domingo, 17 de abril de 2011

carita feliz

Hay mucho de virtual en el mundo actual. A algunos les cuesta asumir su papel real en toda esta historia, la suya y la nuestra. Veamos si no al ex presidente Aznar, al que le cuesta asumir su temprana jubilación, y sigue asombrando a los universitarios americanos con sus exclusivas sobre su amistad con Gadafi. Y volviendo al mismo sujeto libio, qué me dicen del papel del gobierno español que se niega a participar en ataques aéreos contra objetivos terrestres en suelo libio. Una forma de pacifismo muy nuestra, no nos vayamos a ensuciar las manos. Aunque las bombas de racimo hayan salido de nuestro territorio. Por no hablar de la visita de los príncipes a los Reyes de Jordania, monarcas feudales y déspotas, pero amigos. Todo a medias, parte de la virtualidad. Es mejor no pisar tierra y sentar las bases de la realidad, y asumir eso que alguien llamó responsabilidad. ¿Se han fijado en los videojuegos? ¿En esos personajes que andan como si levitaran? Así son muchos de nuestros representantes. No quieren ver la realidad unos, y otros han perdido el juicio. Dice un chaval en la tele, después de salvar a un amigo en un arroyo: “se le perdería la vida,….” Como si la vida no fuera nuestra, como si esta fuera un ente independiente de nuestro cuerpo. Así es la virtualidad de muchas existencias, que firman con la carita feliz, ese emoticón que sirve para despedirse en el mundo donde nadie nos ve, donde nadie sabe si reímos o lloramos cuando firmamos mensajes y dejamos rastros en la web. Por eso, la necesidad obliga, les pido mucha reflexión en estos días de descanso, que no de recogimiento. Y por favor, que el pensamiento no sea virtual.

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