domingo, 20 de noviembre de 2011

hoy domingo

No han cerrado todavía las urnas aunque parece seguro el ganador. Noviembre 2011, día 20, domingo de aguas que anegan y riegan mientras los que quieren votar lo hacen, con paraguas, o aunque estén enfermos y ejerzan su derecho desde sillas de ruedas con gotero. Incluso hay otros que desde la oscuridad que provoca su ceguera real necesitan apoyarse en la tecnología para que sus finos oídos escuchen como suenan las siglas de las candidaturas. Existe otro tipo de ceguera, virtual, la que niega el voto por despecho o por cansancio. La que se niega a otorgar su confianza a nadie porque nadie le llena. Y no me cansaré de dudar de su responsabilidad. Y luego está la ceguera del gobernante que se refugiará en el torbellino de la celebración o en la pesadumbre del desencanto. Y pasado el escrutinio, será el momento de esperar autocríticas, de los que pierdan. Aunque no olviden los que van a ganar que gran parte de la responsabilidad del despilfarro de las arcas públicas de este país es suya, gobernantes de infinidad de ayuntamientos y comunidades. Todos son responsables de dilapidar nuestros impuestos, de malgastarlos en ciertos casos y de no prever el mañana. Y yo seguiré esperando la autocrítica. Y, sabiendo que los adivinos sólo existen en las cadenas digitales de medio pelo nocturnas, no pido profetas, sólo pido sentido común, sentido del deber, de la responsabilidad y que no olviden los ungidos por el pueblo cual es el objetivo del gobernante: buscar el bien de la comunidad.

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