viernes, 15 de julio de 2011

los cinco aros

Gallardón no conoce el desánimo, ejemplo de perseverancia, vuelve a la carga. No hay nadie que lo detenga, y de momento, los electores no están por la labor. De nuevo el sueño olímpico. Pesadilla, diría yo. Erre que erre, se empeña, la comunidad no tiene un puto duro (Aguirre dixit), el ayuntamiento bate records de endeudamiento y él se afana en perseguir molinos. Dicen que la candidatura en sí, el gasto del intento, asciende a cuarenta millones de euros, aunque aducen que muchos de ellos vienen de las empresas privadas, de las mismas que despiden y hacen EREs. En fin, se me ocurren tantas cosas en las que gastarse el dinero, por ejemplo en el deporte base, pero ese no mueve montañas, ni mucho menos titulares (por cierto, las subvenciones de la comunidad a los clubs deportivos, del año 2010, siguen sin ser cobradas). Y por no hablar de cómo está la educación, se podrían gastar el dinero en analizar, formular e intentar resolver el problema de la contaminación de Madrid. Pero claro, la escudera Ana Botella dice que es mentira, que la contaminación no existe, luego no mata. Bueno, las olimpiadas tampoco, pero ya aburre y molesta tanta insistencia y despilfarro propagandístico de foto de portada y sonrisa helada.

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