de cuerpo, diálogos, mucha naturalidad ¿o no?, un segundo episodio con alguna canción que eleva el espíritu y miradas de intención clara, es la segunda Nochevieja, con más años y más recuerdos y hasta heridas. Pasamos al deseo y al sexo, es de día, se suceden los incidentes, llega la muerte, pasa cerca, el patio de vecindad se silencia, mal día para morir, que triste todo dice ella. Luego sigue una cena cómoda, incómoda, tensa, todo empieza el 31 y sigue el 1, padres de por medio, recuerdos, reproches, más heridas escondidas.
Llegamos al ecuador, del cero al infinito, de un comienzo light a un final desmedido, lleno de tensión y congoja, todo ocurre en el taxi, entre medias la oscuridad con música de fondo.

La pandemia, empieza 2021, lo roto, lo casual, las decisiones locas, hay momentos que hacen el capítulo fluido, Oscar sólo, falta el cenit, esperando lo que no se si llegará.

Ella sola en el siguiente capítulo, excepto por un momento, un encuentro inesperado en Lyon que parece más un sueño que otra cosa, una pérdida, diálogos cuando afuera llueve, no hemos pasado al año nuevo, nos hemos quedado en Nochevieja. Y seguimos con las casualidades, un encuentro en Madrid el día de año nuevo, no imposible pero bastante improbable, ha llegado un niño, parece que los personajes nunca hablaron después de tres años, quizás sea la norma, y siguen en suspenso a pesar de que viven, o es que hay algo que se me escapa.

Otro encuentro, no casual, acordado, confesiones y más, quizás el capítulo más redondo, será también por un par de temas musicales que todo lo engrandecen, por la soledad o por las lágrimas que no salen.

Llegamos al capítulo diez, lleno de audios aunque sólo uno lo alumbra todo, el que se grabó antes (la resolución estaba en el capítulo anterior), han sido nueve años, no diez, de dudas, confusión y 364 días que no se ven. Final cerrado o siempre abierto para que haya más aunque creo que esto acaba aquí. Algunos momentos mágicos o simplemente momentos dentro de unos personajes a los que el viento llevó de aquí para allá.

Los años nuevos.

camino

Una narración que empieza pareciendo otra cosa, aparece un secreto de vida, se vuelve luego pausada, relajada, y genera emoción, dos personas solas, vecinas, que se encuentran, hablan, de alguna forma se necesitan. Ella, sin nombre, y José Viriato se escuchan. Y desgranando vidas sucede el pasado y se crea el presente componiendo una atractiva historia.
La autora portuguesa sabe poner poesía a su prosa y hacer temblar algo ahí dentro, la culpa es de la belleza de las letras.
Um cao no meio do caminho. Isabela Figueiredo. 2022

sábado, 11 de enero de 2025

semáforos

Ando y veo y espero en los semáforos a que el muñeco cambie de color, reconozco que a veces no lo hago, pero estaré como una estatua si hay un niño de la mano de sus padres, estaré esperando para cruzar juntos, no sin antes mirar dos veces no vaya a ser que algún energúmeno haya decidido acelerar en el ámbar o incluso en el rojo. Por eso es triste decir que a veces es más seguro cruzar indebidamente tras ver que no viene ningún automóvil. Ese saltarse los semáforos lo veo cada día, cuidado con los que son de bajada para coches, ese recuerdo de Monza o Jarama altera cerebros, todo para pararse en el siguiente rojo, todo para quemar un poco más de gasolina, les sobra el dinero aparte de otras cosas, les falta tiempo y les sobra prisa. Les insulto, no me oyen. Lo escribo, no me leen.

viernes, 10 de enero de 2025

amor

25 cuentos premiados en un concurso antiguo. Como no podía ser de otro modo, el título empuja a hablar de amores no correspondidos, pérdida, la diferencia de intensidad, rescoldos, distancia, amor joven, amores imposibles, desamor, oportunidades perdidas o deseos inesperados. 
Me gusta mucho El galán mas galán de todos los galanes, original y pleno de humor y calor, su autor es Alfredo González Callado. Bonito cuento también el de Pedro Sorela, Noche de juego en el Hotel d’Angleterre, y el de Alejandro Elcoro, El único amor posible, y su descripción de un sueño que no pudo ser solo sueño.
Amor en nuestro tiempo. Círculo de lectores. 1988

campos

Campos enharinados en el día, nubes bajas, y aunque tarde siempre sale el sol para dejar mis ojos a medias y alegrar los campos. 
La noche es diferente, tan oscura que parece querer entrar el miedo por ese pueblo desierto donde todas las ventanas se antojan escrutadoras, donde alguien al volante con quien me cruzo parece sorprenderse de mí, como extraño que soy, noche tan vacía de luz que es mejor no pensar en lo inacabable que tiene cuando acaba de empezar, tan solo sigo las canciones, una tras otra, y canto para espantar males.

cisne

Estamos en París, 1939 en adelante, suenan sirenas, hay alertas, llega la guerra. Procopio Pagani cuenta su vida rodeado de los inquilinos del quinto piso, un librero, un ex policía, un ex mozo de bar, un ex funcionario y algunos más. Todos viejos, solitarios, sin dinero, sin juventud y sin fuerza, pero también está la polaca Manon, joven y alegre, la que cambia los momentos. Aparecen clowns, payasos, acróbatas, gente de circo, todo en conversaciones entre inquilinos, también asesinos y verdugos rodeados de oscuridad. Y de repente aparecen los sueños de Procopio, que como tales sueños son.

