Amantes aquí y allá, encuentros casuales que perduran, celos, estamos en Alejandría, “momentos que no pueden medirse”. El narrador, irlandés, maestro y escritor, traza historias donde él es protagonista, incluye diarios de otros personajes, quita y pone palabras que al principio me cansan pero que poco a poco crean página de gran belleza a través de impresiones y retazos, “y si tuviera que sucedernos”, todo tras aquel día en que dos personas se encuentran, empieza la historia, o continúa, “solo el amor puede sostenernos un tiempo más”. Seguiré con el resto de la tetralogía.
Justine. Lawrence Durrell. 1957
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