domingo, 14 de septiembre de 2014

una mirada



Normalmente los ojos aparecen blancos como ese mármol, casi inexpresivos, a veces fantasmales. Descubro esta cabeza, de mujer, con iris y pupila, en ambos. Marcados, no encuentro otra en todo el museo. Las facciones también claras, las huellas del tiempo evidentes, todavía me sorprende que haya aguantado tanto siglo; hoy suspendida, inamovible, el pelo ondulado, falta sólo el soplar del viento para mecer el cabello. Mirada al fondo, al espectador de hoy, de otro mundo. Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, septiembre de 2014.

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