La estatua piensa porque ve, lo viene haciendo desde hace mucho. Ahora debe de ahondar aún más en su pensamiento porque los tiempos están cambiando, siempre lo han hecho, pero ahora el ritmo parece acelerado, excesivo, exagerado, como el número de luces que todo lo inundan y la ingente marea de personas y coches que pueblan las calles de Madrid en la noche de los inocentes. De aquí y de allá, vienen, van, cargados de regalos y de compras, hay cenas, copas, y al fondo todo iluminado en árboles y fachadas, todo radiante, y la pobre chica de piedra esperando que alguien la despierte de su letargo, esperando el beso redentor. Todo eso lo veo desde el coche, desde el asiento trasero, todo mientras no se empañe el cristal o mientras no cierre los ojos para recordar.
Macarrones con salsa de pistacho
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Cocer la pasta durante 10 minutos y mientras tanto preparar la salsa de la
siguiente manera: Pochar un calabacín mediano cortado en trozos con piel.
Pelar ...
Hace 5 meses
1 comentario:
❤️❤️❤️
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