
Verano de 2005. Corbera de Ebro, provincia de Tarragona. El pueblo
viejo está intacto o mas bien destrozado tras los bombardeos. Quisieron dejarlo
así para testimoniar el horror. Monumento a la paz. La batalla del Ebro, 1938. La
iglesia de San Pedro permanece en pie, parece un milagro. Restos de impactos. Sólo
desentona el reflector de la ventana. Luz desde dentro para proyectar sombras
en la noche. El cielo de aquel día era azul, velado por nubes blancas
difuminadas. El silencio, también velado por pajarillos y palomas, los únicos
habitantes del presente.
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