domingo, 4 de diciembre de 2011

prisa

Algo se para, empieza la semana del puente o acueducto. Cuando más falta hace producir, más se va el país de vacaciones, algunos dicen que es para cuidar el turismo, el que no nos sacará del agujero. Ojalá el descanso sirva para sacarnos de la enajenación que provoca la absurda realidad. Y el sábado, día 10, llega el clásico, el no va más del balón, nueva parada del mundo, con el aperitivo del sorteo de la Eurocopa, donde se hacen balances a siete meses vista, se juega a profeta desde la tele y la radio y la prensa, y se hacen entrevistas sin sustancia y fuera de lugar. Y los seres privilegiados que dirigen el fútbol profesional, que van de ciudad en ciudad, acuden en masa, bien vestidos, a una ceremonia como la pasada y como la futura, mientras el futbolista camina tranquilo y sin prisa, aún por el campo, el futuro asegurado. Mientras, un observador de calle puede ver a gente corriendo, caminando rápido, circulando deprisa, jugándose el tipo, irán en busca de empleo o quieren ganarle al tiempo, o van en pos de citas secretas o abiertas. Nadie gana al tiempo, falso. Otros lo pierden. Una cadena de TV, la Cuatro, emite el manido sorteo y después una sesión doble de un educador de perros, en horario prime time. Algo falla cuando un ser irracional se hace protagonista, pero mejor no establezcamos comparaciones, la enajenación nos rodea. Tampoco se acelera la justicia, no tiene prisa, y pasarán meses hasta que salga el juicio por la huelga de controladores de hace un año. Alguien dijo que las prisas no son buenas consejeras, pero no dijo nada sobre las no prisas.

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