sábado, 20 de septiembre de 2014

toy story



Zaragoza 2005, algún rincón. Todavía me conmueve alguna escena de Toy Story. Inocencia mía y de los míos. El de la foto parece un muñeco, inmóvil, parece pensar, como escapar, los barrotes nunca desaparecen. La gente que piensa se toca la cabeza. Nunca soñé que escapaba. No se pueden programar los sueños. Al otro lado la ventana cerrada. Viendo la vida pasar, siempre en el mismo punto, orientado hacia algún punto cardinal. Hacia el infinito y más allá.

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