sábado, 28 de marzo de 2015

algo va mal



Dice Tony Judt que corresponde a los ciudadanos concebir el papel del gobierno, y que si no lo hacemos otros lo harán. Viene esto al paso de las elecciones andaluzas donde la abstención vuelve a ser esa mayoría silenciosa que nunca se pronuncia y donde los nuevos partidos apuntan pero se quedan lejos de las decisiones. Suena todo a conservadurismo, no digo político, sino mental. Miedo al cambio y dejación de funciones. Algo que nunca hubiera hecho el autor, que escribiendo al final de sus días, en plena enfermedad sin remisión, vuelve a plantear el debate entre intervencionismo o no, y se decanta por la socialdemocracia, “nunca  habían tenido tantas personas tantas oportunidades vitales”, dice el politólogo Ralf Dahrendorf. Y la gran pregunta es qué quieren las personas, ¿sólo riqueza?, y aunque está claro que no todas quieren los mismos, quizás habría que hacer un poco de caso o por lo menos reflexionar sobre la frase de Adam Smith, “sentir mucho por los demás y poco por nosotros mismos….esto constituye la perfección de la naturaleza humana”. Y lo pregunta de otra forma el británico Beveridge, “en qué circuntancias pueden los hombres en conjunto vivir de forma que les merezca la pena”. Y Judt vuelve a poner su pensamiento, en forma de legado postumo, al servicio de generaciones jovenes deseosas de encontrar algo, de reducir desigualdades y de pasar a la acción, transformadora. Y como resumen no habla de revoluciones, habla de la socialdemocracia como la mejor opción para conservar lo logrado hasta la fecha y construir sobre lo existente, avanzar con prudencia siempre con el objetivo de Chamberlain en el horizonte, “hacer la vida mas agradable para la gran mayoría”.


Algo va mal. Tony Judt. 2010

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