Pasan los años, tres y hasta cinco. Poco cambia. Víctimas de la bomba
que se suicidan o que mueren por la radiación. Como la madre del protagonista. Los
huérfanos que se alían para vivir. Nace el sentimiento de pacifismo ante la
culpa gigante que rodea la bomba y la guerra. La contienda de Corea resucita la
barbarie. Japón como suministrador de fábricas de armamento para Estados
Unidos. Los americanos y su red purge para borrar a los comunistas de la
sociedad civil japonesa. Al emperador se le declara humano. Ya no es Dios, para
decidir sobre todos. El philopon o droga para olvidar y ser valiente, o lo que
es lo mismo, para volverse loco. Los lazos entre los supervivientes se
estrechan. Y se desafía al poder de cualquier forma, al que se rindió ante los
vencedores.
Pies descalzos-3. Una historia de Hiroshima. Keiji Nakazawa. 1975
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