lunes, 6 de junio de 2011

inacabado

Fui al médico y me preguntó qué me pasaba. Me quedé callado y él no podía leer mi mente. Encima suyo un cuadro, un paisaje. Falso, allí habitaban dos párpados azules, que se abren y parecen dos soles, notas de amor en desuso, imágenes mías. Le miré y él, atónito, me dijo que me fuera a descubrir nuevos mares. Cómo si fuera tan fácil, está todo inventado, le dije. Vengo del atlántico, añadí. Eso no es un mar, dijo él. Ya, pero es azul como los párpados.

Allende los mares no descubro nada. Todo está aquí. Primera voz y diálogo. Rastreo de rostros. ¿Qué haces? Apartar el aire, responde ella. Un imposible, añado yo. No hay nada imposible, dice ella. Sí, contesto yo, mis sueños lo son, hechos de días y atardeceres, los sueños se me representan y no se cumplen. Serán imposibles, dice ella. ¿No decías qué….? , pregunto yo. Y baja la mirada y la alza de nuevo y sonríe con un hasta luego en su boca.

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