domingo, 5 de octubre de 2014

antesala de colón



Delante de Colón, pasa desapercibida. Paso de cebra de la Biblioteca Nacional. Es dificil fijarse salvo que se levante la cabeza. A veces vamos mirando el suelo demasiado, o al frente, pocas veces miramos al cielo. Parece sorprendida, el gesto lo denota. Mesarse los cabellos implica pensar, el torso desnudo, un paso al frente. No es para menos, la sorpresa surge cada día al paso de la noticia, o del acontecer de la tierra. Un extraterrestre se marcharía al vernos. Eso dicen algunos por la web, que no quieren saber nada de nosotros. Las piedras tampoco. Sólo que no se pueden mover, ni gritar, ni correr. Si tuviera que elegir un personaje de ficción me quedaría con Forrest Gump. Para correr hasta decir basta. Es la forma mejor de aislarse del mundo, de no escuchar coches ni ruidos, de no pensar. De escuchar pasos y latidos, y una respiración acusada. Hay otra no tan intensa, que es pasear. Soslayamos los miles de ciclistas, 100.000 dicen, que participan en la fiesta de la bici en Madrid. El centro cerrado al tráfico, o casi. Muchos niños, mucho color. Suben por Génova y ella de espaldas. Casetas en Recoletos, 26 años de feria del libro antiguo. Vienen de toda la geografía. Compramos un par de libros, por cinco euros. Leer no es caro. Nunca. Siempre se puede empezar por los clásicos. Baratos en tapas de colores de Austral. Muñoz Molina también va en bici, pero no en el gran grupo, despistado parece, buscando algo. Después seguimos paseando en busca de unas tapas por Malasaña. Ofertas para el consumo. Esa parte de Madrid está sucia. Muchos lo dicen pero los que gobiernan no oyen. Es el gran problema del poder. No escuchar a quién te puso ahí. Los mismos que los quitarán. Sueños de grandeza que duran cuatro años. A mal tiempo mejor cara, la gente está en la calle, las terrazas llenas, el sol acompaña. Madrid no descansa. Bulle inquieta. En el pedestal no hay cambios ni los habrá. Sólo cuando llueva la piedra absorberá o rechazará. Cambiará de color un poco. Las gotas caerán, y no serán llantos.

No hay comentarios: