sábado, 27 de noviembre de 2010

sobre el fallo

Una mirada furtiva a un ordenador ajeno, el de uno de mis hijos, me deja una foto de dos adolescentes con pelo extravagante y aspecto no normal, y cuando digo normal, me refiero a lo que la mayoría hace con su aspecto exterior. El pie de foto me sorprende: “Padres, habéis fallado”. La frase así dicha parece un reto o un desafío, también pudiera tratarse de un comentario jocoso, una tomadura de pelo al padre o madre ya anclado en el buzón de sus recuerdos y ajeno a las “modas” imperantes. No me quedo con ningún significado. Las palabras escritas se califican muchas veces a sí mismas dependiendo del tono de voz de quién las pronuncia. Pero no me anclo en el pasado y me voy al futuro, y es casi seguro que esos adolescentes algún día serán padres, y es casi seguro que sus vástagos los verán algún día como seres trasnochados y caducos, es decir, susceptibles de ser objeto de una dedicatoria o pie de foto similar. No se trata de ojo por ojo, o diente por diente, se trata de la vida misma, que da y quita en función de la edad. Alguna ventaja teníamos que tener los padres ya talluditos, ¿no?, y en eso de ver el futuro no nos gana nadie.

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