Aquí no hay pista de baile, no hay noche forzada, no hay
grandes altavoces, aquí la pista es una inmensa carretera en un inmenso país.
Aquí hay luz, días, noches, faros. Aquí hay ventanillas abiertas, aire
golpeando el rostro. Aquí hay coche, radio, publicidad y música. Dos personas,
un coche, dos manos enlazadas, volante que pierde una. Aquí hay tiempo,
tranquilidad, espacio por recorrer, atardeceres brillantes. Canción nunca oída
hasta ese momento, que aparece por sorpresa, a él le gusta y a ella también. El
coche se convierte en espacio de sueños. La buscan, la encuentran, la compran,
la oyen, la sienten, pero nunca suena igual, nunca sonará igual que aquel
infinito y cálido verano de viajes en coche blanco. Verano del 92, California.
Ella, la cantante, se llama Anne Murray, canadiense, la canción, “Danny’s song”,
después vinieron otras, a ritmo de vals, “Could I have this dance”, y espacios
escasos para bailar.
jueves, 30 de agosto de 2012
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