domingo, 12 de octubre de 2014

foco



Mas cornadas da el hambre. Fallecen al día unos 17.000 niños al día por causas evitables. En todo el mundo. Este brote de ébola ha infectado en Africa a 8.000 personas en varios meses. En España un error humano causa una infección y ya se acaba el mundo. Desenfocado. Todo. La prensa alarma, el gobierno expone su desorden y entre falta de responsabilidad, de profesionalidad y pánico exagerado nos pasamos los días escuchando tonterías. El éxtasis de la tontuna se alcanza con excalibur, el perro de la afectada. Gritos para salvarlo. El foco se equivoca una vez más, de manera pueril. Los sueños también aparecen a veces entre tinieblas. Nebulosos y musicales. Me despierto en cama extraña con los sones de Take a chance on me. Mi cabeza no los olvida. Abba en un karaoke. Horas después también la realidad puede ser vivida desde la distancia aunque el espacio que me separa sea mínimo. Ver con reparos. Ver poco para no implicarse. Ver en la distancia. Ver sin gafas para no fijar imágenes de por vida. Exhumar pasa por sacar de la tierra. Viene de antes la palabra cuando la tierra albergaba cuerpos. Ahora son cajas en nichos. Exhumar tomando huesos de aquí y de allá, desvertebrados, y colocándolos en sudario blanco. Setenta años en caja de madera que se rompió poco a poco. Humedades tendrán la culpa. 70 años para un reencuentro de cuerpos ya sin alma. Me gustaría que estuvieran revoloteando. Imagino escenas de otro tiempo, no sé por qué pero imagino lluvia y paraguas. Los protagonistas han vivido sus vidas, acabadas. El misterio sigue sin desvelarse. De vuelta a casa el cielo cubre de negro lo que la mirada abarca. Real la lluvia, cae torrencial por momentos. No se llevará la estupidez humana. Lástima. Quizás fuera obligatorio asistir alguna vez a una exhumación. Lección aprendida, los zapatos negros de tacón no se van con el alma. No abandonan esta tierra. Ahí la realidad no miente.

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