Que el libro “Cincuenta sombras de Grey” sea el libro más
vendido en España y en medio mundo en los últimos meses y que sea la novela
británica más vendida de la historia tiene su miga. El erotismo desborda las páginas y el sexo explícito
se busca a cada vuelta de hoja. Algo nos iguala, más allá de razas, idiomas,
diferencias culturales, gastronómicas, algo nos une, más allá de toda división,
somos más iguales que lo que parece,
para horror de algunos y para regocijo de otros, y nos une la pasión, el deseo,
el amor, el sexo, esas constantes que son para unos centro y guía de la
existencia, y para otros simple pasatiempo. En fin, millones de personas unidas
por las letras, las tapas, por los gemidos y la posesión, por el juego y el
placer, buscando paralelismos con su propia historia, o encontrando tales
disparidades que las rectas divergen hacia el infinito. Quizás el libro(s)
sirva para invertir la tendencia, para explorar a su pareja, para sentir el
deseo allá donde se ha extraviado, allá donde está escondido, o para explotarlo
allá donde está presente y constante; todo un descubrimiento ese de saber que
nuestras mentes están tan cercanas y tan ávidas de pasión, aunque quizás ya lo
intuíamos.
Esa otra cosa que
se llama amor nada tiene que ver con nuestros besos (Juan Bernier)
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