El hotel del cisne. Pío Baroja. 1946

podrido

El cerebro podrido por culpa de las redes sociales, y mas secuelas innombrables, veo vídeos de niños volteados por padres que ríen, les llaman retos virales, faltan calificativos, la imbecilidad sigue creciendo a pasos agigantados, sería interesante que en el cerebro podrido se agigante la podredumbre y sea demoledora antes de que los portadores tengan la ocurrencia de tener descendencia, a los niños ya volteados sólo desearles suerte en su vida.

miércoles, 8 de enero de 2025

deriva

Cuentos para no ir a la deriva aunque habría que preguntarle a los lectores si lo consiguen. Me imagino que todo dependerá del momento de la vida en que se lean. Y de cómo interpretemos la palabra deriva.

Cuentos para pensar. Jorge Bucay. 1999

memorias

El libro de memorias se desvanece dentro de mí, y es que olvidé lo que sentí aquel día y aquel otro.

Pinto en negro y dejo de pintar como si nada pasara y pasa de todo, es increíble, todo es increíble, hasta el miedo o el vértigo que aparece tras el punto de inflexión que deja un destino incierto.

Todo lo visto lo he vivido o lo viví.

Llueve como aquellos días de otoño, las calles son las mismas, las baldosas habrán cambiado y las personas se han ido.

luz

Nacido en 1847, inventor, trabajador incansable, fue telegrafista antes de dedicarse de pleno a inventar, a registrar patentes y a crear empresas, y a verse envuelto en querellas y peleas por la autoría de alguno de esos inventos, tremenda la competencia industrial de finales del XIX. De su mente nació un teléfono, un fonógrafo (“está es una máquina que conserva y reproduce la voz humana”) y sobre todo su gran aportación a la humanidad y el progreso, la lámpara de incandescencia, la que permitió alumbrar las noches. Sus últimas palabras dicen que fueron, “la lejanía es muy bella”.


Thomas Alva Edison. Ed. Urbión. 1984

lunes, 6 de enero de 2025

candelario

La oscuridad atenuada por las farolas y mis pasos amortiguados por regaderas impetuosas que atraviesan el pueblo, no llovió, aún amanece y las nubes vuelan en lo alto, dos despistados buscando café, yo andando, calles empedradas, dónde está el silencio, todos duermen en la casa, un banco para unas palabras escritas, sopla el aire, es viento, luces de navidad, es, será noche de reyes, deseos para un año o para una vida.


Béjar y su cabalgata adelantada, en el día cuatro, carrozas estrechas, es por las calles, no cabe más, tampoco más almas, parecemos seguir a una procesión, atajamos y siempre aparece el mismo rey, Baltasar, que se mueve al ritmo de la música, hasta que en una de esas vemos a los demás, a los barbudos reyes que siempre van delante, al son de villancicos y rodeados de niños, muchos, con padres, y luna en brazos, y calles que se vacían después, quedan caramelos por los suelos, y los niños preguntarán si es esta noche y no va a ser, no, hay que esperar a que los reyes empaqueten, a ver quién les explica que se adelantaron por la lluvia, y qué harán si llueve esa noche dirán también y entonces aparecerá la magia.

hiroshima

Se pregunta en el prólogo Jorge Volpi que para qué sirve una novela y se responde que para vivir las vidas que no tenemos, romper el aislamiento que nos separa, para sentir por un instante como sienten los otros o en fin, para observar por primera vez, sin calcinarnos, el estallido. Es el seis de Agosto de 1945 y los vivos después de la bomba nuclear de Hiroshima se preguntan qué significa no haber muerto. Y a través de una familia que sobrevivió el autor nos lleva hacia ese día y los siguientes, hasta la rendición del día quince, y luego cuatro años adelante, y así moviéndonos en el tiempo, retrocediendo y volviendo al presente vemos las consecuencias de lo que ellos denominaban la enfermedad de la radiación, e intuímos el horror y la angustia, inclasificables.

Lluvia negra. Masuji Ibuse. 1969

miércoles, 1 de enero de 2025

amaneceres

Empieza todo o no empieza nada, yo lo hago aún de noche, caminando, ellas de trajes largos o cortos, ellos de etiqueta, cansados, todos se van a sus casas, pienso, o a terminar la fiesta entre las sábanas. Busco sonidos que no encuentro, algún salón con voces, algunas luces sueltas, perros y dueños, algún desalmado al volante, luces en el hospital, los enfermos que hayan abierto los ojos han visto el nuevo año, quizás algún bebé acabe de llegar y alguien esté yéndose. Los testigos de Jehová madrugan, elegantes, llaman al timbre y entran para hacer lo que sea que hacen. Será que les tiene cuenta, a mí me tiene cuenta marchar a oscuras y rodeado de amaneceres.